Honey - Choni

VI

14 años

– ¿Lista para tu primer día de clases? – una pelirroja bastante triste entró a la habitación de su hija.
Hace unos días Rachel tuvo una idea en frente de Cheryl y Toni. La idea trataba de querer ir a la escuela, Toni y Rachel juntas, compartiendo horarios y jugando en los recreos. Toni sin duda aceptó, creyó que sería buena pasar tiempo con Rachel, además quería ver como era la secundaria.

Cheryl hizo el trámite y matriculó a su hija en la misma secundaria que Rachel. Obvio Cheryl se sintió devastada, no iba a negar que le dolía que su hija prefiera cambiar los planes y dejar a su madre, pero, Toni estaba creciendo y necesitaba salir de la rutina, eso lo entendía la mayor.

– Lista – Toni murmuró sujetando su maleta con una pequeña sonrisa. La morena tenía miedo pero no le diría a su madre. Nunca. – Empaqué mi refrigerio y mis cuadernos – Cheryl revisó la maleta y miró que nada faltaba. – Estás creciendo muy rápido, Toni – Cheryl se sentó al lado de su hija y acarició suavemente su hombro.
Parecía que había sido ayer cuando su hija estaba desnuda rondando por toda la casa, diciendo cosas incoherentes porque aún no sabía hablar, y hoy ya tenía 14 años y estaba lista para entrar a la secundaria.

– Seguiré estando aquí – la menor rió suavemente. Toni no entendía la tristeza de su madre, aunque a ella le desagrade estar muy lejos de Cheryl, igualmente sabe que va a abrazarla todas la tardes y noches. – Sí. Lo que digas – el rostro de la mayor se tensó y se paró de la cama, tomó la maleta de su hija y le dijo que la siguiera.

Ambas salieron de la casa y se adentraron al gran auto de la mayor. Cheryl no había hablado en todo el camino y Toni tampoco sabía que decir. Ambas estaban tristes pero era lo que la menor quería y si eso la hacía feliz, sería una estupidez no hacerlo.

– Llegamos – Cheryl murmuró, se estacionó por un momento y apretó suavemente el volante. – Te amo y nada ni nadie podrá cambiar eso, ¿lo entiendes? – la menor miraba sus manos, estaba siendo muy sincera y no quería ver el rostro de su madre.
La pelirroja dejó escapar una pequeña sonrisa de sus labios y llevó sus manos a los muslos de su hija.

– Entiendo – Toni la miró sonriente y besó fugazmente los labios de su madre. No se preocupaban por las ventanas porque estas estaban polarizadas.
La menor sujetó con un poco de fuerza el cuello de Cheryl y la atrajo más hacía ella.
Toni últimamente no lo controlaba, sus besos con su madre iban más allá que un simple ardor en sus mejillas y eso le parecía raro a Toni.

– Qué buen beso de despedida – Cheryl mordió levemente el labio inferior de Toni y sonrió de una manera muy sexy, haciendo que Toni se pusiera demasiado roja. – Te amo. Ahora sal y demuéstrale a todos que eres la mejor, ¿de acuerdo? – Toni rió nerviosamente y abrió la puerta del copiloto, sintiendo un pequeño dolor en su pecho al ver muchas personas por ahí.

– Ten suerte en tu primer día de clases, bebé – la mayor lanzó un beso en el aire, cerró la puerta del auto y se fue de ese lugar, dejando a una Toni muy asustada.

– Puedes hacerlo – Toni murmuró para sí misma, miró la entrada del colegio y caminó lentamente hacia ella, cargando su maleta.
Toni buscó con la mirada a Rachel, se suponía que ya estaría aquí, eso fue lo que acordaron el día anterior.  Siguió buscándola con la mirada pero no la veía, inconscientemente abrazó su maleta con fuerza y fue caminando.

Apenas entró al colegio se comenzó a sentir muy mal, su rostro se puso blanco y sus manos comenzaron a temblar. Habían muchas personas riendo y hablando muy fuerte, también habían adolescentes pegados a ella, eso parecía algo horrible.