Plan: reunión familiar

5 3 0
                                    

Me acosté y empecé a contar ovejas para poder dormir, pero no puede, estaba dormido por muchas horas, no podía dormir, tenía los ojos bien abiertos y tenía mucha energía, quería salir, correr y buscar algo de comer, pero me dolía moverme y seguramente si salgo de la habitación, me van a regañar y tendré que volver a sentarme en la habitación, lo único que podía hacer es pensar y ver a mi alrededor y como no quería morirme del aburrimiento, recordé mi vida antes de eso. No era especial, era muy tranquila y rara vez pasaba algo emocionante o triste, no había mucho que resalté mi vida o es algo que todos hemos vivido, como la muerte de un ser querido. Era la chica invisible, ni tan fea, ni tan linda, era simple, quizás lo que me hacía especial era no ser importante, ser menor. Pero eso no me importaba, por lo menos no mucho, me gustaba estar en casa, comer palomitas hechas por mí, cocinar, ver series y jugar, me acostumbre a estar sola que no me molestaba, me gustaba mí soledad, pero a veces quería encajar en ellos, ser como mis compañeros. Pero al final lo fui, pero cuando lo conseguí, cuando empecé a tener varias amigas que duraban más que un mes, vine aquí y todo empeoró. Él lado positivo de todo esto es que ahora soy más especial que todos ellos juntos, si salgo viva de aquí, seré tratada como si fuera un militar que regresa de una guerra, con medallas y aplausos.

- ya casi vamos a salir – miré a mi derecha, era mil que había abierto la puerta y entrado un poco a la habitación – prepárate si quieres ir con nosotros, nadie se va a burlar de ti si no lo haces.

- tranquilo, voy a ir – con un poco de dificultad me pude para – se siente un poco raro volver a caminar – di unos poco pasos para caminar donde él.

- es normal, ahora sígueme, te mostraré la armería.

- ¿Dónde está mi novio?

- ya está ahí, te está esperando impaciente, se preocupa mucho por ti.

- ¿Tanto se nota? – mil se río por mi comentario.

Él salió de la habitación y yo lo seguí cerca, caminaba un poco torpe, pero si caerme, podía sostenerme de pie. Nadie estaba en el pasillo, asumí que están en sus habitaciones o trabajando, o quizás cerraron este lugar por alguna razón.

- ¿Qué le paso al todo el mundo? Esto normalmente está lleno.

- lo sé, pero era por tú bienestar y el de los demás – yo lo miré confundida – lo que me refiero es que, la gente tenía miedo a que te convirtieras en uno de ellos, además decían que teníamos que matarte por que se iba a convertir en uno de ellos, gente estúpida – él respiró un par de veces para calmarse – pero, los voy a cambiar, a hacerlos inteligentes.

- entonces cerraron un área donde estaba yo, para que nadie entrara a matarme o yo saliera a matarlos – él sonrió.

- que mente tan brillante, eso me alegra mucho, espero que en el futuro seamos buenos amigos – vimos caminar a un chico delante de nosotros.

- ¿Se supone que aquí debe haber alguien?

- no, pero tranquila lo conozco – él tomo aíre - ¡Hey tú! ¡Chico! ¡¿Qué haces aquí?! – esa persona se giró y nos saludó con su mano.

- ¡Lo siento, tenía curiosidad de cómo estaba todo por acá! ¡Ya me voy señor!

- ¡Tranquilo, no estás en problemas! ¡Pero no lo vuelvas a hacer, si quieres entrar a un lugar como este me dices! ¡¿Entiendes?!

- ¡Sí! ¡Muchas gracias! – él chico siguió su camino hacía adelanté.

- ese de ahí era... - él se quedó callado – no recuerdo su nombre, pero es alguien muy animado y travieso, es buena persona y muy curiosa, a veces demasiado, pero por lo demás, es un buen chico.

Experimento 3308Donde viven las historias. Descúbrelo ahora