CAPITULO 4.1

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Buscando en su bolso efectivo para pagar su latte, Sarah se dio cuenta que no tenía efectivo para hacerlo, maldijo.

- ¿Qué sucede? -Julián vio a su amiga buscar en su bolso sin ningún resultado.

-. No tengo efectivo. -suspiró.

-. Tranquila, yo lo pago por ti. -Julián sacó cinco euros de su billetera y los colocó sobre el mostrador dándoselos a la chica detrás del mostrador.

-. ¿Te quedas aquí mientras busco un cajero? -preguntó Sarah.

-. Vi uno a casi dos cuadras antes de que llagáramos, pero había cola. -Julián cogió el cambio y junto a su amiga se sentaron junto una mesa donde se podía ver la calle a través del enorme cristal.

-. ¿No importa, si no llego en menos de una hora nos vemos en el hotel?

-. De acuerdo. -ambos se despidieron con un beso.

-. Sabes que sería más fácil si tuvieses un maldito teléfono, ¿no? -dijo Sarah mientras se marchaba.

- ¿Sabes que no duraría con él un día, ¿verdad? -Sarah respondió sacándole la lengua y se marchó.

Media hora más tarde Julián acaba de beber su té cuando reconoció a una chica de metro setenta y cinco en un vestido blanco con el que presumía sus kilométricas piernas cruzar la calle junto a un grupo de chicas con bolsas de algunas tiendas de marca. No despegó los ojos de la chica que ahora llevaba el cabello corto rozando sus hombros. Fue entonces que ambos cruzaron miradas, Alessia lo había reconocido instantáneamente, saludó moviendo su mano, pero en respuesta la chica entro al café dejando a sus amigas atrás.

-. Julián! -Alessia llegó hasta él dejando caer las bolsas antes de abrazarlo. -oh por Dios! Creí que no te volvería a ver, ¿qué haces aquí?

-. Hey, hola-dijo Julián cuando terminó de abrazar a la hermosa chica. -. Espero a una amiga. ¿Tú? Woow, te ves hermosa, tu cabello... Realmente te queda a la perfección.

Tocándose el cabello mientras sus mejillas se sonrojaban agradeció el cumplido. -. ¿Apuesto a que tú con un corte de cabello te verías más lindo-guiñó su ojo-te gustaría unírtenos? -colocó sus manos en los hombros de Julián- ¿por favor?

-. No lo sé...mi amiga...

-. La tienda no queda lejos, está a la vuelta de la esquina, puedes llamar a tu amiga y decirle que la estarás esperando ahí, ¿sí?

Julián vio al grupo de las amigas de Alessia que los veían a través del cristal mientras hablaban entre ellas, <<. Seguro se preguntarán quien soy. >> Se dijo a sí mismo. Cediendo ante la atrayente mirada de los ojos color miel de Alessia Julián asintió.

-. De acuerdo, solo si me prestas tu teléfono para avisarle a mi amiga.

- ¿Qué sucede con el tuyo?

-. Yo...no tengo.

- ¿No tienes? No importa puedes llamarla del mío, ten. -Alessia le dio su móvil y mientras ambos salían del café Julián envió un mensaje de texto a Sarah.

Soy Julián. Me topé con Alessia, iremos a una tienda no muy lejos de aquí. Te estaré esperando, me llamas. Xxx

¿La chica que ayudaste? De acuerdo, además creo que tardaré y cuando termine iré al hotel. Diviértete. Xxx S.

-. Julián, ellas son Milena, Charline y Margoux. Chicas él es Julián, se nos unirá. -las chicas sonrieron amablemente saludándole con besos en la mejilla.

- ¿Le avisaste a tu amiga?

-. Todo resuelto. -afirmó Julián.

Juntos caminaron hasta una de las muchas tiendas de renombre que se encontraban en la avenida Campos Elíseos. Juntos entraron a una tienda y el lujo no se hizo esperar, Alessia parecía una niña de cinco años visitando una dulcería por primera vez. Vio al resto de las chicas coger ropa de sus propios gustos y sin ver las etiquetas las colocaban en sus brazos y seguían en su búsqueda. Cogiendo un jersey con rayas blancas y negras vio el precio por un segundo quiso devolverlo a su lugar, pero solo la cogió y fue en busca de más. Cuando se debatía entre una camisa con mangas largas o una tres cuartos Alessia apareció a su lado.

Sin Mucha LenguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora