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Jungkook se estaba esforzando, de verdad que lo hacía. Puso todo de sí para intentar tener una relación más agradable con Sana. La acompañó a todos los controles que tuvo que hacerse, incluso organizó con ella una salida para ir a comprar algunos muebles y cosas para la habitación que estaba preparándole al bebé.

Cumplir con sus obligaciones debería hacerlo sentir mejor consigo mismo pero no era así.

Era complicado, porque si le daba mucha atención a la chica sentía que estaba traicionando nuevamente a Jimin, y si la ignoraba su mente no dejaba de recordarle su responsabilidad con respecto al niño y que debía hacerse cargo de sus acciones.

La situación era una mierda por donde sea que la mire.

Debido a esto se sentía cada vez más perdido respecto a como actuar y terminó refugiándose varias veces en la bebida.

Patético.

Así se sentía Jungkook. Todo este problema era resultado de una puta borrachera ¿Y dónde se encontraba él ahora? En un jodido bar ahogando sus miserias en alcohol.

No quería regresar al departamento y verlo lleno de bolsas y cosas de bebé, tampoco podía invadir el espacio de Yugyeom todo el tiempo, aunque su amigo le había repetido hasta el cansancio que podía ir cuando quisiera siempre y cuando le avisara antes, ya que tenía sus encuentros amorosos con algunas amigas y no quería pasar un momento incómodo.

Por eso esta noche cuando subió a su auto luego de terminar de trabajar había deambulado por la cuidad sin rumbo durante un rato y acabado finalmente en la barra de aquel bar de mala muerte.

— ¿Mal de amores?— preguntó curioso el barman mientras le servía un nuevo trago. Ya había perdido la cuenta de cuántos iba.

— algo así — respondió acongojado.

— por la manera en la que estás bebiendo puedo deducir que la cagaste y muy feo.

Jungkook asintió e hizo fondo blanco con todo el líquido del vaso.

— ¿Es linda?

El castaño frunció el rostro un poco por la bebida y otro poco porque no entendía la pregunta.

— la chica por la que estás mal...

Jungkook sonrió enamorado cuando el rostro de Jimin cruzó por su mente.

— es... Es jodidamente perfecto, el hombre más hermoso que puedas imaginar— respondió  embobado.

El moreno abrió los ojos grandes asombrado. Su gay-dar había fallado increíblemente.

— ¿Y no hay manera de recuperarlo? Todo tiene solución si hay amor— lo alentó el muchacho sonriendo y dejando ver unos hoyuelos muy simpáticos en sus mejillas.

— no lo sé... Me odia y tiene razón en hacerlo. Yo me odio también desde que lo lastimé.

— mierda... No sé que hiciste pero se nota que lo amas mucho, no te rindas— dijo sintiendo algo de pena por el pobre castaño.

— sólo me voy a rendir si Jimin me dice que es más feliz sin mi... Sólo así dejaría de insistir... Sólo entonces.

Kim Namjoon había tenido su cuota de corazón roto hacía mucho tiempo atrás y recordaba perfectamente lo horrible que se sentía estar así.

En su caso, y gracias a haber luchado hasta el cansancio, había logrado conseguir al amor de su vida y quién ahora lo esperaba seguramente cocinando algo delicioso en casa.

Sonrió mientras imaginaba aquello, le mandaría un mensaje a Jinnie ni bien tuviera un minuto de descanso diciéndole cuánto lo amaba.

— ¿Estás en auto?— preguntó luego al volver a fijar la mirada en el chico cada vez más ebrio frente a él.

Too Much ✨ Completa ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora