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El trayecto desde la entrada del edificio hasta su oficina fue una jodida pesadilla para Jungkook.
Lo habían parado más de diez empleados para felicitarlo por su futura paternidad, y como si eso ya no le fastidiara demasiado la mañana, una persona le había felicitado justo en el momento en el que Jimin había pasado por su lado.

El pelinegro solo deslizó un frío "buen día" y siguió su camino con la mirada pegada al suelo.

Maldición.

Jungkook deseó salir corriendo detrás suyo y volver a decirle cuan arrepentido estaba de todo lo ocurrido, pero no podía hacerlo, al menos no delante de tanta gente que lo creía felizmente casado.

Intentaría hablarle luego, cuando todo este más tranquilo en la oficina.

(...)

Jimin intentó con todas sus fuerzas concentrarse en el trabajo que tenía en frente pero era casi imposible. Tenía la mente en cualquier lado menos en dónde quería ponerla. Era muy difícil dejar de pensar en lo sucedido días atrás, en los días siguientes y en lo presenciado esa misma mañana.

¿Ese era su futuro a partir de ahora? ¿Ver a Jungkook recibiendo felicitaciones por acá y por allá? ¿Qué más debería soportar si decidía continuar trabajando en la empresa?

¿Verlo del brazo con su esposa mientras le crece la barriga?

Definitivamente no quería tener que vivir esa experiencia.

Arrojó todas las carpetas que estaban en su escritorio  al piso de un manotazo.

El dolor en su pecho no se iba y las ganas de llorar tampoco, pero estaba en la oficina y no era el lugar para desahogarse.

Fastidiado se puso de pie para luego arrodillarse a recoger todo lo que segundos antes había tirado.

Los golpes en la puerta evitaron que las lágrimas salieran, respiró profundo controlandolas antes de exclamar un "adelante".

Antes de que pudiera darse cuenta un par de manos más se unieron en el trabajo de juntar el desorden.

Levantó la mirada rápidamente al reconocerlas.

No estaba listo para volver a enfrentar a Jungkook pero eso ya no importaba porque él ya estaba alli.

Se incorporó lo más rapido que sus piernas le permitieron con el único objetivo de poner distancia entre ellos.

— ¿Qué haces acá?—

El castaño también se puso de pie y después de dejar los papeles en el escritorio respondió.

— vine a buscar una copia del balance que presentamos en la reunión porque no puedo encontrar el mio— dijo.

— podías mandar a Rosé para eso— espetó con notable molestia mientras buscaba entre la pila de carpetas desarmadas el bendito balance financiero.

Las manos de Jungkook se posaron sobre las suyas deteniendolo.

— Necesito que me escuches— pidió cuando el pelinegro le miró directo a los ojos.

— ya escuché demasiado, gracias— contestó enojado.

— Jimin por favor— suplicó.

El más bajo alejó sus manos y volvió a poner distancia entre ellos.

— acá no Jungkook— respondió tajante.

— esta noche voy a casa, podemos resolverlo... Te amo— declaró el castaño desesperado por recibir un "yo también" que nunca llegó.

Too Much ✨ Completa ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora