III

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12 años

– ¿Te gustaría ir al cumpleaños de Harriet? – Cheryl pregunta en voz alta. Era sábado por la mañana y recordó la invitación que Heather le había dado hace unos días.
Hoy era el cumpleaños número 13 de Harriet, la hija de Heather, una amiga de la pelirroja.

– ¿Habrá pastel vegano? – pregunta la menor, yendo al sofá junto a la pelirroja.
Toni hace un par de años vio un video por error, en ese video mostraban cómo se hacían las salchichas y desde ese día decidió dejar de comer cualquier tipo de carne. Cheryl no objetó ante la decisión de su hija, igual era muy buena idea dejar la carne animal. Así que desde entonces, la mayor ha comprado cosas veganas, todo siendo alto en proteína.

– Podría comprar comida aparte para ti, ¿te gustaría? – la mayor tomó su celular estando con el rostro serio y eso a Toni la molestó un poco.
Sabía que su madre siempre era así pero a veces no le agradaba.

– Sí, no importa. ¿Mami? – la mayor dejó su celular de inmediato y miró a su hija, levantando una de sus cejas. – ¿Puedes comprarme más libros? Ya leí todos los que habían en la biblioteca – Toni preguntó tímida. No sabía la razón de esta actitud pero estas últimas semanas se sonrojaba con el más mínimo apodo que le decía su madre o simplemente, le avergonzaba hacerla perder el tiempo en sus clases.

– Claro, Honey – la menor se sonrojó y trató de esconder su sonrojo bajando la cabeza un poco. La mayor notó esto pero lo ignoró. – Arriba está mi computadora, ¿quieres elegirlos tú o quieres mi ayuda? – la pelirroja preguntó con cuidado. Siempre qué Toni quería libros, la mayor le ayudaba porque así lo quería Toni, pero no sabía si esta vez sería diferente.

– Yo lo hago, mami – la morena besó la comisura de sus labios, muy cerca de los labios de su madre. Los ojos de Cheryl brillaron con tristeza y miró como su hija se iba corriendo al segundo piso.
Hoy, exactamente hoy, iba a cumplir un año en el qué Toni dejó de besarla en los labios. Eso de alguna manera entristeció a la mayor pero no podía decirlo, sería de muy mal gusto decirle a su hija que la bese en los labios. O eso creía.

Las horas pasaron y Cheryl fue a su cuarto en busca de ropa decente para un cumpleaños. Había decidido llevar un vestido ajustado rojo qué le quedaba por encima de la rodilla. Se puso sus tacones de aguja y se pintó los labios de un color rojo sangre.
El rojo le quedaba muy bien y ella lo sabía.

Se maquilló ligeramente y fue al cuarto de Toni, buscándola con la mirada.

– Amor, ¿estás lista? – la pelirroja entró al cuarto y notó que su hija tenía un lindo vestido de mariposas azules, su cabello estaba bien peinado y sus mejillas estaban rojas por el apodo que dijo su madre.

– Me vestí bonita – la pequeña morena se acercó a su madre y luego miró de arriba a abajo a la pelirroja. Debía admitir que su madre era muy hermosa, algo irreal. No estaba segura de cómo podría ser su hija, ni siquiera son del mismo tono de piel.

– Qué hermosa estás, Antoniette – Cheryl se arrodilló y abrazó dulcemente a su hija. Toni luchó un poco con sus pensamientos pero luego se alejó del abrazo de su madre y se acercó a su rostro.

– ¿Te cuento un secreto? – Toni susurró contra los labios de su madre. La mayor asintió suavemente y se acercó un poco más a ella. – Me gustan los secretos – Cheryl susurró de vuelta y Toni no pudo evitar sonrojarse. Besó rápidamente los labios de su madre y se acercó a su oreja muy rápido. – Estoy esperando cumplir 14 años para poder besarte, mami – la pelirroja se ahogó con su propia saliva y no dijo nada. Por el contrario, Toni se bajó de los brazos contrarios y dio pequeños brincos hasta salir de la habitación, dejando a Cheryl en estado de shock.

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– Toni, dame la mano – ambas chicas habían llegado a la casa de Heather, la casa estaba muy bien decorada y habían muchos niños sudorosos corriendo por todos lados.

– ¡Cheryl! – Una señora rubia se acercó a Cheryl y la abrazó con mucha fuerza, la pelirroja besó sus mejillas con cariño y esto hizo enojar un poco a Toni. – Hola, amor – la rubia se arrodilló en frente de Toni y la empujó hacía ella para un gran abrazo. Toni sólo pudo sonreír incomoda, le dio una mirada rápida a su mami y esta tenía el rostro serio.

– Estás muy grande, señorita – Toni se sonrojó y sonrió tímidamente. Le gustaba mucho que le dijeran que ya se estaba volviendo una señorita, eso le recordaba al acuerdo que hizo con su madre, tal acuerdo que dice que se podían besar a sus 14 años.

– Tú estás muy bonita – la niña llevó sus manitos a las mejillas de Heather y la miró con adoración.
Heather sólo pudo reír suavemente ante el comentario de la linda niña que estaba en frente de ella, porque a decir verdad, Toni era muy bonita. Sus ojos y pestañas eran muy grandes, el lunar cerca de su boca era muy lindo y su rostro era perfecto.

– Gracias, hermosa – Heather besó una vez más las mejillas de la niña y volvió a su postura, notando que Cheryl estaba un poco tensa. – Harriet se está arreglando,  pueden esperar en la sala si quieren. Yo iré a preparar algunas botanas – dicho esto, la rubia se alejó de ambas.
Cheryl llevó su mirada a Toni y notó que aún estaba muy sonrojada por el acercamiento de Heather.

– ¿Por qué te pusiste roja con ella? ¿Acaso te gusta? – Cheryl dibujó una sonrisa forzada en su rostro y tomó la cintura de la niña para alzarla y colocarla en su pecho. – No, no me gusta. – la pequeña niña se rió avergonzada. Le parecía raro que su madre dijera eso. ¿Acaso no notaba lo nerviosa que se ponía con tan sólo estar con su mami? – Vamos a sentarnos, hay muchos niños sudorosos por aquí – la pelirroja se asqueó al decir esas palabras, pues mientras Heather estaba toqueteando a su hija, muchos niños sudorosos chocaron con la pelirroja.

Se dirigieron a la gran sala, dónde habían unos muebles muy bonitos. Cheryl se sentó en uno de esos sofás y puso a Toni en sus piernas.
De repente ambas notaron la presencia de otras dos personas, miraron al frente y se encontraron con la hermana mayor de Harriet; Emily y su novio Steve. Cheryl sabía sobre su relación porque a veces los visita y los encuentra, en parte piensa que son muy lindos, Steve ha demostrado ser muy buena persona.

– ¿Los saludamos? – Cheryl negó de inmediato. La pareja adolescente se estaba besando con muchas ganas en aquel sofá y sería muy imprudente interrumpirlos.
Toni se dedicó a verlos por muchos minutos, veía cómo se besaban y le gustó. La pequeña se imaginaba besando así a su madre.

– Mami, ¿podemos ir arriba? Tengo que ir al baño – la pelirroja besó suavemente la frente de Toni y la volvió a cargar, procurando que su vestido no se levantara, pues no quería que algún pervertido mirara el cuerpo de su hija.

– Vamos, honey –

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Honey - Choni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora