—Recuerda no llegar tarde al ensayo después de comer. Queda poco para la pasarela y tienes que ser la mejor—Farfulló mi madre mientras bebía un sorbo de su café—Y hablando de llegar tarde, llego tarde, te quiero.
Mamá fue a salir de la cocina cuando mi padre rodeo su cintura y depositó un beso en sus labios.
—Ten un buen día—Le susurró
—Igualmente Liam—Dijo mamá y salió prácticamente corriendo hacía la puerta principal con sus tacones tan altos que podrían apuñalar el pecho de cualquier hombre.
Papá me miró y sonrió.
—Vas a llegar tarde cariño—Dijo mientras se sentaba a mi lado.
—Landon va a pasar a por mi en cinco minutos papá, no lo puedo apurar más—Dije y él se rió.
—Tendré que coger a Adrián por las orejas—Adrián es el hermano de mi madre, que a su vez es el mejor amigo de mi padre, un rollo muy raro que dios sabe como ocurrió.
—Calla—Señalé al televisor—Estás en la tele.—Papá sonrió.
Se me olvidaba mencionarlo, mi padre no solo es el hombre más bueno que pueda existir, sino que también es uno de los mejores jugadores de fútbol americano que hay en Estados Unidos. Su cara lanzándole un beso a mi madre aparece en el noticiario tras su última victoria en la pretemporada.
Mi móvil sonó mientras ambos mirábamos en silencio la pantalla plana que colgaba de la pared. Al mirar el móvil, vi un mensaje de Landon, el cual me esperaba en la entrada.
—Me voy papá—Le dije y deposité un fugaz beso en su mejilla.
—Te recojo después del entrenamiento, intentaré estar a tiempo, pero...
—Ya sabes como van estas cosas y a veces me lío—Terminé su frase por él—No te preocupes, saldré con los chicos después del ensayo.
—Me siento ofendido porque me cambies por esa panda de simios, pero acepto por el simple hecho de ser un hombre ocupado—Sonrió.
—Adiós—Dije y salí de casa.
Bajé las escaleras del jardín hasta salir a la carretera. Landon me esperaba en su coche junto a Travis y a Sally, la novia de Landon.
—Buenos días su majestad—Dijo Landon tras improvisar una especie de reverencia muy forzada.
—¿Eres tonto?—Le pregunté y Travis sonrió mientras me coloqué a su lado en la parte trasera del coche.
—Hola Abby—Dijo Travis y le devolví el saludo.
Landon condujo en su descapotable rojo hasta el instituto, al llegar nuestra plaza de aparcamiento de siempre estaba siendo ocupada por un todoterreno negro. De este se bajó un chico impresionantemente alto y con un pelo color marrón y unas gafas que cubría sus ojos, no se veía de nuestra edad, pero tampoco menor que nosotros.
—¿Quién cojones es ese?—Preguntó Sally enfadada porque nos habían robado la plaza de aparcamiento.
—Ah si, se me había olvidado—Dijo Travis—Es mi hermano Nate, llegó hace unos días del internado y se cree el rey del mundo.
Miramos a Nate caminar entre la gente, todos se apartaban de él como si lo conocieran y le tuvieran un respeto tan grande que acercarse fuera una grosería. Algunas chicas lo miraban con la baba colgando mientras que los chicos lo miraban con una pizca de desprecio en la mirada.
—Parece como si tuviera el ébola chaval—Dijo Landon—Ni si quiera se le acercan
—No se relaciona con nadie, a no ser que sea con sus amigos y con la gente que sea estrictamente necesario—Dijo Travis—Hasta eso, se me olvidaba que esta noche celebra una fiesta en casa, venid por favor.
—Sally y yo esta noche estamos ocupados—Dijo Landon picándole el ojo a la chica pelirroja que iba a su lado delante y pude ver como una sonrisa se dibujaba en el rostro de Sally.
—Tu no me falles Abby—Dijo Travis—Te recojo en tu casa y te puedes quedar a dormir, pídeme lo que quieras, pero ven.
—Vale—Acepté—Pero solo porque no tengo otra cosa que hacer un viernes por la noche.
Los cuatro nos bajamos del coche y caminamos hacía la puerta principal del instituto. Landon rodeó los hombros de Sally y Travis caminaba a mi lado con una sonrisa incómoda.
Desde que Sally y Landon salían juntos era como si necesariamente Travis y yo debiéramos salir también, a pesar de que simplemente éramos mejores amigos. Pero como ambos estábamos solos sentíamos esa presión a ser un grupo perfecto, a pesar de ignorarla.
Al llegar a nuestros casilleros recogimos nuestros libros y nos dividimos para ir a nuestra clase. A Travis le tocaba biología conmigo así que caminamos juntos hasta la clase. Unos metros antes de la puerta del aula, su hermano estaba besándose con una pelinegra de último curso. Travis dio un golpe en la taquilla que hizo que ambos se separarán. Nate lo miró con desprecio mientras se peinaba el pelo con los dedos.
—¿Se puede saber que mierda haces?—Dijo con asco. La pelinegra entró a la clase de enfrente y nos quedamos los tres solos en el pasillo.
—Abby viene a la fiesta esta noche—Le comunicó Travis—Y búscate otro aparcamiento, ese es nuestro.
—Primero no tiene tu nombre—El hermano de Travis me revisó de arriba abajo y volvió a dirigir la mirada hacía su hermano—Y segundo, me da igual a que parguelas invites mientras no me molesten.
Nate se fue caminando por el pasillo con las manos metidas en los bolsillos mientras Travis tocó mi brazo.
—Lo siento, no quería decir eso seguro—Dijo y negué con la cabeza quitándole importancia.
—No te preocupes—Le contesté
—Es un maleducado, lo echaron del internado...—Travis empezó a contarme cosas sobre su hermano, pero yo solo podía pensar en la mirada de desprecio que había fijado en mi segundos antes.
Una de mis mayores inseguridades es el sentimiento de lo pequeña que me he sentido siempre y no pequeña en el sentido de bajita, sino de que siempre me he sentido invisible en todos lo ámbitos. La mayoría de gente piensa que como mis padres destacan en casi todo lo que se proponen yo también lo tengo que hacer, pero la verdad es que no. Nunca me he sentido especialmente guapa a pesar de modelar en cientos de pasarelas desde que soy pequeña. Ni tampoco he sentido que fuera valiosa a pesar del valor que me da la gente de mi alrededor. Y esa mirada de desprecio fue el inicio de todo un huracán de emociones en mi interior.
—Tengo que ir al baño—Le comuniqué a Travis—Ahora voy a clase—Él asintió mientras que casi corría hacía el baño de la segunda planta.
Ig:_lina.sunn_

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Si todo lo que soñáramos fuera realidad (Completa)
Romance-Por favor-Susurré y él me miró mordiéndose el labio. -A la mierda-Tiró el vestido y me agarró por las caderas, levantándome fácilmente en el aire. Sus ojos recorrieron los míos segundos antes de que me apoyara contra la pared y con uno de sus dedos...