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Un día de trabajo como cualquier otro, Robin dejaba su turno para que Steve se encargara de atender al resto de mocosos que pasaban por la heladería

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Un día de trabajo como cualquier otro, Robin dejaba su turno para que Steve se encargara de atender al resto de mocosos que pasaban por la heladería. El verano era el triple de agotador de lo usual, las personas en el centro comercial salían y entraban constantemente, asi que solían estar demasiado ocupados hasta que daban un respiro al final del día.

A Robin no le gustaba mucho tener que lidiar con nadie, asi que disfrutaba su descanso desde el primer segundo hasta el último. A veces molestaba a Steve con el contador que había dibujado una pizarra donde anotana todos sus inútiles intentos de conseguir alguna cita, era su parte favorita del trabajo.

En realidad no, había algo que le gustaba mucho más que hacerle bromas a el "cabello perfecto" y su decayente fama luego de la vida escolar.

Cuando te vió acercarte hasta el mostrador donde Steve estaba más que dispuesto a atenderte inmediatamente salió de la despensa y lo empujó con sus caderas tomando su lugar. Arregló un poco su cabello con su risita nerviosa ante la visita. Todos los días ibas por un helado refresctante y era una casualidad que la chica te atendiera.

Al principio fue más como una coincidencia, su torpeza fue algo a destacar porque en general veías con los pocos ánimos con los que atendía al resto de personas. Cuando te veía era como si algo deslumbrante apareciera en su camino, su espalda se ponía recta y tiraba su gorro en alguna parte del mostrador.

— ¡Bienvenida otra vez a este viaje de sabores! Un cono de dos sabores, Limón y Chocolate con almendras, te lo doy de inmediato.— habló tan rápido que apenas te dió tiempo a siquiera saludarla.

— Hola, Robin. Es encantador que sepas de memoria lo que siempre pido, pero hoy cambiaré un poco, me cansé de la rutina.—

Pronunció un suave "oh" y le extendió el cono que tenía preparado a Erica que era la siguiente a pedir haciéndole una seña con la mano para que se alejara.

— ¿Qué tienes pensado probar? — apoyó los codos creando una cercanía contigo, asi que la copiaste pensando un poco en los sabores que pedirías.

— En realidad, quería saber cuáles son tus sabores favoritos, será algo divertido.—

— ¡Por supuesto! Bueno, creo que entonces tendrás que llevarte un cono de abuelita, porque lo único que tomo es chocolate y vainilla...— tapaste tu boca para no reír ante la desilusión en la cara de Buckley.

— Entonces compraré ambos conos y tendrás que aceptar compartir conmigo.—
Robin no sabía qué hacer o decir ante la reciente propuesta. Sostenía el cono en su mano sin darse cuenta que poco a poco iba derritiendose.

— oh, carajo... Tengo que limpiar todo esto.— Buscó las servilletas por todos lados volviéndose loca, la detuviste sosteniendole la mano para ayudarla a limpiarse con las que estaban cerca tuyo. — G-gracias, te haré otro cono. Puedes ponerle lo que sea, no te cobraré.—

Negaste rápidamente esperando a que dejara de buscar por todos lados la cuchara que había dejado dentro de alguno de los potes.

— Robin, creo que los clientes están furiosos.— Steve acotó asomado en la ventana de atrás. — Terminaré el turno, saca tu estúpido trasero de allí.—

De inmediato Harrington tomó el puesto y lanzó a Robin a un lado señalándole con la mano hacia ti, luego levantó sus pulgares como un amigo orgulloso.

Buckley estaba demasiado avergonzada, lo podías notar por el rubor de sus mejillas y la forma en que jugaba con su cabello tratando de hablarte.

— Uh, ¿entonces sí podemos—

— Me alegro que aceptes la cita. Te ves bonita con ese uniforme, nunca pude verlo bien por completo.— Mordió su labio inferior pasando su brazo por tu cuello para llevarte de paseo por el mall.

Finalmente la cita pudo concluir con éxito, sentían que su sueño se estaba haciendo realidad. Arreglaron para un segundo encuentro y Robin dudó si hacerlo o no, pero dejó un rápido beso en tus labios con el que se despidieron.
Fue una lástima para Steve porque tuvo que cubrir hasta el turno de la noche, y las muestras gratis terminaron acabando con su paciencia.

- Robin Buckley • 𝗼𝗻𝗲 𝘀𝗵𝗼𝘁𝘀 𝆬   ׅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora