Un cordero con piel de lobo

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Desperté un poco asustada, miré a mi lado y lo vi a él, abrazándome y me sentí aliviada, pero al mismo tiempo no, eso significa que esto no es un sueño y que es la realidad donde vivo ahora, pero me siento bien, porque tengo un amigo, alguien que me puede proteger. Él estaba dormido y me estaba abrazando, era algo tierno, pero yo estaba algo incomoda, pero lo podía soportar por él; poco a poco moví su brazo y me levanté de la cama sin despertarlo, abrí la puerta y salí del lugar, vi que todos caminaban a un mismo lugar, así que lo seguí. Todos iban a una pequeña iglesia improvisada, con sillas y cruces de madera en las paredes, todos se sentaron y empezaron a orar, lo sé porque sé que posición utilizan los cristianos, luego el jefe, vestido de cura se acercó a un micrófono que estaba muy adelanté de mí y en un pequeño escenario, yo me senté y hice la misma posición de ellos

- hoy estamos reunidos, esté día para agradecerle a Dios todos lo que nos ha dado, recuerden que esto no es nada, al final acabaremos en el cielo, somos buenos hombres y haremos lo correcto y iremos al cielo, si me siguen, yo los llevaré al cielo, no tengan miedo, están protegidas conmigo – todos dijeron amen – ahora dos minutos de silencio, para pedirle a nuestro señor lo que queramos y poder hablar con Dios o con seres queridos que están en un lugar mejor – todos se quedaron callado por dos minutos, yo obviamente no hable con su amigo imaginario, todos ellos eran unos pequeños corderos y él es el pastor, que les ordena donde ir – ya pasaron los dos minutos, es hora de darles la pequeña información del día de hoy, tenemos dos intrusos el día de hoy ¿Quieren que los castigue en público? – todos gritaron que sí – traigan a los acusados – dos soldados arrastraron a dos personas noqueadas al escenario – déjenlas por aquí – los soldados los soltaron – ahora traigan las herramientas de Dios, hoy habrá castigo – ellos trajeron dos cruces gigantes de maderas y unos cuantos clavos – que queden bien alto, para que vean el cielo y que Dios los juzgue – los soldados subieron las cruces – ahora súbanlos – trajeron unas escaleras y lo subieron – martillen muchachos, déjenlos como Dios – crucificaron a esas personas, ellas aun seguían vivas, pero no hablaban – antes le quite las voces cordales, los deje sin voz para que no pudieran hablar y están muy sedados – él sonrió - ¿Quieren saber lo que hizo a Dios tan especial? No fue solo que es todo poderoso, sino que nos perdonó, nos perdonó por crucificar a su hijo, no nos mató a todos, porque él sabe que dentro de todos nosotros hay una pizca de amabilidad, incluso de está escoria que está aquí colgado, tiene bondad en su interior, por eso nos perdonó – no entendí que mierdas dijo – pero nosotros no tenemos ese amor que Dios nos tiene por nosotros, nosotros castigamos un poco al humano para que Dios decida si es una mala o buena persona – todos aplaudieron – que dicen ¿Les partimos las rodillas? – todos dijeron que sí – ya escucharon, un buen líder escucha su gente ¡Háganlo! – los soldados agarraron unos martillos y les partieron las piernas – espero que Dios le dé el lugar que se merecen.

- ¡Maldito bastardo! – miré para atrás y vi a un chico con una pistola en la mano, apuntándole a él, todo el mundo se quedó callado, solo se escuchó el sonido del disparó, luego se escuchó a alguien caída, me diré y vi que el cura estaba en el suelo, seguramente por la bala que lo hizo caer; volví a girar donde estaba el tirador, varios hombres corrían donde estaban él y lo tumbaron, le agarraron de las extremidades y la sacaron.

- ¡Que alguien salve a nuestro líder! – grito alguien detrás de mí.

- ¡No te mueras, eres nuestro líder, no podremos hacer nada! – grito alguien delante de mí.

- tranquilos – el cura se levantó – estoy bien chicos, algo me salvo, mejor dicho alguien me salvo – él con ayuda de sus hombres se levantaron, cuando se paró, metió su mano en su bata y saco la biblia, que había detenido la bala – si esto no es una señal de Dios, no sé lo que es, eso quiere decir que Dios quiere que llegue hasta el final, aun no es mi momento de morir, Dios me dio una misión, Dios me dice que yo, yo les tengo que ayudar a salir esté lugar y eso cumpliré – todos aplaudieron y salieron corriendo donde estaba él, yo fui para atrás, no quería que me aplastaran y mucho menos verlo en la cara, cuando salí de toda esa multitud de retrasados, me encontré con mi "novio" buscándome y algo preocupado.

Experimento 3308Donde viven las historias. Descúbrelo ahora