Mi Mundo De Colores

Cap. 1 Blanco Y Negro

Capitulo 1

Cuando sentimos que estamos en nuestros últimos momentos, cuando nuestro corazón está por dar su último latido, al final del túnel, solo podemos ver nuestra vida pasar. Lo que hicimos, lo que vivimos, nuestros seres amados.
Eso había escuchado de otras personas, que en el último momento podemos ver la vida pasar en unos segundos.

Eso no me pasaría a mí. De eso estaba segura.
Porque yo no tenía recuerdos. No tenía una vida que recordar.

Era como si no hubiera existido.

Por eso no me dolía dejar este mundo.

—La perdemos. —Aún podía escuchar a los médicos y enfermeros hablar. Ellos se movían de un lado a otro —Rápido preparen el equipo —La Doctora parecía preocupada, su frente sudaba.

—Uno, dos, tres —Sentía mi cuerpo frío a pesar de las descargas.

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—Te amo —Podía sentir su voz golpeando mi nuca, su aliento tan frío me provocaba una corriente eléctrica por toda mi columna. —Eres hermosa.

Quería girarme y poder ver su rostro, pero entonces me di cuenta de que una de sus manos sostenía mi cintura.

—¿Tienes miedo a las alturas? —Su pregunta me tomo por sorpresa, ya que no había notado que estábamos volando en un globo aerostático. —Observa lo hermoso que es —Entonces mire al frente, la vista era maravillosa. Los árboles me hacían querer respirar hasta acabarme el aire. De pronto una corriente de aire llegó y me aferré a la enorme canasta del globo. —No tengas miedo, no mientras estés conmigo. —Su voz me transmitía tanta seguridad, pero su tacto me ponía nerviosa. Por eso cuando puso su mano sobre la mía solo pude temblar pero, cuando recargo su barbilla en mi hombro, sentí desmallarme.

De pronto todos mis miedos se fueron cuando sentí su cuerpo pegarse por completo al mío. Deseaba con ansias ver su rostro, pero me perdí en el paisaje frente a mí, junto con el hermoso sonido de la lluvia que apenas comenzaba.

XXXXX

Mis párpados pesaban, cuando comencé a ver que todo era nuevamente blanco, sentí mi corazón acelerarse.

—¡Auxilio! —Mi grito debió ser tan fuerte que mi garganta ardió.

—¡¿Despertaste?! —La Doctora que me había atendido antes, entro por la puerta.

Al parecer no estaba muerta.

Dios me había dado una oportunidad.

Entonces ese hermoso sueño apareció una y otra vez en mi mente como un disco rayado.

¿Era solo mi imaginación?

¿Era un recuerdo?

Mi cabeza daba vueltas.

Tenía la esperanza de que todo fuera verdad.

Tal vez ame una vez.

Tal vez alguien me amo.

Entonces una esperanza me animo a vivir y poder soportar este infierno en el que había vivido los últimos días.

Sabía que la vida no era fácil, pero sin duda para mí se había vuelto un infierno.

Solo quería salir de este lugar y volver a ser libre. Porque todo en mi vida se había vuelto completamente negro.

Para mí no había salida y no había esperanza. Por eso mientras veía como me trasladaban en la camilla a mi habitación, solo quería morir, ya que lo único bueno en mi vida era aquel hermoso sueño que había tenido.

Y cuando vi nuevamente las paredes blancas de mi habitación, mi cama con sábanas blancas, el piso blanco y mi bata blanca, quise morir nuevamente.

En mi vida todo era...

Blanco y negro...