🦁64🐱

94 15 0
                                    

Las paredes de su habitación no tenían ningún color en particular. Ni sus muebles ni su ropa. Para él todo era igual, y a la vez desigual. Un poco irrelevante esa manía por combinar colores que no le producían nada. Pero así era él, y nadie tenía el derecho de opinar.

Su mejilla izquierda dolía todo el tiempo y cuando lloraba se intensificaba aquel malestar. Incluso llegaba a llorar por nada y no lo comprendía. Nunca hacía algo que no supiera por qué lo hacía, y ahora estaba allí aguantando las ganas de convertirse en agua.

Extrañaba a Jaehyuk, a Haruto, a la señora Park y su profesor Hyunsuk. Sus padres le habían prohibido salir y que alguien viniera. No lo hacían de malvados, pero preferían que el menor se tomara su tiempo para asimilar qué sucedía y así poder determinar quiénes eran los malos en esta historia.

Para alguien como Asahi era difícil reconocer a la gente mala y con feas intenciones. Porque para Asahi todas las personas eran iguales, solo que con unas resultaba tener más afinidad que con otras. Había comprendido que no podía besarse con cualquier persona que le pareciera linda, solo con Jaehyuk. El internet nunca le había fallado, entonces él podía creerle.

Recibía todo el tiempo mensajes y videos que le desagradaba leer o ver. Personas gritando mientras su abusador los tocaba. O mensajes asquerosos que reconocía como acoso. Asahi le habría dicho a su madre sobre ello, o simplemente podría haber bloqueado el número. Tal vez cambiarse de colegio como tenían pensado sus padres. Asahi tenía miles de soluciones, pero no quería hablar.

Aún no. El abuso que recibió atentaba contra sus derechos humanos. Si conseguía las suficientes pruebas para demandar a sus compañeros, entonces se sentiría realizado. Asahi quería llorar y acurrucarse en los brazos de Jaehyuk mientras olvidaba sus tormentas, más de nada servía que hiciera oídos sordos a los acontecimientos.

Jaehyuk no estaba. Nadie estaba para darle el amor que buscaba. Entonces prefería concentrarse en acabar con aquellos que lo habían dañado. Aún si era débil, si no supiera defenderse, y si se equivocaba al intentar llevar justicia por sus propias manos. Y es que no entendía por qué a él, si jamás le había hecho daño a nadie.

Volvería al instituto el lunes de la nueva semana. No estaba listo. Tenía mucho miedo. Nadie se haría cargo de él y si miraba hacia su futuro se veía solo, con un gran y vacío camino donde nadie lo esperaba al final. Asahi contra el mundo, Asahi solo contra el mundo. Y el mundo contra Asahi. La vida era tan injusta al poner a uno contra varios.

Incluso si supiera que su guerra terminaba en derrota, Asahi no iba a rendirse. Si no conseguía tomar represalias contra sus abusivos, tampoco se iba a quedar callado. Reconocía que allá afuera había miles de personas iguales a él con sus propios problemas. Aterrado comenzaba a ver al verdadero monstruo.

No era deforme, no tenía imperfecciones, no era un virus ni un parásito. Era la sociedad perfecta, el modelo a seguir postrado en una revista de ropa interior femenina. El monstruo no era él. Siempre se habían referido como monstruo a Asahi, pero el verdadero terror estaba afuera; en aquel mundo que señalaba y culpaba sin culpa.

Sí, Asahi daría mitad de su rostro con tal de evitar que alguien sufriera lo que él. No quería escuchar el llanto de una nueva chica en esas grabaciones que le enviaban. No quería ver la sangre de un chico a quien golpeaban. Su cuerpo al fin y al cabo era una armadura ¿Por qué no usarlo para proteger a otros? Si a eso le llamaban suicida, entonces Asahi estaba dispuesto a acabar con su vida por la de otros.

—Asahi... —entró su progenitora al cuarto —¿Te gustaría ver a Haruto? Ya pasaron mucho tiempo separados y Christopher recomendó que al menos él pueda verte... ¿Quieres? —notaba su dolor en cada frase, y no comprendía por qué ella lloraba en silencio cuando al que le dolía la herida era a él. Tal vez jamás llegaría a reconocer los sentimientos ajenos.

𝑆𝑖𝑙𝑒𝑛𝑡 𝐵𝑢𝑟𝑠𝑡 | °Jaesahi° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora