삼십일 (TREINTA Y UNO)

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JUNGKOOK


1 SEMANA DESPUES…

Una jodida semana había pasado desde que llegamos a Bangkok y no teníamos ni una sola pista con respecto a donde se encontraba exactamente la mansión de Wang, y decir que no estábamos estresados por ello sería una vil mentira.

Algo estábamos pasando de largo y no me gustaba para nada. Es un sentimiento de inquietud que me mantiene alerta, pues no es para menos cuando las veces en las que amanda y yo salíamos para hacer vigilancia rutinaria sentía que alguien nos seguía o nos miraban.

Sacudí la cabeza para retirar aquellos pensamientos y me concentre en las pantallas que tenía frente a mí, hasta que siento un mano en mi hombro, voltee y mire a amanda que estaba vestida como si fuera a salir.

- Si. Si estás pensando que voy a salir, es porque así es, necesito ir a buscar una memoria para guardar todo lo poco que hemos recopilado y quizás, aunque sea poco es muy sólido –

- Está bien, pero ten cuidado tengo un presentimiento de que algo va a pasar hoy – hice una mueca de inconformidad por aquella sensación de desasosiego.

- No te preocupes, si tú dices que pasará algo, yo llevo mi arma de servicio escondida y mi placa también – se acercó a mí y dejo un beso en mis labios antes de irse - nos vemos luego -

Suspire por milésima vez y me concentre en lo que hacía.

Quizás y solo sea que me estoy volviendo un poco paranoico con respecto a esto y no sea en realidad nada de lo que hay que preocuparse.

Y no saben cuánto me arrepiento por haberme equivocado con respecto a mi sentimiento de zozobra.


POR OTRO LADO


- Señor, la chica ya salió del hotel – alguien con un teléfono desechable hablaba por el comunicándole a su jefe lo que sucedía.

- Muy bien, esperen a que se aleje un poco más y ejecuten el plan. Recuerden ser bien discretos, ¿entendido? –

- Si señor –

Y al momento de decir eso la llamada se cortó, aquel tipo saco el pequeño chip del celular y lo tiro al piso para luego pisarlo y botar el celular a la basura.

Se acercó a una camioneta y toco la puerta trasera de donde salieron dos hombres; uno vestido completamente de negro y otro vestido de repartidor de pizza que no era más que una fachada para llevar a cabo el plan de su jefe.

Los dos hombres se dirigieron a la parte trasera de la entrada donde estaba el estacionamiento y un ascensor para dirigirse a su lugar de destino mientras el supuesto repartidor de pizza entro por la entrada frontal del hotel e ir a recepción para pedir el número de la habitación de su víctima.

Aquella recepcionista no tenía ni idea de lo que pasaría, así que no tenía sospecha alguna de que ese hombre y solo pensó que iría a entregar una orden, le dio el número de la habitación y este agradeciéndole con una sonrisa se encamino hasta los ascensores, por medio de un pequeño dispositivo le aviso a sus compañeros a donde se dirigía.

En todo momento la cámara de seguridad en el ascensor filmaba todo lo que ocurría, pero aquel no tenía en cuenta aquello.

El ascensor hizo el típico sonido de haber llegado a su piso correspondiente y las puertas se abrieron, aquel tipo salió y observo como sus compañeros lo estaban esperando.

Los tres se dirigieron a la habitación donde se encontraba el pelinegro y los dos hombres de negro se colocaron a los costados de la puerta y sacaron de su cintura armas con silenciadores.

Ya listos el repartidor toco la puerta y espero unos segundos a que abrieran.

El pelinegro que se encontraba adentro escucho la puerta ser tocada y se levantó dudoso.

¿era normal que amanda regresara así de rápido?

¿pero no se supone que ella tiene la tarjeta de ingreso?

Esas y otras preguntas se formulaban en la cabeza del masculino mientras se dirigía a abrir la puerta, al estar cerca tomo la manija y abrió.

¡Gran error!

Lo mínimo que podía haber hecho era observar por el pequeño mirador de la puerta a ver de quien se trataba, su mirada se fijó en el hombre que venía de repartidor con una supuesta caja de pizza, el pelinegro frunció su ceño extrañado.

- Buenas tardes, ¿aquí es la habitación 210? –

- Si, ¿Qué necesita? –

- Bueno... llamaron desde esta habitación pidiendo un orden de pizza –

- Yo en ningún momento he ordenado nada – dijo extrañado.

- ¿Esta seguro?, esta es la dirección que me dieron –

- Estoy seguro, así que por favor váyase – estaba a punto de cerrar la puerta, pero los hombres que se encontraban a los costados de la habitación abrieron la puerta de golpe apuntando a Jeon con sus armas.

Aquel solo retrocedió levantando las manos, los tipos entraron a la habitación y cerraron la puerta.

En ese momento Jeon se maldijo por no tener su arma a la mano y de un solo movimiento el repartidor saco de la caja una jeringa con un somnífero.

Los hombres de negro lo sujetaron de los brazos impidiéndole moverse, jungkook solo se resistía buscando soltarse y defenderse, aunque sabía que no lo lograría.

Y sin esperarlo sintió el pinchazo de la jeringa en su cuello y como el somnífero era administrado en aquella zona, su vista se vio afectada de repente, su cuerpo comenzó a ceder ante la droga y cayó al suelo quedando totalmente inconsciente.

El repartidor guardo la jeringa vacía y en conjunto con el hombre de negro agarraron a jungkook de los pies y brazos para cargarlo.

El que sobraba abrió la puerta y para no levantar sospechas los tipos que cargaban a Jeon subieron al ascensor dejando así al que les abrió la puerta en aquel piso.

Espero a que las puertas del ascensor se cerraran, tomo otro teléfono que tenía en su bolsillo y llamo a ese número que solo estaba ahí guardado como el único.

- ¿Lograron llevar a cabo la misión? – pregunto el jefe por medio de la línea.

- Si señor –

- Buen trabajo, ahora tráiganlo hasta la mansión y tengan cuidado –

- Está bien –

se cortó la llamada y se asustó al sentir como las puertas de otro ascensor que se encontraba a solo unos pasos de donde el estaba se abrían, de aquella caja de metal salió una mujer que conocía de memoria.

Se angustió y se apresuró a correr hasta aquel ascensor para salir de ahí. Sin embargo, choco hombros con la mujer que se le quedo viendo raramente, ella solo ignoro aquello y se dirigió a su destino.

El hombre pudo respirar con normalidad al ver que no sospecho de él y cerrando las puertas se dirigió al estacionamiento donde lo esperaban.

Al llegar se dirigió a la camioneta donde los esperaban los otros dos, ellos se montaron en los asientos de conductor y copiloto, y él le toco subirse a la parte de atrás donde se encontraba el pelinegro atado de manos y pies y amordazado con un pañuelo.

Suspiro por última vez y les dio las ordenes a los de adelantes para ir a donde su jefe le indico.

Sin tener en cuenta que no tuvieron el debido cuidado en cuanto a realizar su cometido.

Si, las cámaras de seguridad captaron todo lo que hicieron.

Y eso fue un terrible error.







CONTINUARA.

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