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— No me comeré eso

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— No me comeré eso.— La pelirroja señaló la comida que habías llevado para compartir en el picnic que habían preparado.

— ¿Por qué no? Las hice con mucho esfuerzo, sólo quedaron un poquito quemadas.— Once agarró una de las galletas que tenías en el frasco y la observó detenidamente.

La lanzó contra una roca y la galleta aún así se mantuvo en su estado original. Las tres se miraron, pero las dos más jóvenes empezaron a reírse de ti.

— ¡Hice todo lo que decía la receta! — Exclamaste dejando el frasco a un lado un poco frustrada. Era mejor reírte a la par que seguir poniéndote mal por tus pésimos trucos culinarios.

Se quedaron hablando toda la tarde, éstas dos chicas eran tus mejores amigas desde tu corta estadía en Hawkins y las amabas más que a nada. Eran como las hermanas pequeñas que hubieras querido tener, de a poco podías notar lo mucho que iban creciendo y eso te daba nostalgia.

— Hopper vendrá por mi, dijo que cenaremos algo rico hoy, sólo deseo que sean waffles.— la castaña cruzó sus dedos como pidiendo que su deseo se cumpliera.

— ___, ¿Puedes alcanzarme hasta la tienda de películas? Quiero ver si Steve me consiguió alguna buena película para ver.— Max apretó sus labios como si estuviera ocultando algo, Ce y yo nos miramos sospechando de ella.

— ¿Verás una película sola? — te acercaste un poco para intimidarla, sus ojos te observaron como si te estuviera retando a mantener la mirada. — Oh, ya sé, pasarás un viernes de películas con tu noviecito Lucas.—

Ce y tú empezaron a fingir besos en el aire molestando a la pecosa, esta les lanzó una de tus galletas a cada una.

— Tú no pienses burlarte, sé que Hopper te prohíbe ver a Mike de todos los besos babosos y llenos de bacterias que se dan.— la que estaba a tu izquierda dejó de reír e hizo una expresión de burla con su rostro.

La señalaste con el dedo sin dejar de reírte. Ambas habían obtenido un poco de burla entre sí y te parecía muy tierno que tus niñas ya tuvieran amores adolescentes.

— Y tú... Si no fuera porque te empiezan a temblar las piernas cada vez que le hablas a Robin estarías igual que nosotras.— rápidamente dejaste de reír, ellas chocaron los cinco y tú te cruzaste de brazos ofendida.

— ¡Mis piernas no tiemblan! Y no he encontrado el momento justo, sé que realmente no le atraigo.— Jugaste un poco con la pulsera que tenías puesta en tu muñeca, podías sentir cómo las dos te miraban.

— No lo sabrás hasta que le hables, deja de ser cobarde.—

Suspiraste. Las dos jóvenes tenían razón, estabas siendo una completa idiota al no hablarle a Robin cuando se veían casi todos los días. Era increíble que unas niñas supieran más de amor que tú.

Acompañaron a Once hasta la camioneta de Hopper que las saludó y abrazó como si fueran sus propias hijas, él siempre es muy bueno con todos ustedes.

Luego llevaste a Max hasta el Family Video. Le dijiste que la esperarías afuera pero te obligó a entrar con ella porque “tenías que enfrentar tus miedos”.

En la entrada vieron a Steve, Max inmediatamente le tiró del brazo para que le fuera a mostrar todo el estante de películas de terror que tenía, muy conveniente para ti que te tuviste que quedar sola.

La rubia entró por la puerta haciendo que la campanilla suene, traía dos paquetes de comida en la mano los cuales dejó en el mostrador.
En cuanto te vió me sonrió para venir a abrazarte con sus fuertes y largos brazos aferrandose a todo tu cuerpo.

— H-hola, Robin, qué alegría verte.— Las palabras salían algo resbalosas de tu boca, temías que la lengua se te trabara al hablar.

— ¿Por qué no vinieron más temprano? El día fue completamente aburrido. — Apoyó sus antebrazos en el mostrador al cual le estaba dando la espalda.

Tragaste duro antes de hablar. — Max, Ce y yo estuvimos haciendo un picnic y se nos pasó el día volando.— No sabías qué hacer con tus manos o en donde ponerlas para que no notara lo nerviosa que estabas.

— Qué mal que tuve que trabajar, las hubiera acompañado. Salir con ustedes es muy divertido. — Se aflojó un poco la corbata del uniforme haciendo que mis ojos fueran un poco más abajo. Ella rió bajo, inmediatamente desviaste la vista a otro lado.

— Emm, Sí, bueno, te avisaremos la próxima vez. — Se quedaron en un silencio algo incómodo debido a que ella tenía intención de hablarte pero te estabas conteniendo de hacer cualquier cosa.

— ¿Harás algo? Hablo de que, es viernes, todos se quedan en casa mirando películas y eso. — Relamió un poco su comisura levantando la vista con una sonrisa hacia mi. Mierda Robin, no sabes lo que estás provocando.—

— ¡Sí! — Soltaste de inmediato y sin pensar, rápidamente tapaste tu boca con la mano avergonzada por aquello. Era algo inevitable no hacer estupideces cuando tenías a la chica de tus sueños justo frente a ti. — Hablo de que, puedo esperar a que termines y llevamos algunas películas a mi casa, nadie molestará.—

No entendías porque aclaraste lo último pero a Buckley pareció gustarle. Se acercó un poco a ti pasando su corbata por tu cuello sin atarla y dejó un beso en tu frente.

— Genial.— Murmuró haciéndote sentir cosquillas por todos lados.

— ¡Ten más cuidado, Niña! — Escuchamos una queja de entre los estantes. Steve estaba sobando su cabeza y Max se reía mirándonos a nosotras mientras levantaba sus dedos pulgares.

- Robin Buckley • 𝗼𝗻𝗲 𝘀𝗵𝗼𝘁𝘀 𝆬   ׅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora