CAPITULO 5

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La fiesta estaba en su punto más álgido, las mezclas del DJ de los hits del momento sonaban por todo lo alto, todos se estaban divirtiendo, la piscina estaba llena de adolescentes en poca ropa, meterse, era la excusa perfecta para "saciar la sed" que el cuerpo gritaba. Alessia, Sarah y Julián junto a las tres chicas, amigas de la protagonista de aquella fiesta, habían formado un círculo en el cual bailaban entre ellos. Reían, caían, se levantaban, sus cuerpos golpeaban unos con los otros, saltaban, gritaban. La pasaban de maravilla. Julián pidió a Sarah que lo acompañara, su amiga asintió y con las chicas atrás pidiendo que se quedaran Julián aviso que volvería.

Julián y Sarah reían solos, caminaban y actuaban como si estuvieran ebrios, de alguna forma lo estaban, solo que el alcohol que debería fluir en sus cuerpos lo reemplazaba la adrenalina. Julián tropezó carcajeándose, cayó sobre sus rodillas y manos, comenzó a gatear, pero las carcajadas lo dominaban.

- ¡Cielos! ¡¿Le viste el vestido a esa chica?! -exclamó.

-. ¡Eso ya no era vestido...eso ya era trapos de cocinas cosidos! -Sarah dijo al recordar a la chica de la que hablaba Julián, no supo cómo, pero el vestido estaba casi roto del todo, la chica debía estar completamente ebria, por la forma en que actuaba y claro estaba que no se percataba de su vestido. Julián la llevó a un rincón para salir de la multitud mientras Sarah iba por una toalla, cuando volvió Sarah, las amigas de la chica se encontraban con Julián, la cubrieron y luego se la llevaron.

Sarah intentó ayudar a su amigo a levantarse sin embargo lo que hizo fue tropezar y caer sobre él. Ambos llegaron a un punto donde las lágrimas comenzaron a emanar de sus ojos por la risa incontrolable.

-. Me duele el estómago de tanto reírme. -afirmó Sarah.

-. Y yo siento mi cara entumecida. -Julián se quejó. Ambos se entraban recostados sobre el piso, el ataque de risa se les había pasado hace un par de minutos.

- ¿Mona? -

-. Aja... -musitó Sarah cuando su amigo la llamó por el apelativo que tanto detestaba pero que solo a su amigo y a su abuela permitía que la llamasen de ese modo.

-. ¿Qué pasó con el tipo al que fuiste a ver?

- ¿Cuál?

-. No te hagas la muy... Sabes de quien hablo.

Sarah giro su rostro para ver a Julián. -. James Davies.

- ¿James Dean? -

-. Ufff ya quisiera, pero no, DAVIES, y como todos los demás, buscaba regar el jardín. -Julián se carcajeó ante la descripción de su amiga.

-. Idiota. Tachado. -. Dijo Julián.

Un hombre se posó detrás de sus cabezas, alto, musculoso y rubio. El hombre sonrió en las alturas y Sarah gruñó. -. No pues Juli, que la peste nos empieza a seguir. -<<. ¿Hércules? >> Julián pensó reconociendo al hombre.

Julián se levantó junto a su amiga sin saber de qué hablaba.

-. Muñeca... -dijo el hombre rubio-no entiendo por qué te has enfado. -Julián notó la pronunciación del hombre, se le hacía un tanto difícil hablar en español, <<. ¿inglés? >> Julián pensó.

-. Mira, hijo de p...

- ¡Sarah! - Julián interrumpió a su amiga con un suave golpe de hombros.

-. Mira, imbécil... -Sarah continuó con eufemismo-si piensas que todas las chicas somos de las que les susurras al oído y dejamos caer nuestras bragas, te equivocas.

Julián se quedó sorprendido por la actitud de Sarah, qué habrá hecho Hércules para que Sarah se ponga como un toro.

-. Muñeca...

-. No. Me. Llames. Muñeca. Hijuep...

- ¡Sarah! -la interrumpió Julián una vez más. -. Cálmate, puedes resolver tus problemas sin necesidad de insultar a las personas.

-. Tu amigo tiene razón... Muñeca. -rio Hércules.

-. Tienes razón, Julián. -dijo tranquilamente Sarah. <<. Ay no, y ahora qué hará. >> el pensamiento se cruzó por la mente de Julián tan rápido como escuchó sus palabras. -. Muñeco... -dijo Sarah con mimo, la vio acercarse al hombre que mostraba su sonrisa de victoria ante Sarah.

- ¿Sí?, muñeca. -pronunció James.

Sarah con toda chulería enganchó su brazo al cuello del alto hombre, Sarah apenas le llegaba a la barbilla, pero eso no la detuvo, pasó una mano por el pecho, grande y musculoso, de James. -. Sabes que hay hombres machistas e idiotas, ¿verdad? - Julián vio al hombre asentir como un perrito. Julián vio la mano de Sarah bajar y detenerse en la cintura del hombre que estaba siendo seducido por Sarah. -. ¿Y sabes que hay hombres con los que nosotras las mujeres soñamos, caballeros y atentos? -James asintió cuando Sarah acercó sus labios con los del hombre. -. ¿Sabes cual eres tú?

Julián vio a James en intención de responder cuando Sarah, con toda la fuerza que pudo, tomó la entre pierna de James, cogiéndola en un puño, gruñó mientras James caía sobre sus rodillas y chillaba del dolor de sus bolas siendo presas del castigo de Sarah.

-. Tú eres de los machistas... -exclamó Sarah- ¡hijo de puta! -a este punto Julián sabía que era imposible intentar detenerla. James grito cientos de artimañas en su idioma natal contra Sarah. En cambio, Sarah, que mantenía las bolas del hombre en su mano, apretó con más fuerza. -. Ni se te ocurra acercarte a mí, ¡imbécil! ¡A las mujeres las tratas como son, mujeres! No cómo putas.

- ¡¿Y no es lo mismo?! -gritó James rojo como un tomate y con el rostro contraído del dolor.

-. Una mujer podrá ser puta-gruñó Sarah y continuó-podrá ser secretaria, podrá ser una vendedora de mangos, si es posible, y ser lo que somos no nos quita el derecho a ser respetadas, así como ustedes exigen respeto por ser el sexo fuerte, nosotras exigimos respeto por ser del sexo inteligente y fuerte. -y como si fuera poco todo eso Sarah decidió poner la cereza en lo alto del pastel, con su mano libre golpeo el rostro de James con una cachetada que resonó en todo el lugar.

Sarah retrocedió hasta llegar a Julián, ambos veían James con sus manos protegiendo su apreciada parte, la mano de Sarah rápidamente quedó plasmada en la mejilla del hombre. Unos aplausos se escucharon detrás de Julián y Sarah.

-. Eso fue espectacular. -Cédric se acercó a Sarah y Tomó la mano con la que había golpeado a James, le dio un pequeño masaje. -. Me ha encantado. Mil gracias.

Sarah se encontraba extraña, nunca nadie la había "felicitado" por algo así, ni siquiera Julián. ¿Por qué lo estaba haciendo Cédric?

- ¿Qué clase de amigo apoya al atacante de su mejor amigo? -gruño James en un ovillo, con las piernas casi sobre su pecho y su rostro aun rojo.

-. Uno que le advirtió a su mejor amigo que dejara de ser un idiota o encontraría una chica que lo pondría en su lugar. -. sonrió Cédric soltando a Sarah y luego caminó entre Julián y Sarah para llegar hasta su amigo.

- ¿Dime que se siente? -. Cédric dijo cuando se agachó.

- ¿Me ayudas o no?

Julián veía a Cédric con una sonrisa en sus labios, sin duda lo estaba pasando de maravilla viendo a su amigo sufrir. <<Ambos son amigos>> pensó Julián y como si Sarah acabase de leer sus pensamientos ambos se encogieron de hombros mientras Cédric ayudaba a James a ponerse de pie.

-. Vámonos. -Sarah tomó a Julián del brazo y lo llevo con ella.

-. Muñeca... -James parecía no darse por vencido, Sarah y Julián no se detuvieron. -. ¡Esto no ha acabado aquí! -. Gritó antes de verla desaparecer.

-. No ha terminado amigo, -Cédric con el brazo de su amigo en él, apoyando la mayor parte del peso, dijo: -. pero ella lleva clara ventaja.

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⏰ Última actualización: Jul 06, 2022 ⏰

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