Proyecto Rebirth 2: La Cruzada de Los Niños || Romanogers

16. Soñar

Disclaimer: Los Vengadores no me pertencen, son de Disney y de Marvel, solo la historia y los personajes que no reconozocan, son míos. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Niko no pensó que trabajar con una semi-diosa pudiese ser tan divertido. Habían terminado por volver a la base, después de dejar a Nathalie en su edificio de apartamentos. El adolescente iba sumido en sus pensamientos, había demasiadas cosas que solucionar a su alrededor y no estaba acostumbrado a sentirse tan abrumado.

—Así que...¿por dónde empezamos?—Thorunn interrumpió el hilo de sus pensamientos.

El pelirrojo no podía negar que se sentía extraño compartiendo el laboratorio con alguien que no fuera Morgan Stark. Extrañaba mucho a su mejor amiga, no había visto a la pequeña genio desde que la amenaza de GENESOL se había acercado a ellos.

—¿En qué piensas, Nicky?

—¿Te he dicho que no me gustan los apodos?—interrumpió—Ni siquiera Morgan lo hace.

—¿Quién es Morgan?

Movió la cabeza, desesperado por dejar de pensar. ¿Qué le estaba pasando? Él era un experto en disociarse y olvidar todas las cosas horribles alrededor de ella.

—Una amiga...no importa—dijo el chico—¿Cómo podemos comenzar a rastrear al Soldado del Invierno?

—Con las cámaras de seguridad—habló Thorunn.

—No es eso muy...¿mundano?

—¿Qué esperabas?—se burló la diosa—¿Qué me sentara a rastrear con un aparato de esos que ustedes se inventaron para encontrar a los muertos?

—¿Una Ouija?

—¡Esas cosas son juguetes!—dijo Thorunn, subiendo de un salto y sentándose en la mesa—Para invocar a un ente tan poderoso como un demonio se necesitan años de estudio, no una tabla de madera y un grupo de jóvenes que creen que pueden con el mundo.

Niko se quedó paralizado al escuchar esas palabras, haciendo una mueca como su mejor intento para disimular el miedo que sentía.

—Espera...¿dices que los demonios son reales?

Thorunn rodó los ojos.

—Ustedes los llaman demonios, nosotros gigantes o monstruos...cada planeta, cada sociedad le da el nombre que quiere a sus amenazas.

—Entonces si son malos...

—Son demasiado poderosos para su propio bien.

El chico frunció el entrecejo, jamás se le había ocurrido pensar que el poder sería malo, muy a su pesar, recordaba las enseñanzas de Petrovich y funcionaba a través de ellas. Su mente se fue a Julianne, con poderes tan fuertes que se salían de control cada tanto, que terminaban lastimando a los demás. Tal vez debía analizar mejor su forma de relacionarse con ella.

—¿Crees que el soldado del invierno sea igual?

—Es un humano, ¿no?—cuestionó Thorunn, a lo que Niko asintió—Entonces no, no lo creo. Me parece que deberíamos enfocarnos en la hechicera; ella es la que está detrás de todo.

—Pareces muy segura...

—El simple y sencillo poder de la deducción, querido. ¿Quieres algo de tomar? Analizar las cámaras tomará mucho mas tiempo del que creemos y es hora de cenar.

—¡Acabamos de comer en mi casa!

—Aprende algo, una mujer de verdad siempre tiene hambre.

Niko terminó por sonreír, incómodo y desconcertado; solía pasar por alto a las personas con las que no se sentía bien, ignorándolas, pero Thorunn era alguien a quien tenía muchas ganas de de descifrar.