El Chat de Marinette

31. Descanso

Día 31

Descanso

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Si algo le encantaba a Chat Noir de su relación con Marinette, ajeno a que ella fuera Ladybug, era la sensación de paz que encontraba a su lado, después de que todos los malentendidos y problemas que había entre ellos se solucionaron.

Chat Noir amaba poder refugiarse en aquel cuarto rosado, rodeado de criaturas mágicas, fotos de ambos por todos lados y el olor a dulces, que Marinette siempre le tenía disponible para él.

Después de un largo día, o de una batalla contra el megakuma de turno, era su lugar favorito en el mundo para poder descansar de su agitada vida de modelo y superhéroe.

—¿Quieres que hagamos algo? —le preguntó Marinette al superhéroe, pero el chico negó. Ella estaba sentada contra el respaldo del diván, mientras el chico con temática de gato, se recostaba sobre su hombro y la abrazaba con fuerza, como si no hubiera poder humano que lo quitara de ese lugar— ¿Estás seguro?

—Solo quiero estar aquí, contigo —respondió—. No hay otro lugar donde pueda encontrar el descanso que merezco.

Marinette no pudo evitar reírse por sus palabras, pero mentiría si negara lo cómoda y cálida que se sentía en esa posición, también le encantaba.

—¿Quieres dormir un momento?

—¿Puedo? —preguntó, moviendo su cabeza para observar a su novia, la chica lo miraba con una encantadora sonrisa en sus labios.

—Por supuesto —respondió, rodeándolo con sus brazos—. Yo estoy muy cómoda aquí, así que no tengo problemas si te duermes por un momento y descansas.

—Realmente, te lo agradecería.

Marinette le dio un beso entremedio de las orejas y el chico cerró los ojos lentamente. Liberó a Plagg antes de caer profundamente dormido.

—Ha tenido mucho que hacer en su casa, esta semana —respondió el Kwami de la destrucción, en cuanto Marinette notó la suave respiración del muchacho.

—Me imagino —respondió la de coletas, deslizando su mano por la espalda del rubio—, habrá que dejarlo descansar, entonces.

—Quizás tú también deberías —le propuso Tikki, pero Marinette negó.

—Yo no estoy tan cansada, pero quizás... —se apoyó contra la cabeza de Adrien y cerró los ojos.

Los kwamis protectores miraron a sus elegidos y luego se miraron sonriendo.

Hasta los más grandes héroes tenían derecho a descansar.

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Y terminamos~

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¡Muchas gracias por haberme acompañado a pesar de todo lo que me demoré! Iré a intentar cerrar el fic Ladrien 😊

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Estamos leyéndonos.

Aquatic~