Descansa

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Desperté de repente en una cama, me dolían los ojos y seguía escuchando un pitido en mi oído izquierdo, pero estaba vez no era tan molesto. Miré a mi alrededor y vi que estaba en una habitación, con una manguera con un líquido en una bolsa que estaba alimentándome de manera intravenosa, no sabía que era, pero seguramente era suero o algo así. Agarré la manguera y me la quité, me dolía todo el cuerpo, pero lo podía soportar, luego tosí un par de veces y por suerte no me salió sangre, lo que significa que estoy mejor. Agarré la cobija que estaba arriba de mí y la lancé lejos y me iba a intentar para, pero antes de que pudiera hacer algo, mi "novio" abrió la puerta, me vio y una sonrió, corrió donde yo estaba y me abrazó fuerte.

- ¡Estás viva! – yo solté un pequeño grito, me abrazó muy fuerte – lo siento – me soltó – te abracé muy fuerte – se separó y vi que le caían lagrimas por sus mejillas, yo puse mi mano en sus mejillas y le sequé las lágrimas – pensé que te había perdido, que ella te había matado y yo no te pude salvar, pensé que... - yo lo besé en los labios, quería calmarlo y no sabía cómo hacerlo – gracias – me sonrió.

- no fue nada – dije con una voz muy ronca, me costaba un poco hablar, pero lo podía soportar.

- deberías quedarte callada e intentar descansar – yo giré la cabeza de forma negativa.

- quiero ayudarlos – él me miró preocupado y me agarró suavemente del hombro.

- solo, descansa un poco hasta que puedas hablar mejor, luego podrás ir donde quieras, así que tranquila – escuché la puerta abrirse.

- veo que ya despertó – miré por el hombro de mi "novio" y vi que la persona había entrado era mil.

- veo que nuestra paciente despertó – él se acercó a mí - ¿Cómo estás? – yo hice un pulgar arriba, significando que estás bien – me alegró ¿Puedes hablar? – yo sonreí.

- algo – mil se asustó un poco al escuchar mi voz.

- tu voz suena como la de un demonio en las películas de terror – él soltó una pequeña risa – veo que te vez bien, vamos a hacerte una prueba ¿Cuántos dedos vez? – él me mostro su mano derecha que asomaba tres dedos.

- tres – mil sonrió.

- es correcto – él me puso su mano en mi frente – la temperatura bajo mucho y eso es un gran avancé – él me miró de pies a cabeza – te veo bien, quizás te tengas que quedar unas cuantas horas aquí en cama.

- ¿Cuánto tiempo llevo acá? – tosí un par de veces.

- varias horas, casi un día completo.

- ¿Qué paso mientras no estaba? Y ¿Cómo me curaron? – mil sonrió entusiasmado.

- fue simple, mucha sangre y con una pequeña cura que hice, te llené de sangre, para ser exactos de O positivo, hasta que te curraste, al parecer la sangre ya no te lastimaba – yo le sonreí – y paso muchas cosas, te daré un resumen, después de haber matado a tu raptora, la dejamos afuera para dejar que se la comieran y eso hicieron, la señora de la motosierra se acercó y la corto y se la comió, luego de eso – él se quedó callado – ya me acordé, despertamos a nuestro prisionero, luego hablamos y se recuperó más rápido que tú, al final llegamos a un acuerdo, un trato.

- ¿Qué trato?

- muy simple, él va a ir donde se encontró con don lagartija gigante y va a decir que le tengo una propuesta, yo le doy algo a él y él trabaja para mí, él es la mejor opción para salir, puede caminar tranquilamente por todo el lugar sin ningún problema, además es muy fuerte, ya lo ha demostrado antes, cuando nos enfrentó, así que lo mejor es ser compañeros.

Experimento 3308Donde viven las historias. Descúbrelo ahora