열일곱 (DIECIESTE)

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AMANDA

7:25 PM

Son las 7:25 de la noche y aun no sé qué ponerme, joder desde hace tiempo que no tengo una salida con un hombre.

Me acerque a mi armario y mire toda la ropa que tenía, mire detalladamente cada prenda, hasta que me detuve en un par de jeans color negro con algunos rotos en la rodillas y muslos, una camiseta blanca y una camisa abierta de cuadros en azul noche y negro perfecta para hoy.

Me fui al baño a tomarme una ducha rápida; hice de todo en ese baño y en la cual dije que sería rápida, con una toalla amarrada a mi cuerpo y otra en mi cabeza, mire el reloj y abrí mis ojos en demasía.

¡7:39 pm!
Me apresuré a cambiarme y me senté enfrente del tocador para arreglarme el cabello en una coleta alta y un aplicarme un poco de maquillaje natural.

Tome mi celular y marque el número de mi madre porque si no lo han notado la casa se encuentra en total silencio y eso se debe a que mi hija no se encuentra en ella.

A los dos tonos contesto, pero no era precisamente mi mama la que me contesto.

En la llamada.

- Mami – dijo mi hija por el teléfono.

- Que más mi amor, que haces

- Estoy aquí con la abuela preparando galletas con chispas de chocolates

- Que bien mi vida, más te vale y me guardes, entendido – hable en un tono de falsa advertencia y mi niña comenzó carcajearse.

- Está bien mami, te paso a la Abu – asentí haciendo un sonido mudo y luego escuche la voz de mi mama.

- Hola hija

- Hola mama

- Que tal vas

- Estoy arreglándome que voy a salir con un compañero de trabajo –

- ¿Compañero o novio?

- Mama solo es un compañero, no empieces con ese tema – rodé los ojos divertida.

- Aja, si solo un compañero, ya sabes te cuidado y utilicen protecci...

- ¡¡Mama!!, es solo un compañero y ya – pero a quien quiero engañar yo quiero que sea más que mi compañero

- Está bien, cuídate y no preocupes por Emily ella estará bien

- Ok, tengo que colgar, nos vemos mama –

- Ok adiós – y colgó la llamada.

Fin de la llamada.

Dios las cosas que tengo que soportar.

Termine de arreglarme y tomando mis llaves, cartera y celular baje hasta la planta baja de mi casa a esperar a jungkook.

Mire mi reloj de muñeca y suspire aliviada.

Bien 7:55, faltan 5 minutos para que llegue o bueno eso es lo que pensaba al escuchar el claxon tan familiar para mi afuera de mi casa.

Salte sorprendida y calmando mis nervios abrí la puerta para salir de mi casa e ir al auto de jungkook.

Camine lentamente hacia el observándolo detallada y disimuladamente; aquel, venía con pantalones de cuero negro que hacia juego con la chaqueta que era del mismo material, una camiseta negra encajada y botas estilo militar en negro.

- Hola – saludo el con una sonrisa en su rostro y diría que es la más hermosa de las sonrisas y que fue tallado por los mismos ángeles.

- Hola – tomo mi mano mientras estaba desprevenida y dejo un suave y tierno beso en el dorso de esta que me hizo sonrojar.

- Estas hermosa – alago y abrió la puerta del copiloto para que yo entrase.

- G-gracias – rayos porque tartamudee, en estos momentos me siento como un tomate.

Rodeo el auto y se montó en asiento de piloto, nos colocamos los cinturones de seguridad y este arranco hacia nuestro destino.

45 minutos más tarde…

45 minutos de viaje nos tomó hasta llegar a una zona concurrida en el centro de Seúl donde había distintos restaurantes, tiendas de ropa y otras cosas.

Bajamos del auto y mis fosas nasales percibieron el delicioso y exquisito olor de carne de cordero que provenía del restaurante que estaba frente a nosotros.

Entramos al local y ubicamos una mesa alejada un poco de las demás, nos sentamos y un mesero vino a tomar nuestra orden.

- Unas buenas brochetas de cordero por favor – nos miramos al ver que hablamos en coro y mis mejillas tomando color desvié la mirada hacia otra parte.

Jungkook siguió pidiendo y luego el mesero se retiró asintiendo.

El pelinegro poso su mirada en mí y traté de calmar mis nervios y le devolví la mirada.

- Como has estado Amanda – pregunto primero y agradecí que lo hiciera el, no sabía cómo entablar una conversación ahora.

Y no sé cómo me está pasando esto, ósea soy una agente federal especial de la policía de corea, he atrapado criminales que me han declarado la guerra y hasta me han dicho del mal de que me voy a morir, he recibido rechazos por parte de algunos compañeros masculinos y ni que decir de heridas tanto leves como de gravedad y le tengo nervios a un chico de casi mi edad en un ambiente tranquilo y acogedor como este.

Me desconozco, la verdad.

- He estado bien, ya sabes cuidando a la niña y eso –

- Oh hablando de ella, donde esta – pregunto con interés.

- Ella está en la casa de mi mama, ósea su abuela – reí al recordar lo que hablamos en el teléfono.

- Ah bien, ah… Amanda hay algo que quiero preguntarte, pero no quiero incomodarte – estaba dudando de hacer la pregunta, pero creo que sabía de qué podría tratarse.

- No te preocupes, hazla – tome un vaso de agua que estaba en la mesa y antes de beber el líquido lanzo la pregunta.

- Que paso con el papa de Emily – detuve toda acción y suspiré.

- El me abandono cuando le dije que estaba embarazada de Emily – dije neutral, la verdad no me gustaba revivir ese tema, pero al menos él debía saberlo.

Frunció su ceño y aplano los labios.
- Que hijo de puta – dijo en voz baja y asentí dándole toda la razón.

- Sí, pero no es momento de recordar lo que ya está muerto, yo no lo necesito y Emily tampoco y eso es lo que importa – asintió y después de unos minutos de silencio el mesero llego con nuestra orden.

Sonreí al ver semejante delicia frente a mí y en un impulso involuntario pasé levemente mi lengua por mis labios.

Escuché la risa de jungkook y lo vi.

- Buen provecho – dijimos al unísono y esta vez nos reímos.

Se sentía realmente bien entenderse perfectamente con una persona.

Y más si ella está igual de a gusto contigo.





CONTINUARA.

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