9 • Beso En La Frente

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— Aprecio su visita, Gobernadora Diane —habló aquel zorro mientras se acomodaba la chaqueta de cuero por encima del uniforme de policía, tapando su placa en lo que subía el cierre, sin detener su paso—, pero la considero un poco intrusiva.  

— Realmente es algo rápido —rió la zorra de pelaje naranja claro, viéndose tan formal y recta como siempre, caminando a la par del zorro mayor—, a fin de cuentas no quisiera desperdiciar la ocasión de llegar cuando usted todavía está en la comisaría.

— Vale —suspira, acomodándose las mangas de la chaqueta—. Dígame, ¿qué es lo que desea saber?

— ¿Usted tiene algún tipo de relación con el criminal de nombre Lobo? —inquirió, viéndolo por encima del hombro, sin perder su tono de amabilidad.

— Realmente no —afirma con seguridad, viéndola a la cara, frunciendo ligeramente el entrecejo—, ¿Lo conozco? sí, pero realmente no tenemos relación de ningún tipo.

— ¿Aún cuando lo ayudó para que se le inculpara en un caso? —alzó una ceja, cruzándose de brazos.

— Cumplí mi deber —sentencia, sin un solo atisbo de nervios en su voz o cuerpo, deteniéndose de golpe, viéndola a los ojos—. ¿Qué es lo que busca?

— Realmente solo quería saber, no me malinterprete, no busco perjudicar su reputación o hacerle daño a Lobo —afirma, suavizando su semblante, posandose frente al zorro de naranja más intenso.

— ¿Entonces? —alza una ceja, haciendo lo posible para no presentar más desagrado del que ya siente.

— Quiero saber si es usted el que lo ha estado acompañando después de que sale de prisión —confesó. El zorro mayor abrió los ojos y alzó las orejas con sorpresa—, a fin de cuentas... es para estar al tanto y evitarles algún problema en el futuro.

— Sí —suspira, rodando los ojos—, lo confieso —gruñe, cruzándose de brazos—. He estado ahí las últimas veces en las que ha salido de prisión, pero solo para llevarlo a casa —agrega, reanudando su marcha hacia la salida.

— Oh —suspira, cerrando los ojos más aliviada—, es bueno saberlo. Me alegra saber que su “Plan B” no es cualquier persona —ríe risueña, alcanzandolo rápidamente.

— ¿Su “Plan...” qué? —exclama, girándose a ella, viéndola con la excasa paciencia que le queda.

— Es algo entre Lobo y yo —corrige, abriendo las puertas de la comisaría por él—. No tiene porqué preocuparse, créame... Y por favor, perdoneme por esta intromisión tan repentina en su rutina.

— Ajá —la mira de arriba abajo, alzando las cejas mientras entrecierra los ojos—, no debe preocuparse por eso —sentencia, saliendo de la comisaría—, muchas gracias por la visita.

— A usted por resolver mis dudas —despide sonriente, saliendo después de él.

Ambos zorros parten por caminos diferentes. La menor avanza hacia su limosina, entra y se retira rápidamente mientras que el zorro mayor se mete dentro de su auto, enciende los motores, quita el freno y arranca directamente hacia el hospital de la ciudad, tratando de mantenerse sereno mientras maldice mentalmente la suerte de aquel lobezno tan desesperante que tristemente ama.

Los minutos pasan y finalmente llega aquel edificio alto e imponente de blanco, con ventanas azules y puertas automáticas de cristal. Apaga el vehículo y sale de forma desesperada, pateando la puerta tras de sí, corriendo hacia el hospital, entrando con el corazón en la boca, sintiendo como la paz se va escapando de su cuerpo.
Se apresura hacia la recepcionista y tras preguntarle por el canido la mayor le indica el piso y habitación en la que está, le hace firmar un par de papeles y posterior a eso lo deja correr por el pasillo hacia el ascensor, mismo que le hace pasar una eternidad para llegar y para llevarlo a su destino, torturandolo con su lentitud.

Happy To Meet You ft. WolfickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora