Capítulo 8

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La botella giró quizás lo que parecieron cientos de veces, hasta que finalmente cayó sobre un chico al otro extremo de la habitación. 

El pelinegro de ojos marrones me miró fijamente unos segundos hasta que una sonrisa se formó en su rostro. Me levanté y él me imitó, al pasar por al lado de Sally esta tocó mi hombro.

—Has tenido suerte, disfruta—Susurró con una sonrisa.

—Las damas primero—Me indicó el chico señalando la puerta con la mano totalmente abierta.

Cuando entró cerró la puerta, seguidamente se escucharon gritos indicando que los siete minutos empezaban en ese instante.

—¿Abby no?—Me preguntó.

—Si—contesté—¿Tu eres?

—Jaden—Contestó metiendo un mechón de pelo detrás de mi oreja.—Si quieres podemos simplemente hablar, no tenemos porqué hacer nada más.—Indicó con un tono de voz bastante bajo. Entonces fijó su mano en mi cintura—También podríamos...—Me miró sonriendo.

—Podríamos—Le indiqué acercándome un poco más a su rostro.

Jaden miró mis labios por unos segundos y después miró con sus ojos marrones a los míos.

—Si no quieres...—Susurró, pero estampé mis labios con los suyos.

Jaden tomó el control en el instante en el cual nuestras lenguas se encontraron. Agarró mis caderas, dejándome sentada sobre una estantería y posicionándose entre mis piernas fácilmente. Sus labios se movían con fuerza sobre los míos mientras que sus manos descendían de mis caderas hasta un poco por debajo de mi vestido y este con gran agilidad lo subió de tal modo que dejó al descubierto mi ropa interior y ahora podía sentir toda su dureza contra la parte más sensible de mi cuerpo.

Ahogué un gemido cuando atrapó mi labio entre sus dientes y cortó el beso para descender con besos hasta mi cuello. Allí empezó a besar, lamer y succionar esa zona tan sensible de mi cuerpo. Volvió a regresar a mis labios con aún más fuerza de la que había ejercido antes. Notaba como todo su cuerpo se tensaba contra el mío mientras nuestras lenguas se juntaban peleando la una con la otra. Jaden agarró de nuevo mi cuerpo y se sentó él sobre la estantería, ahora era yo la que se encontraba sobre él y la que dentro de lo que cabe tenía el control sobre la situación. Mis piernas se encontraban a ambos lados de sus caderas y sus manos estaban posicionadas sobre mis nalgas. Agarré el borde de su camiseta y la tiré hacía arriba mientras sus manos trataban de deshacerse de mi vestido. Miré su abdomen y el increíble tatuaje que se encontraba en este. Por encima de sus pantalones ascendían varias ramas secas de color negro que decoraban su lado derecho del abdomen.

—Puedes descubrir el tatuaje por completo—Dijo y seguidamente atrapó uno de mis labios entre sus dientes.

Volvió a besarme con ansias y el calor de nuestros cuerpos desnudos emanaba sobre el otro. Sus manos acariciaron mi columna vertebral mientras sus labios se centraban en mi escote. Depositó varios besos sobre este hasta que con sus dientes mordió el borde de mi sujetador y una chispa eléctrica recorrió todo mi cuerpo.

Este tío sabía bien lo que estaba haciendo y eso me ponía muchísimo. Varios gritos empezaron a sonar desde el exterior indicando que quedaban 30 segundos. Jaden me tiró mi vestido y me lo puse sobre mi cabeza.

Ni si quiera le dio tiempo de cubrir su torso, cuando Sally abrió la puerta y nos miró con una radiante sonrisa.

Me bajé del regazo de Jaden y salí con toda la dignidad que pude de aquel armario viendo como este se ponía su camiseta blanca sobre su abdomen tatuado. Aquel tatuaje llamaba a todos mis instintos y no podía evitar parar de pensar en él y en su final.

Me senté en el sofá, un poco alejada del juego y esta vez Jaden se sentó a mi lado.

—Han sido los mejores 7 minutos en el paraíso que jamás haya jugado—Dijo y puso una de sus manos sobre mi pierna.

—Puede que los míos también—Le dije y este sonrió.

—Podríamos subir a una habitación y terminar lo que hemos empezado—Me susurró en el oído y me ericé en el instante que su aliento rozó mi oreja.

—Podríamos...—Le susurré de igual forma.

Jaden me agarró de la mano y empezamos a caminar hacía el piso superior. Durante el camino varias personas nos saludaron o nos silbaron, pero ambos seguíamos absortos uno en el otro. Al llegar a una de las habitaciones que estaban vacías, Jaden cerró la puerta y me tiró sobre la cama. Se subió encima mío y me empezó a besar de nuevo mientras se deshacía de toda nuestra ropa, tirándola por cualquier lado de la habitación.

—¿Segura que quieres?—Preguntó unos minutos después de estar besándonos y acariciándonos.

—Si quiero—Le susurré y este hizo mi ropa interior hacía un lado para hundir uno de sus dedos en mi interior.

La humedad hizo que rápidamente introdujera otro mientras sus labios ahogaban mis gemidos y mis súplicas porque fuera más y más rápido. 

Agarré sus bóxers y los bajé dejando por fin al descubierto su gran tatuaje. Seguidamente agarré con mis manos su gran masculinidad y empecé a acariciarla con suavidad. 

Jaden se separó durante un momento y agarró de la mesilla de noche un preservativo. Se lo arrebaté de las manos y se lo puse bajo su mirada llena de deseo.

Después de toda la noche él llevando el control, lo empujé dejándolo caer sobre la cama y me posicioné encima de él, dejando ambas piernas a ambos lados de su cuerpo y simplemente me dejé caer sobre él. 

Soltó un gruñido al tener gran parte de su masculinidad dentro de mi. Lentamente me empecé a mover sobre él mientras sentía corrientes eléctricas que me hacían sentir en el cielo.

Jaden me besó callando los gemidos que salían de mi boca mientras yo me movía sobre él con lentitud. Unos pocos minutos más tarde, sujetó mis caderas dejándome totalmente incorporada y sentada sobre él y empezó a penetrarme con dureza. Entraba y salía de mi tan rápido que prácticamente en segundos ese nudo en mi interior se disolvió por completo y me corrí. Iba a desvanecerme sobre él pero siguió sujetándome y penetrándome con rapidez.

—Todavía puedes correrte más—Dijo aumentando aún más el ritmo.

—Esto, no creo que...—Empecé a susurrar, pero noté como de nuevo se empezaba a formar en mi interior un orgasmo y Dios, tenía toda la razón. Llevó uno de sus dedos a mi clítoris y tras varios segundos me volví a correr.

Minutos después él  terminó y caí agotada a su lado.

Nuestras respiraciones entrecortadas era lo único que se escuchaba en la habitación mientras que fuera había un gran barullo.

—Nunca había terminado dos veces y menos tan rápido—Confesé y Jaden sonrió.

—¿Nunca?—Preguntó y asentí. Él se giró hacía mi y metió un mechón de pelo detrás de mi oreja—Si quieres podemos quedar mañana y te enseño alguna cosa más.

Jaden sonrió a la vez que se mordía el labio.

—Podríamos—Susurré.

—Así empezamos hace un rato—Dijo él susurrando.

—Podríamos empezar así otra vez—Dije con una sonrisa en el rostro y él volvió a unir nuestros labios en un beso.

Ig:_lina.sunn_

Si todo lo que soñáramos fuera realidad (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora