POV CALLE
—Deberías hacer que Layla te lleve a casa. —dice Poché cuando dejo salir otro bostezo.
—Tú eres la razón por la que estuve despierta la mayor parte de la noche. —La envuelvo con mis brazos alrededor de su cuello, tirando de ella para otro beso. Estamos fuera de su edificio de oficinas. Pasé a almorzar con ella, pero Poché terminó comiéndome en su lugar. Mi esposa es realmente insaciable. No me quejo en lo más mínimo. La anhelo tanto como ella a mí.
—No recuerdo que te hayas quejado. —sonríe, siendo engreída, pero no puedo criticarla por eso. Tiene razón de ser lo. Ninguna de las dos ha estado nunca con nadie más que con la otro. No tenemos nada con que comparar nuestro sexo, pero no tengo dudas de que el sexo es el único departamento en el que nunca nos quedamos cortas.
Otra razón por la que siento que ya debería estar embarazada. Sé que no es por falta de intentos. Lo que me hace pensar que hay algo malo en mí. No sé por qué siempre pienso que me pasa algo malo, pero no puedo evitarlo.
—Te veré en casa. —Le doy otro beso rápido, dejando caer mis brazos a su alrededor, pero no me deja ir—. Tienes ráquetbol y le dije a Laura que pasaría por allí hoy otra vez.
—Has estado yendo allí todos los días. —Casi hace pucheros, haciéndome reír.
—No es como si tuviera algo mejor que hacer. —Tiene sus planes de negocios futuros ya trazados mientras yo estoy en una especie de limbo. No estoy haciendo lo que pensé que haría en este momento de mi vida. Cuando la compañía financiera para la que trabajaba se fusionó con otra y se mudó el año pasado, no fui con ellos. No me importaba la participación.
Entonces jugué con la idea de encontrar algo nuevo, pero Poché y yo decidimos que no tendría sentido. ¿Qué sentido habría tenido empezar con una nueva empresa si yo estaba tratando activamente de quedar embarazada? Habría sido injusto para esa compañía hacer eso. Poco sabía que quedarme embarazada no era un futuro inmediato para mí.
Ser madre y tener una familia es lo único que he querido desde hace tanto tiempo. Incluso cuando estaba en la universidad, estudiando para obtener mi título, era lo que soñaba para mi futuro. Entré en las finanzas porque siempre he sido buena con los números. Lo disfruté en su mayor parte. Mi objetivo final seguía siendo ser madre y esposa.
Mucha gente me mira como si estuviera loca cuando digo eso. Fui a una de las mejores universidades del país. Me gradué con honores. Podía elegir mi trabajo. Pero tener una familia era tan importante para mí como tener éxito. No quería que me absorbiera un trabajo de 24 horas y perder de vista lo que era importante para mí. Con nunca me miró como si estuviera loca.
Tuvo el efecto opuesto en ella. Hacía todo lo que se le ocurría para tratar de poner un bebé dentro de mí.
—Puedo pensar en muchas cosas que quiero hacer contigo.
—Recuérdalos para esta noche y suéltame el trasero. —Le da un apretón más antes de que finalmente suelte su agarre—. Te amo.
—También te amo. —me meto en el auto. Me cierra la puerta. Un momento después Layla nos lleva a la tienda de Laura. Reviso mi teléfono para ver si tengo un mensaje de mi hermano pidiendo verme de nuevo. Sus palabras de ayer todavía rebotan en mi cabeza sobre el acuerdo prenupcial. Le creo a Poché, pero ¿por qué Teddy diría eso? Supongo que está escuchando chismes. Creo que sería difícil para cualquiera creer que no firmé un acuerdo prenupcial. La familia Garzón es una de las más ricas del mundo. La madre de Poché me trata como si fuera su propia hija. Crecí cerca de ella cuando perdí a mis propios padres.
—¿Planeas decirle que te reuniste con Teddy en estos días? —Layla me mira por el espejo retrovisor. Sé que esto la pone en una situación extraña porque básicamente estoy haciendo que le mienta a Poché.