Perfecta Casualidad

(Cap. 10) Primer Examen Final

"Teeh, teeh, teeh, teeh, teeh..." Escuché la alarma a lo lejos. Logré abrir un poco mis ojos e intenté buscar el reloj. Medio minuto después lo encontré y lo apague. Me levanté; la cama estaba rica, pero tenía que alistarme. Me preparé en menos de 20 minutos y esperé a Kris para irnos juntas.

-¡Ya! Listo, vámonos-dijo mientras salía de su cuarto.

-¡Al fin!-casi grité.

-¡Ay! Tú-chocó las manos en sus muslos.

-Es que te tardas-dije alargando la última palabra.

Me miró con cara de pocos amigos. Se le notaba que aún tenía sueño. Ni con el montón de maquillaje lo podía disimular.

-Tienes las tres velocidades: lenta, lentísima y para'-me burlé de ella cuando salimos de la casa.

-Búrlate todo lo que quieras-me contestó mientras andaba- "I don't care"-dijo, se echó un mechón de pelo hacia atrás y aligeró el paso.

-No lo cojas personal-dije riéndome de su actitud, me le acerqué y le revolqué el cabello. Sabía que eso iba a molestarle así que agarré bien mis cosas y me preparé para salir corriendo.

Así mismo fue. Medio segundo después de que la despeiné me eché a correr dejándola atrás. Solo escuché una cosa...

-¡Deja que te atrape, Britanny Russell!- ¡Jum! Sí que estaba enojada pensé y me reí.

En fin, me persiguió casi cuatro calles y la verdad es que ya no podía más. Tras que estaba agotada por correr, sentí que iba a comenzar a sudar; así que decidí detenerme.

-¡Ya! -grité- ¡Me rindo!-noté que las pocas personas que había por allí a esa hora se nos quedaban mirando. Debemos parecer locas, desquiciadas corriendo así y tan temprano en la mañana.

-Sí, lo mismo iba a decir-me contestó cuando llegó a mi posición-¿Qué hora es?-me preguntó.

-Faltan 5 para las 8:00 am-contesté

-Okay, adelantamos bastante tiempo-dijo-el primer examen es a las 9:00am-tenía razón.

-Cierto, la carrerita nos alargó el tiempo de espera-le continué.

Kristen miraba a todos lados como buscando orientación y después habló.

-Pero ni creas que te vas a salvar, Russell-me miró media enojada.

-¡Oh! ¡Mierda!-se me escapó un pensamiento y me reí.

Me hizo señas con su cabeza y dijo:

-Tú pagas el desayuno-y me guiñó un ojo.

-¡No es justo!-me quejé y riéndome.

-Y ¿¡tú crees que es justo que me despeinaras después de que me tardé tanto arreglándome!?-puso los ojos en blanco.

-Vale, vale-acepté;después de todo yo fui quien se quejó del tiempo para que encima le dañara el peinado. Lo pensé así y me dio gracia.

Entramos a una cafetería y pedimos lo que queríamos. Cuando vi el menú no encontré nada caro. Nosotras siempre comprábamos en el instituto. Esta cafetería era nueva así que probaríamos a ver si nos gustaba.

Pedí waffles, un poco de huevos revueltos, con café, jugo de naranja y una pera. Kris pidió lo mismo, pero cambió la pera por una manzana. Comimos y todo estaba sabroso.

-Definitivamente, desayunaré aquí todas las veces que pueda-le dije a Kris.

-Estoy de acuerdo-me contestó.

Pedimos que nos cobraran y todo nos salió en $8.50. No me pareció nada caro porque el plato tenía su tamaño y estaba riquísimo. Eran las 8:45. Teníamos 15 minutos para cruzar una calle y llegar a nuestros respectivos salones. Llegamos justo a tiempo y antes de coger para mi sala le deseé éxito a Kris y ella también a mí.

Tranquilamente tomé mi examen. Tenía plenamente la confianza de que lo pasaría. Había esperado por este momento 2 años. Ya quería graduarme.

Teníamos 2 horas para hacerlo y yo lo terminé en 1 hora y media; así que decidí revisarlo. A las 11:00 se agotó el tiempo y profesor indicó que pasaran el examen hacia al frente.

Me sentía tranquila. Estaba más que segura de que lo había echo bien. Salí del aula y encontré a Kris en la salida.

-Y ¿cómo te fue?-le pregunté-¿fácil o difícil?

-Pues creo que bien-dijo-Estaba un poco confuso, pero creo que me fue bien y ¿tú? ¿Mucho número?-me pregunto.

-¡Sí! Muchos- le dije- pero creo que lo partí.

-¡Eso!-me chocó la mano-también lo creo así; eres muy "nerd"-se rió.

-¡Ja! ¡Ja!-contesté-muy graciosa-volteé los ojos.

-¡Ya!-me dio un suave empujón-vámonos para la casa.

-Sí, ya, vamos-coincidí con ella.

De camino de vuelta a casa fuimos platicando del examen y de lo que nos faltaba por hacer en la semana.