(Cap. 4) Era Hora De Dejarlos Fluir

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El camino hacia nuestra casa fue muy silencioso. A leguas se le notaba a Kristen lo cansada que estaba, así que decidí no decirle absolutamente nada porque sé que lo que hizo, lo hizo por mí, por alegrarme, porque quiere verme feliz. Llegamos a casa y dejé que ella se preparara primero para que se fuera a la cama. ¡Pobrecita! Eso era lo que yo pensaba. Al cabo de varios minutos ella terminó y salió del baño rumbo a su cuarto, pero antes me miró.

-De verdad lo siento, no fue mi intensión hacerte sentir mal, al contrario quería verte feliz y espero haberlo logrado, aunque sea solo un poco-me dijo con cara de sueño.

-Ya no te preocupes-le dije, me le acerqué y la abracé-De verdad me encantó todo. No me lo esperaba, pero te juro que me hizo bien. Gracias por preocuparte por mí y por esta siempre conmigo.

-De nada. Sabes que siempre estaré para tí. Te quiero mucho-me soltó y antes de darse la vuelta para ir a dormir me dijo-¡Buenas Noches!

-Yo también lo estaré para tí. Te quiero más y descansa; buenas noches-le dije.

Aproveché que ya estaba sola y me metí al baño. Se me ocurrió tomar un baño de esos pacíficos en los que lleno la tina con agua caliente y un poco de burbujas para relajarme y pensar.

-Mmm esto sí es vida-me dije a mí misma cuando me sumergí en el agua.

Dejé que mi mente se fuera en blanco un rato para relajar todo mi cuerpo. Después de varios minutos comenzaron a llegar pensamientos; como siempre. Son los mismos de siempre, esos que siempre trataba de evitar, pero esta vez los dejé fluir. Tenía que hacerlo; ya era hora.

Siempre recordaba aquellos días con mis padres. Esos en los que yo la pasaba sumamente feliz. Simplemente mi vida era perfecta. Tenía todo lo que quería y necesitaba. A pesar de que era una niña pequeña, me acordaba de algunas cosas. Mis padres me amaban muchísimo y yo a ellos. Siempre me apoyaban, me cuidaban, me leían cuentos para dormir y me llevaban a mis clases de baile. Mi mamá siempre me decía que parecía una princesa cuando bailaba; mi papá por el contrario se quedaba sin habla y algunas veces le salían lágrimas, como aquel día. Aquel último recital en el que me vieron.

*FLASH BACK*

Allí estaba yo. A punto de salir y hacer mi parte del baile. Estaba bien nerviosa porque me tocaba a mí sola. Yo no quería, pero mi maestra insistió tanto en que yo era la perfecta para esa parte que ya no tuve más remedio que hacerlo.

-Tanny, es tu turno, sales en 10 segundos- escuché a mi maestra.

Yo asentí, esos 10 segundos se me hicieron eternos y aproveché para buscar a mis papás entre el público. Sentí un alivio cuando los encontré sentados en el centro, no tan lejos de la tarima. Me sentí más tranquila y respiré hondo. Luego sentí las manos de mi maestra en mi espalda y eso indicaba que era mi turno.

...🎶...🎶...

Cuando terminé mi número me sentí tan bien que quería volver a hacerlo. Doris, mi maestra, se me acercó rápido y me dio un fuerte abrazo.

-¡Felicidades! Lo hiciste excelente-se veía muy emocionada-le di las gracias y me sorprendí porque solo se escuchaban gritos y fuertes aplausos desde que salí. Eso me emocionó más todavía.

Varios minutos después escuché a mi madre.

-Tanny, ¿dónde estás cariño?-yo la escuchaba, pero no la veía.

-Aquí estoy mamá-grite.

-¡Hola cariño!-me vio, tenía una sonrisa estupenda-Estuviste fantástica-me dijo muy contenta.

-¡Gracias mamá! ¡Te amo!-le dije mientras la abrazaba-¿Dónde está papá?-le pregunte.

-Pues venía tras de mí-dijo con cara extrañada-¡Oh! Ahí viene.

-¡Princesa!-me llamó con un hermoso ramo de rosas amarillas en sus manos y con sus ojos llorosos (como siempre)-¡Me encantó todo! Aún estoy emocionado-se arrodilló abriendo sus brazos y yo salté en ellos.

*FIN DEL FLASH BACK*

Di un suspiro enorme.

-Sin duda ese es uno de los mejores recuerdos que tengo-dije en voz alta y se me salieron par de lágrimas.

Lo peor vino después. Seguí recordando. Pasaron tres días, desde ese día y ahí fue cuando los perdí. No recuerdo mucho de ese día porque fue muy doloroso para mí. Solo sé que fue un accidente automovilístico. Un individuo se pasó una luz roja a alta velocidad y ¡Zaaz! Fue con mis padres con quien chocó y lamentablemente se fue a la fuga. Lo último que supe de él fue que su madre lo entregó a las autoridades y le dieron cadena perpetua porque al parecer ya tenía récord criminal. Nunca me molesté en conocerlo. Simplemente no quería verle la cara al desgraciado que me destrozó la vida y me dejó huérfana. La verdad es que tuve suerte y Sarah, la mamá de Kristen, aceptó adoptarme. De verdad a ellas le debo todo. Hicieron todo por mí. Me ayudaron, me apoyaron y me dieron todo el amor que necesitaba en esos momentos. No es fácil entender ni aceptar que papá y mamá ya no podrán estar contigo; que ya no volvería a verlos jamás.

Perfecta CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora