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— ¿Cómo estás? Esta semana estuve un poco perdido llevando a Woo-shik de acá para allá y casi no hablamos— dijo el rubio ni bien estuvieron solos.

— estoy bien Tae, no te preocupes— respondió el pelinegro restándole importancia.

El más alto lo miró con ojos desconfiados.

— no sonabas muy bien el otro día por teléfono Jimin, podés ser sincero conmigo ¿Todavía hace falta que te lo recuerde?.

Una sonrisa nerviosa salió del pelinegro, era inútil tratar de mentirle a su mejor amigo. A veces pensaba que realmente podía verle el aura o algo así.

— va a tener una nena— soltó de repente.

— ¿Hablaste con él? ¿Te lo contó?

Jimin negó.

— no, casi no hablamos... Trato de verlo lo menos posible. Escuché a Rosé contándole a Jisoo en la oficina.

— ahhh... ¿Esas dos trabajan o se la pasan de chusmas?

El pelinegro rió un poco.

— digamos que 70/30.

— 70 por ciento de chusmas seguramente.

—exacto.

...

...

...

— te hizo mal...

— si, y encima esa tarde también pasó ella por la oficina. Tiene una barriga enorme, al parecer tenían médico o algo así.

— ¿De cuánto está ya?

— seis meses ... Según mis cálculos al menos.

— wow, falta cada vez menos. ¿Pensaste  sobre lo que hablamos? No va a estar bueno cuando la veas llegar con el bebé en brazos.

— si ya lo sé, lo pensé Tae y ya lo decidí. Tengo una entrevista dentro de poco para Kim Brothers, si todo sale bien renunció antes de que termine el mes.

Desde la mañana en la que tuvieron aquel fogoso encuentro Jimin y Jungkook habían acordado verse lo menos posible y solo cuando fuera estrictamente necesario.

Ambos sabían que estar juntos o a solas era peligroso, se amaban y la cercania dolía mucho.

Trabajaban cada uno en su oficina y usaban a Yugyeom como mensajero en todo lo relacionado a la empresa. No era ideal pero fue la única manera que encontraron para poder seguir adelante con las responsabilidades laborales que tenían.

Sana comenzó a pasearse por allí con más asiduidad, Jimin no sabía si iba a ver al castaño o simplemente a controlar como se estaba manejando el patrimonio de su familia.

Sea como sea, a Jimin cada vez le hacía peor verla y escuchar luego a todas las secretarias cuchicheando al respecto.

Para el afuera Jungkook y Sana eran una pareja perfecta. Jóvenes y herederos de una gran empresa, hermosos y a la espera de su pequeña hija.

Y aunque él sabía que no eran y nunca habían sido una pareja real, le dolía demasiado presenciar toda la farsa.

Por eso había decidido alejarse completamente de todo, buscar otro trabajo e incluso vender la casa e irse. Todo lo que estuviera relacionado a Jungkook y a todos los proyectos juntos debía arrancarlo de raiz para poder seguir adelante.

Dolería como la mismísima mierda... Pero era lo que tenía que hacer si quería superarlo.

Jungkook no sabía nada de eso aún, esperaba que lo entendiera.

Too Much ✨ Completa ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora