열여섯 (DIECISEIS)

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JUNGKOOK


Lunes por la mañana me dirigía hacia las salas de interrogación para sacarle información al tipo que atrapamos el viernes de la semana pasada.

Ingresé a los cuartos y buscando una sala en específico me detuve al ver que alguien ya se encontraba adentro interrogando al tipo.

Y no era nada más que Amanda; con un rostro impasible que no demostraba emoción o reacción alguna y sentada enfrente del tipo con una carpeta en sus manos de la cual debo suponer es información respecto al tipo.

Se acomodó en su puesto y me quede parado enfrente del vidrio observando todo, presione el botón del micrófono y pude escuchar todo lo que adentro se decía.

Lo único que se escuchaba era las distintas maldiciones que el sujeto le lanzaba a Amanda y de las cuales ni se inmutaba al escucharlas.

Por un momento el tipo se calló al ver que ella no reaccionaba y entonces ella hablo.

- ¿Ya terminaste? – pregunto con desinterés – porque si ya lo hiciste voy a empezar hablar – abrió la carpeta y luego lo miro a los ojos.

- Dime Walker, ya vas a colaborar o tengo que utilizar mi as bajo la manga – reviso un momento la carpeta.

- Usa todo lo que quieras, pero de mi boca no saldrá palabra alguna perra – escupió con rabia y no pude evitar tensar la mandíbula y sentir como las venas mis brazos se marcaban.

- Bueno si es así, al menos déjame leerte algo que de seguro que te interesara, a ver empecemos, Jay Walker, acusado de portar armas ilícitas, posesión y tráfico de estupefacientes, homicidio en primer grado y la joyita del archivo violación y muerte a 5 chicas menores de edad –

- Crees que por mencionar cada uno de esos crímenes me vas a causar algún tipo de remordimiento, pff – bufo con una sonrisa malévola y de las cuales mis puños estarían felices de borrar.

- Eso ya lo sé, es que, en tipos como tú, con la sangre fría y corazón de piedra no puede haber remordimiento alguno, pero bueno esto le va encantar a un amigo de mi general para trasladarte a una prisión rápido –

- Y crees que le temo a la prisión, ya veras que dentro de dos meses estaré fuera de nuevo y no podrás hacer nada para evitarlo – sonrió, pero borro aquella sonrisa cuando escucho a Amanda reír.

- Y tú crees que serás trasladado a cualquier prisión aquí en corea, estas muy equivocado, el amigo de mi general rige una serie de traslados hacia los centros carcelarios en estados unidos, y te llevaran a una de las peores cárceles que existen en el planeta entero; la prisión de rikers será tu lugar de estadía – dijo con simpleza, pero sabía que había algo más detrás de eso.

- ¿Y? será como las de aquí – esta negó aun sonriendo.

- Créeme amigo, no lo es, en esa prisión no duraras ni siquiera 2 semanas no podrás siquiera salir al patio, en esa cárcel abarcan los criminales más peligrosos; lleno de psicópatas, gente que carece de cordura y lo peor de todo es que no soportan a los violadores y mucho menos si sus víctimas son menores de edad – y la cara del hombre era una digna foto para tomar.

Ver como su piel se colocaba pálida, sus manos temblaban y sus pupilas se dilataban era lo que su cuerpo transmitía.

Amanda hizo el amago de levantarse para ir hacia la puerta, pero detuvo toda acción al escuchar el grito del hombre.

- ¡Espera! – Amanda sonrió y volteo para encararlo.

- Que quieres saber – gruño sabiendo que no tenía escapatoria.

- Todo lo que sepas – le paso una hoja y lapicero – te conviene hacerlo si no ya sabes cuál será tu destino –

- Y se te escribo todo lo que quieres no me mandaras a esa prisión – titubeo parece que le dio miedo el mencionar solo esa prisión.

- Eso lo veremos – y sin más lo dejo solo saliendo de la habitación.
Enfoco su vista en mí y sonrió de lado.

No tengo palabras para describir lo genial que se vio ahí adentro.

Simplemente es fantástica, admirable e impresionante.

Y no puedo evitar como mi cuerpo se tensa con solo tener su presencia cerca de mío.

- Lo atemorizaste – le dije cuando desperté de mi ensoñación.

- Si no colaboraba hay que utilizar nuestro truco más oculto, y ese es uno de los míos – me guiño el ojo y ambos salimos hacia los pasillos de la agencia.

- Ya lo veo, Ey que tal si salimos a comer, yo invito –

- Me parece bien, y más que bien si son unas buenas brochetas de cordero –

- Pues te tengo el mejor restaurante donde venden las mejores brochetas de cordero, te parece a las 8:00 – le pregunto y esta asiente.

- Me parece genial – y antes de irse me da otro guiño y al fin desaparece de mi vista.

Si estoy jodido.






CONTINUARA.

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