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Date?

Date?

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Tomaste un sorbo del batido que tenías enfrente, un delicioso licuado de fresa que estaba adornado con la misma fruta en la punta del toque de crema.
El castaño enfrente tuyo no dejaba de hacer ruidos con la pajilla luego de haberse tomado toda su bebida, como si por arte de magia volviera a llenarse otra vez, un gran tonto.

— Hey! Steve, carajo, estaba intentando contarte algo.— moviste tu mano frente a su rostro tratando de llamar la atención.

— ¿Puedes pedirme otro? — agachó su cabeza luego de recibir un golpe en la nuca.

— Estamos en una charla importante ahora, no pagaré tu estúpido batido.—

Hizo unos ojos de cachorro que en otra situación te hubieran convencido pero ahora sólo te daban bastante gracia. Intercambias los vasos sobre la mesa para que pueda continuar tomando sin interrumpirte.

— Bien, como te decía, me gusta alguien.—

Dejó suavemente el vaso a un lado de la mesa y se apoyó sobre sus palmas prestandote tanta atención que hasta te dió miedo. Hiciste una mueca tratando de entender su expresión de persona chismosa.

— Cuéntame más, pequeña ___, aquí Steve te está escuchando.— tragaste en silencio y apoyaste tu espalda sobre el asiento lentamente.

— ignoraré eso por tu bien y el mío... Retomando, creo que de verdad me gusta, es decir, quiero que me consigas una cita.— aparentaste una sonrisa angelical parpadeando varias veces para conseguir ese gran favor por parte de tu amigo.

Steve inmediatamente volvió a su lugar cruzándose de brazos tratando de descifrar quién podría ser la persona que te estaba poniendo así de tonta, es que había notado que ya no estabas tan gruñona y te fijabas más en arreglarte precisamente por alguien.

Te diste por vencida tirándote sobre la mesa soltando un largo suspiro. Apenas levantaste un poco la vista tomaste sus manos y las moviste intentando rogarle por esa maldita ayuda de su parte, casi nunca le pedías nada, según tú.

— ¡Por favor, Steve! Haré lo que sea, hasta puedo masajearte los pies si tengo que sacrificarme. — apenas una lágrima falsa recorrió tu mejilla haciendo todo más dramático.

— Eres increíble cuando quieres conseguir algo. Lo haré, ¿pero por qué yo? Debe ser alguien que conozca muy bien. Espera... ¡No me digas que te gusta Ro— pusiste tu mano sobre su boca para que se callara con los ojos bien abiertos, a veces no sabía ser disimulado.

— Sí, ella.— susurraste quitando lentamente tu mano. — pero no puedes decírselo así como si nada, que sea más como, una salida informal y le hablas bien de mi, ¿Te parece? —

Tus labios se apretaron y entrecerraste los ojos pidiendo dentro tuyo que aceptara por fin, necesitabas que todo saliera bien y estarías dispuesta a dar el siguiente paso con ella, la linda chica de Scoops Ahoy.
Desde que Steve había comenzado a trabajar allí lo visitabas todos los días, hasta que se hizo rutina, pero no por él. La chica de deslumbrante sonrisa se había ganado toda tu atención y desde que comenzaron a pasar las tardes hablando sobre lo aburrida que era la vida en Hawkins no pudiste evitar sentirte atraída.

— maldita sea, ¿Me ayudarás o tengo que pagarte otro licuado? — cuando te diste cuenta sus ojos ya no te miraban a ti, sino detrás tuyo.

Temiste lo peor, asi que volviste a sentarte fingiendo que nada había pasado y levantaste un poco tu cabeza rezando porque tu rostro no fuera un mismísimo tomate. Y entonces pudiste verla, con sus manos sobre sus caderas y una bonita sonrisa que apuntaba solamente a ti. Tuviste que pensar varias veces en cómo formular una oración en tu cabeza, lo cual te estaba siendo tortuosamente imposible.

— Hola, Robin...— levantaste la mano moviendola en forma de saludo tratando de poner la sonrisa más disimulada, sentías como Steve se reía detrás de ti.

— Qué gusto verte aquí, ___. — Bajaste un poco la mirada al notar que su interés solamente se dirigía a ti. — De paso quería preguntarte si estabas libre el viernes a las ocho, noche de películas, obviamente conmigo.—

¿Realmente estaba pasando? Tu mente se nubló por unos segundos perdida en el azul de sus ojos y su tan repentino plan para el fin de semana.

— ¿No estoy invitado? — Esta vez Robin dirigió la mirada a él pero de forma amenazante, a lo cual Harrington volteó a otro lado terminando el batido que su amiga le había dado.

— ¿Entonces? — La más alta apoyó una mano sobre tu hombro apretandolo un poco volviendote devuelta a la realidad e inmediatamente asentiste repetidas veces ante la propuesta.

— Sí, es un sí! Digo, yo llevo las palomitas.—

— Cool.— Buckley se acercó para dejarle un beso en la mejilla mientras deslizaba un papel en su mano con cuidado. — Nos vemos el viernes entonces.—

Cuando la chica se alejó fue cuestión de segundos para que Steve y tú comenzaran a festejar por lo bajo lo exitosa que fue tu forma de conseguir una cita.



















Dejo esto antes de irme a dormir y le agradezco a las personas que dejan sus ideas para próximos shots ♡˖꒰ᵕ༚ᵕ⑅꒱

- Robin Buckley • 𝗼𝗻𝗲 𝘀𝗵𝗼𝘁𝘀 𝆬   ׅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora