- One shots de Robin Buckley
Algunas escenas de la serie pueden ser
cambiadas para hacer distintos
escenarios, por lo que en ocasiones no
seguirá la línea de tiempo de la serie.
AU
Pedidos abiertos a dm - Ꮚ
Resumen: tú y Robin son mejores amigos. Y se supone que los mejores amigos se cuentan todo, ¿verdad?
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(...)
"Vamos a caminar. Solo tú y yo."
La miras, incómodamente cambiando tu peso de un pie a otro. Estás apoyado contra el capó de tu auto, sujetando tus cuadernos contra tu pecho mientras te encuentras con su mirada. Ella te devuelve la mirada, pateando sus zapatos contra la tierra, ambas conteniendo la respiración. La escuela ya está vacía, todos ya se han ido, dejándote a ti y a Robin solas fuera del edificio. El momento de seriedad se siente extraño, incómodo, tenso. Tragas saliva, incapaz de ver ni un atisbo de una sonrisa burlona en el rostro de Robin, y respiras hondo.
"Está bien", finalmente asientes, y Robin se muerde el labio inferior. Ella te observa guardar tus libros, metiéndolos en tu mochila, y Robin resiste la tentación de hacer una broma sobre cuán desordenadamente empujas los papeles. Así es como te conociste, después de todo, escritorios uno al lado del otro, ella murmurando un comentario sarcástico en voz baja. Resoplaste de risa, y la tomó por sorpresa (el hecho de que alguien estuviera prestando suficiente atención para escucharla) que no pudo evitar estallar en carcajadas también. Las llevó a ambas a detención, reprendidas por interrumpir la clase, pero valió la pena que Robin encontrara a su mejor amiga.
Reajustas nerviosamente las correas de tu mochila, colocándolas más arriba de tus hombros, alargando los segundos para evitar la conversación que sabes que tanto tú como Robin han estado bailando. Ella inclina la cabeza y tú la sigues a regañadientes cuando comienza a caminar, ambos arrastrándose por el borde del camino que conduce a la escuela. Es extrañamente silencioso, como si el mundo entero te estuviera otorgando un momento de privacidad, queriendo escuchar lo que tienes que decir.
Pero sabes que el mundo está girando, continuando como debe. Al mundo no le importas tú ni Robin. No le importa que dos amigas paseen bajo un cielo nublado, con la boca llena de palabras que quieren decir, pero que se encuentren tragándoselas.
El camino está vacío, ni siquiera el zumbido de un motor distante que rompe el delicado silencio que baila alrededor de ti y de Robin. Te ajustas más la chaqueta de mezclilla alrededor de tu cuerpo, sintiendo los vientos otoñales cada vez más fríos a medida que el sol se esconde detrás de las nubes. Las hojas doradas crujen debajo de ti y de los zapatos de Robin a medida que continúas caminando, recorriendo el tramo de la carretera que parece no tener fin, y te aclaras la garganta con torpeza para comentar: "Esto es agradable".
Robin no responde y una parte de ti sabe que no debes esperar que lo haga. Ella nunca ha sido de las que se andan por las ramas, para decir tonterías contigo. Puedes verla pensativa, con los ojos pegados al suelo mientras presiona sus labios en una línea plana.
