Capítulo 29:

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¿Porqué irse? ¿Porqué abandonarlo todo? Todo lo que había logrado. ¿Porqué? Es lo que trató de averiguar Flor. Lo buscó por todas partes. Se desveló para poder encontrarlo. Sin embargo, no pudo hallarlo. Él ya estaba lejos, en la ruta. Pero porqué. Lo llamo al celular, pero lo tenía apagado. ¿Será que no querrá hablar con ella? Seguro debe de estar enojado. Pero de qué.

Al enterarse el entrenador, se molestó muchísimo. Lo había entrenado lo para lo mejor. Había creído en él. Le había dado su voto de confianza, pero el lo traicionó, dándose media vuelta y no importarle los sentimientos de los demás. No podía creerlo, le había dado lo mejor, todo, y él se lo pago de esa manera. Lléndose, abandonándolo todo. Y peor aún, sin un porqué, sin un aviso, nota, mensaje, algo, lo que sea. Tendría que haber avisado.

-¡Es un ingrato! ¡Un malagradecido! ¡Todo le di y así me lo paga! Es increíble...INCREÍBLE...- gritó furioso el entrenador golpeándo con fuerza el locker de Harry.

-¡Papá! ¡Callate por favor!- Flor estaba desconsolada. Él se fue, sin decir nada. Ni adónde, ni como, ni con quien. Sólo desapareció.

Trató de recordar, memorizar algo. Pero nada. No se le ocurría nada. Hasta que pensó en una cosa, en una sola razonable cosa. Ella. Habrá venido, lo habrá persuadido, y se lo habrá llevado consigo. ¡Esa maldita!

No cabía duda, fue ella. Flor se hizo una historia en la cabeza. Babi llegando al hotel luego de que ella se despidiera momentáneamente de Harry. Besándolo, persuadiéndolo y luego convenciéndolo de que se fuera con ella. Y que abandonára y dejára todo para estar a su lado. Como su mascota.

-¡Era ovbio! ¡Cómo no me di cuenta! ¡Qué estúpida!- Flor se llevó la mano a la cabeza, y se golpeó con el puño la frente.

-¿Qué pasa?- preguntó su padre.

-Ya sé donde está Harry-

El auto se sumió en un silencio maniático. Ambos querían preguntarse cosas, deseperadamente, pero ninguno se atrevía. Harry miraba por la ventanilla, mil preguntas a la vez daban vueltas por su cabeza, pero sus labios no formularon ninguna. Luca conducía mirando de reojo a Harry, esperaba que hablara, pero también esperaba que no lo hiciese.

Siguió conduciendo, dobló a la izquierda y siguió todo derecho. Comenzaron a ver casas conocidas, vecindarios, hoteles, supermercados, loterías, jóvenes en las plazas, mujeres comprando, niños jugando, comenzaron a ver vida.

Hasta llegar al hospital.

Luca aparcó el auto en el estacionamiento que se encontraba por debajo del hospital. Apagó el motor, retiró las llaves y se hizo un silencio aún más profundo.

-¿Bajamos?- preguntó Harry.

Luca asintió con la cabeza y ambos bajaron del automóvil.

Entraron al hospital.

Harry lo recordaba como si fuera ayer. Las veces que venía a escondidas para verla, cuando él estuvo hospitalizado allí, cuando salió con un yeso en el brazo, lo recordaba todo.

Llamaron al ascensor, las puertas se abrieron. Al abrirse se encontraron con Nate. Venía bajando, tenía que irse a su departamento. No se había despegado de Babi desde que la internaron. Necesitaba bañarse, apestaba.

La expresión de enojo de Nate fue captada por Harry. Éste no dudo en devolversela, con tal odio e ira, pero acumulada desde hacía varios meses.

-Vamos Harry- Luca lo agarró del hombro y lo llevó dentro del ascensor.

Un roce de hombros entre ambos fue lo único que sucedió. Nada más que eso, y unas miradas furtivas antes de que las puertas del ascensor dieran por finalizada la contienda postergada. Al cerrarse las puertas, Harry no tuvo que preguntar nada. Luca soltó su lengua y le explicó todo.

Nuestro amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora