Honey - Choni

XIV

– ¿Por qué tenemos que ir? – Toni gritó del otro lado de la puerta. La menor se estaba arreglando ya que tenía que hacer el exámen que hace todos los años para pasar de curso pero, ésta vez tenía que ir a presentarlo personalmente. – Todos los años lo hago aquí, ¿por qué es diferente esta vez? – la morena abrió la puerta de su cuarto y reveló la ropa que traía, unos pantalones ajustados y una camisa corta ajustada con un escote en todo su pecho.

Cheryl viró los ojos al ver como estaba vestida la menor y sacudió su cabello mientras suspiraba con fastidio.

– Es tu último año, así que tienes que hacer la prueba con otras personas y por favor, ponte otra camisa – la mayor le dio una última mirada a su hija y se fue a su habitación en busca de retocar su maquillaje. Se había corrido el labial gracias a Toni hace un par de minutos y tenían que irse literalmente ahora.

– Tú me compraste esto – Toni dijo confundida. Cuando Cheryl le compró esa camisa, ella la llenó de halagos por una hora completa. – Antoniette, cambiate la maldita camisa – Cheryl murmuró frustrada. Se estaba poniendo sus tacones de bota y el cuero de éstas la estaba haciendo enojar.

La menor asintió con tristeza y se cambió de camisa por una más formal, una que hiciera feliz a Cheryl. – Estoy lista – la mayor terminó de ponerse sus tacones y bajó las escaleras con Toni detrás.
Ambas salieron de la casa sin dirigirse la palabra y subieron al auto, Cheryl comenzó a manejar y la menor decidió no hacer contacto alguno con su madre y sólo se dedicó a ver el paisaje de afuera.

– ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? – Cheryl miró de reojo a su hija y siguió con su vista en el camino. La menor negó con la cabeza y siguió mirando a través de la ventana, el camino sería un poco largo así que se acomodó mejor en el asiento y bajó un poco la ventana del auto.

– ¿Es por la prueba? Tranquila, podrás pasar la prueba, Toni – la mayor trató de alentar su ánimo pero aún así no funcionó. – Lo sé, soy perfecta cuando se trata de exámenes – Toni susurró mientras toda su atención la robaba un pequeño pájaro celeste en uno de los árboles.

– Lamento cancelar nuestro día, olvidé por completo que la prueba era hoy – sus nudillos se volvieron blancos mientras movía el volante, se estaba estresando porque Toni no la miraba ni siquiera a los ojos. Cada vez que Toni la ignora, Cheryl cree que está enojada con ella o algo por el estilo.
Toni decidió no responder ante eso ya que siempre lo hacía, cancelaba algo de ellas a último momento y lo entendía, Toni siempre lo entendía, o eso trataba.

Cheryl cambió la velocidad del auto y aprovechó para poner su mano en el muslo de Toni, quedando cerca en su parte.

– No importa, en serio – Toni respondió sonrojada al sentir la mano de la mayor dándole caricias de arriba hacia abajo. Cualquier tacto que hiciera Cheryl hacia sonrojar a la menor, con tan sólo tocarla podría olvidar cualquier cosa y eso Cheryl lo usaba a su favor casi siempre.

Toni dejó de mirar la ventana y dirigió toda su atención a su madre, su rostro sonrojado hizo sonreír a la mayor y siguió acariciando su muslo sólo que ahora subía más arriba de vez en cuando.

– Lamento si te hice enojar o si dije algo mal, hoy simplemente no estoy de humor, bebé – y otra vez, Toni se sonrojó ante el apodo.
Ayer Cheryl le había dicho a Toni que hoy estarían sólo las dos, sin obligaciones ni responsabilidades, nada por el estilo, pero todo cambió cuando les llegó un mensaje en la mañana para confirmar la hora de la prueba, además Cheryl recibió unas llamadas para algunas entrevistas de trabajo y no tiene un buen humor el día de hoy.

– ¿Puedes estacionar el auto? – Toni sacó su cinturón de seguridad y Cheryl la miró curiosa pero acto seguido, estacionó el auto enfrente de una vieja casa. Toni se movió hasta el asiento del conductor y se sentó en las piernas de Cheryl con rapidez. Pasó sus brazos por detrás del cuello de la mayor y se acercó a darle un dulce beso pero la pelirroja se alejó.

– Vas a arruinar mi maquillaje, Toni – dijo con reproche, cosa que hizo reír a la menor. – Debes dejar de usar tanto maquillaje – la menor llevó sus manos a las mejillas de su madre y la apreció por unos segundos. Sus ojos brillaron al mirar a su madre y amaba esa sensación, se sentía increíble saber lo que siente por Cheryl.

– ¿Estás loca? Me veo más sexy con mi labial rojo – Toni soltó una pequeña risa y sin importarle, besó a la mayor con ternura.
Cheryl le siguió el beso de inmediato y sus manos fueron al dobladillo de la camisa de Toni.
Como siempre, Toni fue la primera en acelerar el beso, movió sus caderas en un va y ven lento y llevó sus manos con nerviosismo al pecho de su madre.

– No es buen momento, Toni – la pelirroja jadeó en cuanto sintió las manos de Toni toquetear sus senos con timidez. La menor se apartó por completo y su rostro quedó en blanco. – Nunca lo es – Toni salió del regazo de Cheryl y volvió a sentarse en su asiento, asegurándose de que su cinturón esté bien puesto. Giró el rostro y volvió a dirigir toda su atención hacia la ventana del auto.

Cheryl no supo que decir y sólo manejó hasta llegar a una especie de colegio privado, al parecer.
El camino había sido silencioso y en cuanto llegaron, ambas bajaron y se dirigieron a la recepción para preguntar por la prueba estatal de Toni.

– Ella puede esperar en ese salón, en 10 minutos el director comenzará la prueba – La recepcionista terminó de hablar y Toni salió casi corriendo al salón sin despedirse de Cheryl. – Necesito un trago – la mayor murmuró. Se acercó al salón en el cuál estaría Toni y la vio sentada en un puesto mirando hacía la ventana.

Cheryl suspiró y decidió ir al baño, le pidió instrucciones a la recepcionista e hizo sus necesidades en aquel baño. Retocó su maquillaje, el cual estaba completamente arruinado, por segunda vez en el día. Pasaron 5 minutos y Cheryl decidió avisarle a Toni que la esperaría justo afuera y saldrían a comer algo o hacer lo que Toni quiera.

La mayor miró su teléfono y se aseguró de que faltarán unos cuantos minutos antes de que iniciara la prueba. Entró al salón y se sorprendió al ver a Toni muy cerca de un chico con una espantosa sonrisa brillante.

El chico estaba sentado en el escritorio de la morena y tomó un mechón del cabello de Toni para luego acercarse más a ella.

– Toni... – Cheryl llegó al puesto de Toni y sonrió forzadamente mientras miraba al chico que aún sostenía el cabello de ella. – ¿Podrías quitar tus manos del cabello de mi hija? – Cheryl preguntó acercándose más a Toni. – Oh, ammm... Por supuesto. Llámame más tarde, linda – el chico con gran blanqueamiento en sus dientes se alejó con una sonrisa estúpida en su rostro, creyendo que Toni lo llamaría en la tarde.

– Escuchame bien, Toni... – Cheryl se hizo detrás de ella y recogió su cabello en una coleta, haciendo que Toni jadeara de dolor ya que la mayor estaba siendo brusca. – En dos horas quiero que estés en el auto, estaré ahí esperándote, ni un minuto más ni menos – la pelirroja jaló sin querer el cabello de Toni con fuerza y tomó una liga para luego amarrarlo.
A Toni le gustaba tener amarrado su cabello siempre cuando hacía cualquier tipo de exámenes y esa era la razón por la cual Cheryl le hizo una coleta.

– Espero que no saques una nota mediocre, Antoniette. Ten por seguro que si lo haces, estarás castigada y te obligaré a ir a un colegio público. – la mayor murmuró, no queriendo llamar la atención de las demás personas que estaban sentadas esperando por el director.
Toni asintió de inmediato y bajó su mirada temerosa, sus ojos se pusieron vidriosos y tomó su lápiz para disimular un poco su estado de ánimo.

– En dos horas – Cheryl apretó sus dientes y miró por una última vez a Toni antes de salir del salón y dirigirse a su auto.

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