CAPITULO 3.8

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Su mente se puso a trabajar apenas abrió los ojos sin reconocer el lugar, la gran habitación se parecía a la suya a excepción de la decoración y unos cuantos metros de más. Cuando pudo recordar que hacía ahí vio su ropa doblada sobre una silla, esperó a que Ryan apareciese, pero luego de unos minutos decidió salir de la cama y ponerse su ropa. Apenas salió de la habitación pudo ver a su amante desayunando mientras leía el periódico.

-. Buenos Días. - saludó Ryan al verle. Se puso de pie y lo besó tras llegar a él.

-. Buenos Días a ti también. -dijo Julián cuando rompió el beso y el sabor del café remplazó el enjuague bucal por unos segundos.

-. Pedí el desayuno, ¿te quedas a desayunar? - Julián asintió agradeciendo el gesto, ambos hombres se sentaron y Ryan aún sin preguntar a Julián sirvió una taza de café y la colocó frente Julián. -. ¿Azúcar? - sugirió.

-. Así está bien, me gusta amargo. -respondió Julián y dio un sorbo a la humeante taza. Viendo sobre la mesa lo que parecía ser wafles cogió uno y luego empezó a comerlo.

-. ¿Cómo estás? - uniéndosele Ryan colocó su mano sobre la de Julián.

-. Genial, ¿tú?

-. Genial. - luego de varios segundos de mantener la vista entre ambos continuó. -me encantó estar contigo.

-. A mí siempre me encanta estar conmigo mismo. -río Julián en compañía de Ryan. - me gustó estar contigo. -repuso segundos después.

Bebió un vaso con agua cuando termino su desayuno y luego vio a Ryan que lo miraba sin despegar los ojos de él. -. ¿Sucede algo?

Acercándosele y antes de besarle Ryan murmuró -. Quisiera estar en esta habitación todo el día contigo. - acto seguido le empezó a besar de forma posesiva, lo llevó contra la pared. Julián tomó parte de la sedosa cabellera rubia aferrándose a ella cuando un chupón se produjo en la parte baja de su mandíbula. Volviendo a cazar la boca de Julián, Ryan, introdujo su lengua en la boca de éste.

Por unos segundos Julián intentó mantener la lengua del hombre en la suya, incluso se atrevió a entrelazarlas, pero no pudo. Rompió el beso y con la mejilla de Ryan contra la suya dijo que no podía hacerlo.

-. Descuida- dijo Ryan -sabes, eres el primer chico que conozco que no le agrada dar besos de lengua.

-. Lo siento.

-. Shhh, no tienes por qué disculparte por ello. -colocando un dedo debajo de la barbilla de Julián prosiguió-si no te gusta, no te sientas forzado hacerlo solo porque los demás lo hacemos. Debes. Hacer. Lo. Que. A. Ti. Te. Gusta. -dijo pausadamente mientras besaba el cuello y parte de la mandíbula de su joven amante. - ¿De acuerdo?

Julián no podía creer que Ryan fuera tan atento con él, parecía entenderlo a la perfección, la forma en que lo trataba o incluso con tan solo verlo lo demostraba. ¿Qué había hecho para encontrar un hombre como él? Las preguntas sin importancia comenzaban a disiparse al ver la lujuria que emanaba de los ojos azules como el cielo y profundos como el mar. -. De acuerdo. -asintió.

-. Muy bien, ahora... - su camisa empezó a ser desabotonada y luego sus pantalones cayeron al suelo, su pene reaccionó instintivamente. Ryan rasgó un sobre negro que sacó del bolsillo de sus pantalones, colocó el condón en su boca y magistralmente enfundó el erecto miembro de Julián.

Julián casi se corre al sentir la goma envolver su pene en el interior de la boca de Ryan. Tomó varios mechones de la rubia cabellera mientras su boca permanecía en una pequeña "o". Para cuando Ryan liberó su pene, vio su miembro perfectamente envuelto, joder, Ryan lo había sorprendido con ese acto. Vio al hombre de fuerte mandíbula erguirse y luego le besó apasionadamente.

-. Jódeme. -le ordenó Ryan, mientras se colocaba sobre la mesa, boca abajo y sus pantalones caían dejando su culo, totalmente duro y bronceado, como centro de atención. Julián se colocó detrás de él y rozando la punta de su eje contra el agujero dijo- ¿Quieres que te tomé?

-. Aja... -masculló el hombre sobre la mesa y colocando una mano en cada nalga, jaló de ellas para darle mayor accesibilidad a Julián. -. Hazlo. - susurró.

Julián entró con mayor facilidad esta vez y comenzó a dar embestidas que hacían rechinar la mesa. Tomó al hombre de las caderas aumentando el ritmo hasta sentir ese cosquilleo comenzar desde sus bolas hasta cruzar por su pene haciéndolo estremecerse por el orgasmo logrado, luego de haber llegado a su clímax volteó a Ryan, aún sobre la mesa, empezó a chupar el erecto miembro que se mantenía firme apuntando hacia el techo, jugó, chupó y envolvió con su lengua hasta hacer temblar el mundo de Ryan, hasta hacerlo gritar y gruñir por la intensidad del éxtasis.  

Sin Mucha LenguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora