XIX

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Los días pasaron desde que ambas chicas tuvieron sexo y, por extraño que parezca, ninguna volvió a hablar de ese día. Toni no quería hablar sobre ese día por vergüenza y Cheryl simplemente no quería hablar.

– Son las 5 de la mañana, Antoniette... ¡Las 5 de la mañana! ¿¡Acaso estás loca!? – Rachel volvió a reprochar en medio de la solitaria carretera.
Era el cumpleaños de Cheryl y Toni había preparado todo lo que haría el día de hoy y lo primero era ir a comprar unas flores para su madre.
La floristería abriría dentro de una hora y Toni lo sabía pero sólo quería salir a caminar un poco con Rachel.

– Lo siento – Toni soltó una pequeña risa y besó la mejilla de su amiga con ternura. – Tienes suerte de ser mi amiga... Y que este lugar esté completamente solo – la pelinegra miró a su alrededor por última vez y se abrazó a sí misma por la pequeña brisa que hizo temblar todo su cuerpo.
Ambas tenían suerte de que las calles estuvieran completamente solas, o eso era lo que pensaba Rachel, ya que ella no quería que vieran su pijama rosada con pequeños patos amarillos.

– Sólo quería estar contigo – Toni se excusó tímidamente mientras llevaba sus manos a los bolsillos de su abrigo. – Está bien... – Rachel sonrió con ternura y empujó suavemente a Toni, haciéndola reír.

Los minutos pasaron y ambas habían llegado a un gran parque, uno de los favoritos de Toni pero ella casi nunca venía.
Ambas adolescentes caminaron hasta llegar a un estanque lleno de peces, la mayoría eran grises o rojos y por eso Toni amaba este parque, pues era el único que tenía un estanque.

– ¿Pasa algo? – Rachel preguntó en medio de un bostezo. La pelinegra se sentía perdida, ni siquiera sabía como terminaron en este lugar, ya no recordaba como llegó Toni a su casa y la obligó a salir en pijama. – No – Toni se alzó de hombros tratando de no darle importancia pero no pudo.
Su labio inferior estaba temblando y se preguntó una y otra vez si era buena idea decirle que tuvo sexo con Cheryl.

Lo intentó, trató de decirlo pero no salió nada de la boca de la menor. Tenía miedo sobre qué pensaría Rachel o qué pasaría después, tal vez deje de hablarle o tal vez le diga a otras personas, no lo sabía por completo pero sólo quería desahogarse con alguien. Toni sólo estaba confundida con Cheryl.

Un día la trataba como su novia y al siguiente la regañaba por la más mínima cosa. Como hace dos días, Cheryl había regañado a la menor porque Toni se había portado mal en ese entonces y al día siguiente actuó como si nada hubiera pasado.

– Se suponía que era una sorpresa pero Jughead va a ir mañana a tu casa y te llevará flores. Quiere que seas su novia – Toni giró un poco a su izquierda y miró con curiosidad a su amiga, preguntándose si esto era una especie de broma cruel. – Oh – la menor suspiró al darse cuenta de que no era una broma.

– Tienes que aceptar que es muy guapo, ustedes harían una bonita pareja... Ya sabes, una de esas parejas cliché. –

Toni negó divertida y pensó que sería divertido ver el rostro de Cheryl cuando Jughead vaya a su casa.
De pronto el ruido de una alarma sonó, lo que indicaba que ya eran las 6.

– Vamos a comprar las cosas –

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Exactamente 5 horas habían pasado y Toni tenía todo listo, ella había comprado flores, chocolates, golosinas y, por supuesto, hizo la comida favorita de Cheryl. La comida favorita de Cheryl era la tailandesa y claro que era difícil de cocinar para una inexperta como Toni, aunque básicamente todo lo había hecho Rachel ya que Toni no sabía hacer nada en la cocina, literalmente.

Rachel ya estaba en su casa durmiendo mientras Toni apenas iba a abrir la puerta principal de su casa, temiendo que Cheryl esté despierta.
La morena había eliminado las alarmas de Cheryl y esperaba que aún siguiera durmiendo o tendría un gran castigo.

Con pasos sigilosos logró entrar por completo a la casa, cerró la puerta con mucho cuidado y dejó las bolsas que tenía en la cocina.
Subió escaleras arriba y fue directamente al cuarto de Cheryl, notando que aún estaba dormida.
Toni sonrió enormemente al verla y frunció sus cejas al caer en cuenta que la mayoría de las veces duermen separadas.

Con una pequeña sacudida en su cabeza, fue a su habitación y se dio un baño rápido.
Después de unos minutos ella estaba usando un vestido negro ajustado justo sobre sus rodillas, se veía adorable y sexy al mismo tiempo, algo que sólo ella podía lograr.

La morena se puso sus zapatillas y entró al cuarto de Cheryl buscando en uno de sus cajones su maquillaje. Fue fácil encontrar el cajón de maquillaje así que tomó todo lo que podía agarrar con sus manos y salió del cuarto en silencio, tratando de no despertar a Cheryl. Por suerte la mayor tenía el sueño demasiado pesado.

Toni llevó las cosas a su habitación y las dejó suavemente en su cama, notó que había traído cosas completamente innecesarias y un puchero se formó en sus labios inconsistentemente. Había muchos labiales de diferentes tonos de rojo pero todos eran oscuros, también había corrector en barra y liquido pero eran del tono de piel de Cheryl. Todo era patético.

Toni siguió rebuscando en las cosas y encontró una pestañina que al parecer daba volumen pero ella no sabía nada de eso así que igualmente la tomó. Siguió buscando y encontró un suave rubor en barra, éste era muy clarito y Toni suspiró al ser tan morena.

La menor no sabía maquillarse, no sabía nada al respecto pero invitaría a Cheryl a salir con ella, luego irían a cenar y Toni le pediría que fuera su novia, sonaba fácil pero era escalofriante.

– Puedes hacerlo – Toni se murmuró a sí misma mientras abría la pestañina y se miraba al espejo. Pasó el cepillo por sus pestañas un par de veces y se aseguró de que cada parte tuviera pestañina.
Sus pestañas ya eran rizadas así que no necesitaba algún encrespador o algo por el estilo.

Luego de aplicarse una capa de pestañina había dejado el cepillo a un lado y esperó a que secara la primera capa. Sus párpados estaban manchados y parte de sus cejas, Toni ni siquiera sabía como habían terminado esas manchas ahí.

– Uhh – Otra capa se hizo presente en sus pestañas y habían quedado perfectas. Toni se miró en el espejo sorprendida, sus pestañas parecían falsas y agradeció al universo porque no le quedaron grumosas ya que no sabría como resolverlo si hubieran quedado con muchos grumos.

Después de que haya limpiado sus párpados y cejas, Toni tomó el rubor que había visto antes y usó un poco en sus mejillas, notando que no habían quedado demasiado rojas ni demasiado simples.

Sus labios fueron lo último que decidió maquillar y por un momento pensó en no utilizar nada ya que de por sí, sus labios ya eran rosados, así que sólo optó por usar un poco de brillo labial.
La menor arregló su cabello, éste estaba un poco recogido con hermosas ondas, Toni se veía hermosa.

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Honey - Choni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora