(Cap. 8) "El Que No Arriesga, No Gana"

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-¿Te gustan?-me preguntó emocionado.

-¡Me encantan!-contesté-¡Gracias!-me toqué las orejas y me intercambié las pantallas.

-Se te ven preciosas-dijo-eres hermosa my little girl.

-Gracias abuelo. Eres el mejor-de verdad lo era. No era mi abuelo de sangre, pero era como si lo fuera.

Ya casi lo olvidaba. Así que aproveché que ya estaba ahí y le mostré los papeles.

-¿Qué son, pequeña?-me preguntó.

-Sarah me los dio hoy en la mañana. Son unos papeles para ir a hacer un casting de modelaje en una academia que es de un amigo de ella-él me miraba atento-Me dijo que su amigo estará esperándome. Ella le explicó y le habló mucho de mi y él le dijo que fuera cuando yo quisiera.

-Mm entiendo-dijo pensativo-y ¿cuál es el problema?

-Pues ese que te había dicho hace algún tiempo; el sentimiento ese que tengo de que algo me falta, ¿te acuerdas?-le pregunté.

-Sí, si me acuerdo y ¿qué piensas hacer?-me preguntó.

-Eso es lo que no sé, abuelo. No tengo ni la más mínima remota idea de qué hacer. Como no sé definir exactamente qué es lo que me falta pues no sé si arriesgarme a intentar a hacer esto.

-Entiendo, entiendo; y me has traído esto para que yo te ayude a pensar.

Eso no era una pregunta, más bien era una afirmación. Así que no dije nada y solo lo escuché.

-Bueno, my little girl, yo no le veo ningún problema a que asistas a ese casting. Después de todo, tú sientes que algo te falta, so ¿quién te dice que ahí no puedes encontrarlo?

-Nadie-contesté.

-¡Exacto! Por otro lado estoy seguro de que en el modelaje te va a ir tan bien como en el baile y si lo que buscas no está ahí no pierdes nada. Al contrario, ganas ya que aprenderás cosas nuevas y adquirirás muchas más experiencias.

-Eso no lo había pensado. Ahora que lo dices, en esos lugares solo por participar te dan un certificado y eso no se vería mal en mi portafolio ¿no?

-Seguro que no-dijo con su sonrisa-y recuerda siempre este dicho: "el que no arriesga, no gana"-dijo y se echó a reír.

-Mm-lo miré curiosa-no sé porque presiento que eso me lo dices por alguna experiencia tuya.

Se rió a carcajadas. Se veía tan feliz, tanto, que me hizo sentir satisfecha de haber ido a visitarlo.

-¿Cómo tú crees que yo creé toda mi fortuna?-dijo finalmente y así fue como me contestó la pregunta.

Todo tiene sentido. Si yo no pierdo nada con intentarlo, ¿porqué no arriesgarme?. En fin, pasé toda la tarde con mi abuelito. Nos divertimos mucho. Vimos películas y comimos palomitas y nachos con queso. En una de ellas me atreví a hacerle una pregunta.

-Abuelo, ¿puedo hacerte una pregunta?.

-Claro que sí.

-¿Que ha pasado con Christopher? Hace mucho tiempo que no lo veo-le dije.

-Bueno pues él había salido de viaje por cuestión de trabajo. No sé exactamente en dónde se encuentra. Lo único que sé es que parece que por allá conoció a alguien-dijo un poco esperanzado.

-¿Conoció a alguien?-pregunté sorprendida.

-Al parecer sí, ojalá y pronto siente cabeza, pero no me hago muchas ilusiones.

-¿Por qué?-le pregunté.

-Pues porque él tiene que volver para seguir trabajando acá en la empresa.

-y ¿no puede traerla con él?-le dije.

-Sí, pero traérsela indicaría algo un poco más formal y la verdad es que llevan muy poco tiempo de conocerse y se supone que vuelve dentro de una semana más o menos.

-Entiendo-dije.

Sí, tiene razón. Si llegara a traérsela tiene que algo muy seguro para que ninguno de los dos pierda nada y si llevan muy poco tiempo de conocerse, dudo mucho que funcione.

-Sí, esa empresa consume demasiado tiempo. Le está pasando lo que a mí me pasó y eso me hace sentir un poco mal. La única diferencia es que a mí me gustaba estar en ella y él solo está ahí por mí.

-Eso sí, pero no creo que estar ahí le disguste tanto. Desde un principio, si mal no recuerdo, lo que él no quería eran responsabilidades y eso tarde o temprano tenía que adquirirlo.

-Eso es cierto, pero recuerda que él solo aceptó el cargo porque tú aún eras chiquita. Que él solo estaría ahí hasta que tú te decidieras y estuvieras preparada para continuar lo que yo le había entregado a tu padre.

Me quedé en silencio.

-No te estoy ajorando, pero ya mismo terminas tus estudios así que has lo que tengas que hacer, o sea, disfruta lo que te queda en ese casting a ver si encuentras lo que tanto te hace falta.

Asentí porque tenía razón. Por algo había estudiado administración de empresas, para seguir los pasos de mi padre. Después de varios minutos me habló.

-Me temo que a mi hijo se le está haciendo un poco tarde-comentó-ya tiene 29 años. ¿Cuándo piensa hacerme abuelo?-dijo y me eché a reír.

-¡Ey! mira que me pongo celosa-le dije y rompió a carcajadas.

-Tú siempre serás mi little girl- me besó en la frente-Siempre.

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