Capítulo 57.

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p.o.v ____ Dokueda.

-¿Duele mucho?- negué sintiendo cómo Hange terminaba de atorar la venda de mi torso -¿Qué se siente estar de nuevo en tu casa?- me limité a negar con la cabeza mirando la puerta de la habitación -¿Hay algo que quieras buscar?- asentí con lentitud mientras bajaba mi camisa, cubriendo los vendajes que ella me había puesto, miré entonces los otros vendajes que cubrían mis muslos, ambos ya estaban ligeramente manchados de sangre -____- ella se agachó enfrente mío, lucía preocupada -Jinn...- asentí lentamente.

-Estuve a nada de matarlo- comencé recordando el cómo Ymir había evitado eso.

-¡¿Huh?!- cuestionó con sorpresa.

-Mi cuerpo falló cuando iba a decapitarlo- miré mis manos fijamente, recordando la manera en la que había enterrado mi cuchilla en su pecho.

-Pero...- comenzó ella -¿Acaso no lo extrañaste?- me tensé ante su pregunta.

-Me abandonó, y estuvo bien con hacernos saber durante todo este tiempo que había muerto, nos traicionó, Hange- la miré observando que ella bajaba la mirada -Es el enemigo- afirmé entonces.

-No pude mover un sólo músculo cuando lo ví, ¿Tú sabías que...?- negué rápidamente.

-Claro que no- no dejé que completara la pregunta, entonces me levanté de la cama y la rodeé -Sólo pensé en cómo proclamó ser un héroe y fué un maldito cobarde- me detuve enfrente de mi librero y entonces lo ví, el primer libro que me había dado Eren, lo tomé con calma.

-De acuerdo- asentí con calma escuchando sus pasos acercarse a mí -¿Levi...- bajé la mirada recordando lo sucedido, en verdad había pensado en hacer de todo para que me diera la inyección.

-No creo poder volver a verlo a los ojos- admití ahora, me giré rápidamente y volví a rodearla, recordando entonces lo último que había hecho antes de que la muralla cayera, recordaba haber dejado el último libro que estaba leyendo sobre mi cama.

-Creo que él- se calló en cuanto me agaché buscando por debajo de mi cama -¿Qué haces?- cuestionó confundida.

-Dejé un libro sobre mi cama hace cinco años- me enderecé y giré a verla -Alguien lo tomó- bajé la mirada recordando que en él había dejado un separador que Eren me había obsequiado.

-¿Crees que haya sido Jinn?- apreté mis puños al pensar en aquella posibilidad.

-Lo mataré- respondí mientras me levantaba del suelo, su rostro reflejaba sorpresa nuevamente, no sabía cómo actuar ahora, ya que, la culpa aumentaba con cada pregunta, con cada mueca, sabía que todo saldría mal si les decía ahora.

Caminé hacia mi librero nuevamente y me agaché enfrente, tomé la manija de la puerta de abajo y la abrí con lentitud esperando que todo estuviese ahí, aquella caja color café tenía una ligera capa de polvo, dejé el libro a un lado mío y tomé la caja con ambas manos, me giré un poco y soplé la misma, al instante el polvo comenzó a flotar en el aire.

-¿Qué es eso?- me preguntó ella, dejé la caja en el suelo y la abrí rápidamente, observando que ahí se encontraban los pétalos que había secado de cada flor que Mikasa me había dado, sonreí dulcemente recordando aquellos tiempos -¿De tus admiradores?- preguntó divertida, entonces me negué.

-Obsequios de Mikasa- de debajo de los pétalos tomé el retrato que nos habían hecho a los cuatro años atrás, observé entonces la sonrisa que habitaba en el rostro de cada uno de nosotros.

-Lucen adorables- giré apenas al sentir que ella se agachaba a un lado mío.

-Vivíamos en la ignorancia, lo que nos traía paz y felicidad- ella asintió con una pequeña sonrisa, dejé entonces el dibujo a un lado y busqué en la caja las pequeñas tarjetas pintadas por ella, encontrando así las cinco.

𝘍𝘰𝘳𝘦𝘷𝘦𝘳 𝘧𝘰𝘳 𝘯𝘰𝘸 (𝘓𝘦𝘷𝘪 𝘈𝘤𝘬𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora