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Jimin aprendió durante todas las semanas que habían pasado a fingir espectacularmente que nada de lo que escuchaba o veía le afectaba.

Fingió la primer vez que cruzó a Sana por los pasillos de la empresa y notó su incipiente barriga, lo hizo de manera espléndida mientras la saludaba con una reverencia respetuosa y la felicitaba por su estado.

Fingía frente a todos sus compañeros cuando los escuchaba hablar sobre el tema y también lo hacía ante Jungkook mirándolo con odio cuando en realidad moría de amor por él a pesar de todo.

Era agotador y los dias concluían siempre con él derramando cientos de lágrimas sobre su almohada.

Releía una y otra vez los mensajes del castaño, todos los que le había enviado desde que todo se fue al infierno, en dónde le pedía perdón cientos de veces y le decía cuánto lo amaba, que lo extrañaba y que haría lo que fuera por él.

Estuvo tentado de responderle muchas veces, cuando el dolor de tenerlo lejos era demasiado insoportable, pero se contenía porque el peso de lo que Jungkook había hecho era aún más grande y estrujaba su corazón con fuerza.

Jimin no imaginaba que del otro lado el castaño hacía exactamente lo mismo que él y sufría viendo como aparecía "en línea" pero nunca recibía ni una sola respuesta.

Había desistido de escribirle pero eso no significaba que ya no sintiera ganas de hacerlo, quería recordarle a diario que sus sentimientos seguían siendo los mismos de siempre y que esperaría por él el tiempo que fuera necesario, así le tomara años en perdonarlo.

(...)

— entonces me organizo directamente con Jimin— dijo Yugyeom incómodo sentado al lado del pelinegro. Jungkook del otro lado del escritorio asintió.

Había demasiadas tareas por realizar, contratos que revisar y cerrar con nuevos clientes, antes cuando Jimin y él trabajaban juntos tenían ya una forma específica de hacer todo y eran increíblemente eficientes gracias a años de estar hombro a hombro manejando la empresa pero ahora todo eso se había complicado.

Así que Jungkook decidió empezar a delegar más responsabilidades a su amigo, para no retrasar los negocios y también, en parte, para tener algo de tiempo libre para sumergirse en su tristeza en esos días en los que levantarse de la cama era algo imposible de conseguir.

— sabes que si yo no puedo revisar algo podés pedírselo a él, Jimin es mi mano derecha y el hombre de mi mayor confianza— aseguró casi sin pensar y luego buscó la mirada del pelinegro esperando una sonrisa como solía pasar antes... Claro que eso ya no pasaba y tardó apenas un segundo en caer en cuenta de aquello.

Jimin ya no le sonreía, ni siquiera le dirigía la palabra para algo que no fuera estrictamente necesario.

Tragó duro al recibir la fría mirada del pelinegro.

— Rosé tráeme por favor los contratos que llegaron esta mañana— dijo luego de apretar un botón en el teléfono que lo comunicaba con su secretaria.

Tan solo unos minutos después la chica ingresó a la oficina con varias carpetas y las acomodó en el escritorio.

— llamó la señora Sana, dijo que le avise que hubo un cambio con el horario de la ecografía y tiene que estar allí a las 17:30 señor— comunicó al terminar su tarea— justo venía a decírselo cuando me llamó por el intercomunicador.

Jungkook miró la hora, ya eran las 17:00, si quería llegar debía salir en breve.

No pudo evitar buscar la mirada de Jimin y se arrepintió al instante de haberlo hecho.

Too Much ✨ Completa ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora