Una posible salida

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Luego de caminar por varios minutos, llegamos a nuestro hogar, nos abrieron y todos aplaudieron por volver, luego nos agradecieron por salvarlos y por ser héroes, todos nos dieron espacio hasta donde estaba mil, que creo que estaba dando una reunión o una bienvenida. Mil se nos acercó corriendo y nos abrazó fuerte.

- me alegra verlos.

- ¿Pensaste que te vas a deshacer de mí tan fácil

- por lo que ve, no, no lo haré – él sonrió – dejemos la broma de lado, encontramos una salida, una posible salida.

- ¿Espera? Te refieres que podemos salir.

- sí y no, tenemos la puerta, nos falta la llave, literalmente.

- ¿Tiene idea donde está esa llave? – él sonrió.

- claro que sí, me dieron las coordenadas del lugar, deberían estar lejos de aquí, pero vale la pena.

- ¿Por qué no lo enviamos a nuestro amigo camaleón?

- no quiso ayudarnos más, dijo que en eso no se metía, además dijeron específicamente que solo los experimento con números, ósea nosotros los que aun somos humanos, inferiores como él dice.

- rayos ¿Cuándo vamos a ir? – él hice cuantas en su mano.

- mañana, por lo menos, vamos a descansar por hoy, ya hicimos una misión complicada hoy, mañana también, disfruta por ahora.

- está bien, gracias, cuando todo esté listo me llamas, yo voy a ir.

- te lo prometo, ahora vayan a su cuarto, son héroes en este momento por su sacrificio, ahora se merecen un gran descanso.

- me parece – sonreí – vámonos a nuestro cuarto mi príncipe – lo agarré de la mano.

- espero que no escuche quejas de ruidos de sus vecinos por escuchar gritos – yo me ruboricé un poco.

- tranquilo, ella y yo nunca peleamos – mil se río, creo que no entendió el mensaje.

Ambos caminamos y todos nos veían y algunos nos agradecían, la mayoría eran del culto religioso y unos pocos eran los militares que fueron a la misión. Luego vi a él chico de la otra vez y lo saludé, pero el no me vio y siguió derecho, tampoco lo quería seguir porque tenía cosas importantes que hacer con mi novio. Llegamos a la habitación, la abrimos y la cerramos con seguro, no quería que nadie nos escuchara.

- ¿Qué hacemos ahora? – se sentó en la cama.

- tenemos que hacer algo importante, algo está mal.

- ¿A qué te refieres?

- se me olvido preguntarte ¿Qué números utilizaste para entrar? Tú entraste al comedor y tenías que poner varios números ¿Recuerdas cuáles son? – él se quedó callado.

- es, dos mil trescientos ochenta y tres ¿Por qué es importante?

- porque es tú número, es como tú nombre aquí y si se te olvida, algo será raro y si se parece a otro, sería más raro, descubrirían que es mentira.

- mierda, no lo pensé así.

- a partir de ahora, te acuerdas siempre de ese nombre, siempre, no se te puede olvidar y esperemos que nadie conozca a alguien con ese número, porque donde sí, todo valió mierda.

- no creo que fuera tan malo, nada malo pasara.

- ¿No? Nos mataran por mentirosos o me mataran y te capturaran, nada malo pasara ¿Por qué te hice caso? – él miró para abajo.

- lo siento, no debí pedir que mintieras todo eso, pensé que si decía que tenía pareja creerían que soy humano, además todos ya han tenido novia, sexo y muchas cosas más y yo, solo soy un pobre chico que no pudo vivir eso, que cree que tener novia es lo máximo – yo lo abracé.

Experimento 3308Donde viven las historias. Descúbrelo ahora