40. Intercambiar

196 33 75
                                    

Disclaimer: Los Vengadores no me pertenecen, son de Disney y de Marvel, solo la hsitoria y los personajes que no reconozcan son míos. 

NOTA: Negritas en ruso. 

Todo era un caos y Patrice nos había que hacer. La pequeña pelirroja estaba de pie en el centro de aquello, extendiendo los brazos para que alguien la tomara pero nadie era capaz de verlo. Las alarmas que indicaban intrusos en la base de los Vengadores no dejaban de sonar, los héroes preparaban sus cosas de un lado al otro, ninguno era capaz de mantener la calma.

—Mami...—susurró Patrice, moviendo el cabello fuera de su rostro—¿Qué está pasando?

La espía se detuvo unos segundos, besando la frente de la niña con descuido. No podía permitirse desmoronarse en ese momento, pero sentía terriblemente que estaba viéndose a si misma cuando su familia se desmoronó en los ojos de su hija menor.

—Tenemos que irnos. Por favor, mi arcoíris, busca las cosas que quieras llevar de aquí.

—¿Y por qué? ¿Y cómo?

—Te explicaré después, Patrice—dijo, intentando que la frustración no se apoderase de ella—¡Obedece! ¡No es tan difícil!

Se giró a ver a Allysson, quien caminaba con la mirada fija, buscando sus cosas alrededor del apartamento. Nathalie estaba en la misma condición, pero quien la preocupaba más era Niko. Su hermano se había quedado sentado en el suelo, con la cabeza entre las manos. Patrice corrió a él, abrazándose a su cuello.

—¿Qué está pasando, mi zorrito?

Niko pensó en mentirle, pero sabía que no podía hacerlo pues las cosas estaban a punto de cambiar para ellos. Su rostro estaba junto con los de los Vengadores en todas las redes sociales y noticias mundiales, mencionándolos como asesinos a sangre fría y causantes de todos los males de la humanidad.

—La gente nos está culpando de cosas muy malas, mi rojita—dijo, tomando sus manos—Necesito que me ayudes con dos cosas, ¿está bien?—esperó que asintiera, nerviosa—Vas a obedecernos en todo lo que digamos y no vas a dudar de nosotros.

—¿Me van a decir todo?—susurró, aferrándose a su hermano—¿Podré saber lo que realmente está pasando?

—Te prometo que yo me encargaré de eso—dijo Niko, besando su mejilla—Ahora, ¡ve por tus cosas! ¡Trae solo lo indispensable!

—¿Volveremos?

—Todo esto terminará pronto, mi rojita.

Patrice asintió, confiaba en sus hermanos tanto como en sus padres. Corrió a su habitación, haciendo hasta lo imposible para evitar que las lágrimas corrieran por sus mejillas y tomó sus cosas, ahora entendía porque Allysson siempre tenía una mochila lista, preparada para escapar de cualquier cosa. No entendía como podía vivir sabiendo que existían tantas amenazas a su alrededor. Escuchó las hélices y motores de los Quinjets al mismo tiempo que los disparos y no pudo evitar soltar un chillido de horror.

—Te tengo, mi rojita—dijo Steve, abrazando a su hija menor—¡Es hora de irnos!

Lo habían logrado, a pesar de lo que pasaba a su alrededor, los Vengadores con sus familias se encontraban en el Quinjet, alejándose en el atardecer.

—F.R.I.D.A.Y. activa el reflectante de luz—ordenó Tony, abrazando a Morgan que estaba en su regazo.

—¿Vamos a la granja del tío Clint?—preguntó la niña—¿O a la casa del lago?

—No, Moguna, pero te prometo que te divertirás a donde iremos.

Nadie sabía bien la dirección que había tomado el quinjet, lo único que les importaba era estar a salvo. El presidente no había dudado en lanzar ordenes de prisión para los Vengadores, bajo la amenaza de que se castigaría a quién los escondiera.

Proyecto Rebirth 2: La Cruzada de Los Niños || RomanogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora