¿Estamos listos?

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Abrí la puerta preocupada y emocionada, quería saber si fui de ayuda para él y lo pude salvar, como él me salvo a mí. Vi a don Toño tocándole la frente, seguramente para saber si tenía fiebre, cuando me vio, se alejó un poco para que me dé espacio para mí; yo corrí y lo abracé.

- estás vivo.

- hola – lo dijo sin ninguna emoción.

- ¿Cómo te sientes? – el solo me miraba a los ojos fijamente, algo que me ponía los pelos de punta.

- nada, vivo, no sé cómo describirlo.

- adivino que esto es efecto secundario de el suero.

- quizás, no sé ¿Nos recuerdas? – él los miró.

- nunca te he visto en mi vida, pero tu voz me suena en algo y ella – me miró a los ojos – es alguien que me importa, creo, lo único que sé es que le disparé o le clavé un cuchillo a un lagarto, no estoy tan seguro, pero di mi vida por ella, supongo que era importante para mí.

- ¿Qué sientes? – pregunto don Toño preocupado.

- nada, no siento nada, solo estoy aburrido, como un niño que está enfermo y no lo dejaron salir con los otros niños.

- sientes eso – lo piñizco.

- ¡Si, suéltame! – grito de dolor y don Toño lo soltó – lo siento, pero esas uñas están muy afiladas.

- no pasa nada, era para saber si podías sentir.

- ¿Qué tiene? ¿Por qué está así? Antes era un chico tranquilo, ahora parece un cadáver que habla, parece que no tiene sentimientos.

- no sé con exactitud que lo causa, no sé nada en realidad, no sé si se va a quedar así o si sentirá alguna emoción o algo, no lo sabemos.

- pues, siento un vació.

- quizás se recupere, quien sabe, quizás fue el coma quien lo dejo eso, o la sangre, o quizás ambos.

- por lo menos está vivo – lo abracé y él me abrazó.

- adivino que tú eres quien me salvo.

- si ¿Cómo lo sabes? – lo miré a los ojos y vi una mirada perdida y vacía.

- recuerdo que tú novio estaba sedado y no era de gran ayuda, que te tuve que ayudar, recuerdo el miedo que sentía y como manejaste la situación, así que gracias – ese gracias lo sentí falso, como si lo hubieran obligado a decirlo.

- no fue nada, tú me salvaste antes, solo te devolví.

- bueno ¿Qué vamos a hacer?

- fácil, atacaremos a mil – él abrió un poco los ojos, apenas se notó el movimiento, pero eso significa que se sorprendió.

- ¿Por qué? Y no creo que sea de mucha ayuda, quizás no participe.

- pues, necesitamos salir de aquí, porque tengo una o varias costillas rotas y no sé puede hacer aquí, necesitamos salir, además cualquier ayuda nos haría bien.

- está bien, solo para poder salir y porque quiero ver a mis amigos, si es que siguen vivo.

- ¿Amigos? Nunca hemos hablado sobre ti.

- soy normal, un chico cualquiera.

- te eligieron a ti por algo, por ser especial.

- especifica, hay muchas razones por ser especial.

- ¿Hiciste algo malo antes de entrar aquí? ¿Sufriste un accidente antes de entrar aquí? ¿No eras nada y eras fácil de olvidar? – su cara no cambio, pero a mí me dolía personar que yo no importaba para los demás.

Experimento 3308Donde viven las historias. Descúbrelo ahora