20 • Tulipanes

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Se encontraban vagando en una tienda de flores junto a la coneja de pelaje grisáceo, observando lo grande del local y el como su diseño aprovechaba al máximo cada espacio, teniendo la particularidad de que el techo era de vidrio, permitiendo así el libre acceso de la luz hacia las plantas que ahí reposaban en jarrones repletos de agua.       

La razón de su visita era más que nada para tener una idea de qué tipo de flores podrían tener los ramos y coronas en la boda, a fin de cuentas se estaban acercando a la fecha por lo que había que ir preparando todo cuanto antes, empezando por aquí, lo que parecía ser lo más difícil.

Aquel lobezno de pelaje grisáceo y traje de dos piezas blancos empezaba a aburrirse, en su mente no había cavidad para entender el porqué las flores debían ser un gran problema, a fin de cuentas todas significaban lo mismo ¿no?. Suspiró pesadamente mientras escuchaba a la coneja de orbes violetas hablar sobre sus recomendaciones, sorprendido de verla igual aún después de lo que le había tocado vivir hace un par de meses, agradecido de verla más no de escucharla.

Se detuvo, quedándose atrás mientras su novio y la mejor amiga de este seguían avanzando, viendo y dando sus opiniones sobre las distintas flores, negándose a cada una, como si ninguna fuera digna o diera el significado esperado.

Rodó los ojos hacia un ramo en especial, devolviéndole la mirada tras verlo interesante.
Se acercó, interesado, no era como las otras flores con pétalos extendidos a los lados, no, estos pétalos eran suaves pero erguidos, como si pretendieran esconder algo dentro.
Sonrió, tomando uno de los tantos que había, eligiendo el de blanco. Lo olfateó con cuidado, encontrándolo de cierta forma agradable.

Miró a su esposo y una sonrisa traviesa se dibujó en su semblante, iría a sorprenderlo un poco.

Avanzó con rapidez y silencio hasta alcanzarlos por la espalda. Con una mano jaló a Nick hacia él y con la otra depositó la flor sobre su cabeza a la par de su oreja mientras plantaba en su mejilla un dulce beso.
El zorro se tensó, confundido. Dirigió sus ojos hacia lo alto y tras separarse tomó la flor que le habían dejado, viéndola con sorpresa.

— ¿Un tulipán blanco? —preguntó, viéndolo con confusión y sorpresa a la vez.

— Huelen bien —defendió, sonriéndole con suavidad— y son muy hermosos, al menos para mí.

— ¿Y es esta la flor que quieres en mi ramo? —musita en un susurro, acercándose al rostro de su pareja, viéndolo a los ojos, esbozando una pequeña sonrisa en el proceso mientras jugaba con los pétalos de la flor.

— Así es —responde, perdiéndose en aquellos orbes esmeraldas, adentrándose en el bosque que encerraban, perdiéndose en el amor que su adorado despedía con solo mirarlo, viéndose atrapado nuevamente en sus encantos.

— Bueno —susurra de forma melodiosa, pegándose a él, distrayendolo—, lo pensaré... —finaliza, dándole un suave beso en los labios.

El lobezno corresponde con gusto, cerrando sus ojos en el proceso hasta abrirlos con lentitud tras sentir como su zorro se aleja, meneando su cola en lo que camina junto a su mejor amiga, quien parece haber hecho un ejemplo de lo que podría ser el futuro ramo.

Es entonces cuando aquel de orbes amarillas cual luna llena se fija en un pequeño detalle. Su amado había tomado la flor y la había enrrolado en su muñeca izquierda haciéndola un brazalete naturalmente encantador que combinaba con su ropa. Sonrió, sin entender cómo o cuándo lo hizo sin que se diera cuenta, pero esperanzado de que su sugerencia fuera tomada en cuenta.

Inhaló el dulce aroma del lugar y con las motivaciones renovadas avanzó hacia el par que lo esperaba más adelante, dispuesto a participar más a partir de ahora.

Happy To Meet You ft. WolfickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora