다섯 (CINCO)

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AMANDA


Me estaba terminando de alistar colocándome lo últimos accesorios para la redada de esta noche en el club, lo hemos planeado todo desde el momento en el que entramos hasta cuando nos saquen de ahí como si fuéramos criminales como Antonio.

Termine de colocarme los aretes que eran micrófonos camuflados al igual que el collar que tenía que era una cámara. Me coloque mis tacones y espere a que jeon hiciera acto de presencia. En menos de un minuto ya lo tenía frente a mi arreglado con un costoso traje algo clasico pero elegante que consta de una camisa blanca junto a un saco y pantalones de color vino tinto junto a un corbatín en color negro y zapatos del mismo color muy bien lustrados.

Ya listos nos dirigimos a afuera y nos montamos en el auto designado para la misión, jeon arranco y detrás de nosotros venia una camioneta encubierta en donde asigne a min y park para que supervisen cualquier movimiento sospechoso.

Por otro lado, el departamento de informática se encargo de crearnos nombres falsos para infiltrarnos en el club y llevar a cabo la misión.

45 minutos después ya nos encontrábamos en la entrada del club, ambos bajamos del auto y jeon le dio las llaves al encargado de cuidarlas y que no era más que un infiltrado más de nuestro equipo para ser más precisa el agente Jung se hacía cargo de ese trabajo.

Este con un leve asentimiento nos dio a entender que guerrero ya había llegado, nos acercamos a la entrada del club y un guardia nos detuvo.

- Nombres – hablo el alto y fornido hombre de traje que se encargaba de la entrada.

- Ángel lee – mencione mientras me acomodaba el cabello.

- Kang hansol – dijo jeon a la vez que se acomodaba el corbatín.

Este reviso en la lista nuestros nombres y apartándose quito la cinta dejándonos entrar.

Caminamos hasta llegar al interior del club, música alta, luces led en colores rojo y verde, 5 barras repletas de personas y al fondo a la izquierda la tal oficina donde guardan el cargamento.

Los dos nos dirigimos a la barra y pedimos bebidas. Y si estamos de infiltrador hay que aparentar que somos personas normales y no policías en un altercado.

- Una margarita por favor – sonreí coqueta al bartender y este asintió y posando su mirada en mi acompañante le pidió su orden.

- Un whisky a las rocas – dijo indiferente y este asintió retirándose para preparar nuestras bebidas.

- Muy bien lo que haremos es que yo me adelantare buscando a guerrero y cuando lo ubique le diré que un amigo mío está buscando comprar unas armas y te llamare con mi celular – este asintió y en 5 minutos teníamos frente a nosotros nuestras bebidas.

Agradecí y me levanté de mi puesto para caminar y ubicar a Antonio, miraba por los alrededores hasta que lo encontré sentado en uno de los sillones al fondo del club. Entrando en mi papel comencé a caminar a su dirección moviendo mis caderas y sonriendo coqueta, el aludido al ver que yo me acercaba fijo su mirada en mí y sonrió ladinamente.

Al tenerlo enfrente un guardia me detuvo y este le dijo que me dejara pasar. Sonreí y me acerqué sentándome a su lado.

- Hola guapo – deje mi bebida en la pequeña mesa y me acerque más a él.

- Hola lindura, ¿que te trae por aquí y cómo te llamas? –

- Me llamo Ángel, Ángel lee ¿y tu? – coloque mi mano en su pierna diciéndole mi nombre falso.

- Antonio guerrero, ¿que te trae por aquí? – volvió a preguntar a la par que colocaba una mano en mi muslo descubierto.

- Oh, vine a este club a pasar un buen rato y bueno encontré algo más que eso –

- Pues viniste al club indicado preciosa –

- Que bien, pero también vine aquí porque un amigo mío está necesitando comprar unas armas y hemos ido de club en club para hacer algún negocio, pero no hemos tenido éxito en eso – hice una mueca de inconformidad bebiendo de mi margarita.

- ¿A sí? – asentí un poco desmotivada

- Pues creo que hoy es tu día de suerte cariño – al decir eso fingí impresión y lo miré.

- ¿Si? Conoces a alguien que venda armas –

- Aun mejor lo tienes sentado enfrente tuyo – sonrió con suficiencia.

- Que bien, te parece si lo llamo, hacemos el trato y luego nos vamos a un lugar más privado y nos divertimos un rato – pase mi mano por su pecho sonriendo coquetamente.

- Me parece una muy buena idea – asentí y tomé mi teléfono marcando el número de jeon.

A los 10 minutos ya lo tenía enfrente de nosotros con un semblante serio.

- Así que tú eres el supuesto comprador y amigo de ella, ¿verdad? – interrogo y el aludido asintió levemente.

- ¿Para que quieres las armas? –

- Las necesito porque hay un hijo de puta que me debe mucho dinero y no ha querido pagar – hablo sin titubear mostrando siempre ese semblante oscuro y serio.

- Hmm... bien – se levantó y yo imite su acción.

Los tres en compañía de sus guardaespaldas lo seguimos hasta la oficina, entramos y le ordeno a uno de sus hombres que sacara una caja debajo del escritorio. Abrieron la caja y de ella vimos cantidades grandes de armas entre categorías AK – 104, 107 Y 101 entre otras más.

- Elige la que más te guste amigo – jeon se acercó a la caja y miro entre todas las armas.

Hasta que sus manos sostuvieron un rifle AK – 107, Antonio aplaudió complacido.

- Interesante elección amigo, una AK – 107 con calibre de 5,45 mm, ¿esa es la que te vas a llevar? –

- Si, ¿cuanto quieres por ella? – pregunto cerciorándose de que el arma fuera genuina y de alta calidad. 

- No es necesario tu amiga se ofreció a pagarlo de otra forma – jeon dirigió su mirada a mí y yo le sonreí de lado.

- Me parece perfecto, entonces nos vemos dulzura – empleo la palabra clave y casi retirándose se escucharon estruendos afuera de la oficina.

- TODOS CON LAS MANOS ARRIBA, ES LA POLICIA – gritaron y Antonio alarmado tomo el arma de su cintura y corrió hasta la puerta para tratar de escapar.

Pero ya era muy tarde para eso, pues tres uniformados se encontraban enfrente de nosotros apuntándonos con sus armas que cabe aclarar que son más letales que la que Antonio tenía en su mano.

Este alzo sus manos dejando caer el arma y los tres agentes entraron y nos colocaron las esposas. Salimos de la oficina hasta llegar a las afueras del club donde había camionetas de policía y los demás grupos esperando a que saliéramos.

Montaron a Antonio en una camioneta y a nosotros en otra, al estar dentro nos quitamos las esposas y por el micrófono felicite a todos.

Ahora solo faltaba interrogar a este tipo para dar nuestro siguiente paso.





CONTINUARA. 

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