XVIII

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La pelirroja siguió besando con vehemencia a la contraria y se apartó cuando Toni no podía respirar. Bajó sus besos hasta el cuello color canela que adoraba y se dedicó a morder pequeñas partes de éste, haciendo que comenzaran a salir manchas oscuras, cosa que hizo feliz a Cheryl, ella amaba la idea de marcar a Toni como suya.

Cheryl llevó su mano a la intimidad de Toni y comenzó a frotar en círculos, dándose cuenta que Toni volvía a mojarse con gran facilidad.

– ¿Puedes abrirte más para mami? – la mayor siguió frotando el manojo de nervios que tenía en sus manos y ayudó a quitarle el suéter a Toni, dándose cuenta de que no tenía nada debajo, dejando sus senos expuestos.

– Lento, por favor – la menor susurró sin fuerza y la pelirroja dejó de deleitar su vista con los senos de la morena totalmente apetecibles. – Por supuesto, bebé – la mayor sonrió con la lengua entre los dientes y mantuvo su mirada firme con la de la morena.

Sus manos dejaron de tocar su centro completamente húmedo para luego dirigirse a sus senos, añorando de inmediato lo cálido que se sentía ahí abajo. – Hermosa – Cheryl murmuró masajeando con cariño los pechos de su hija, quería que la menor lo disfrutara en todo momento.

– S-si... Hmmm –

Los gemidos ahogados no tardaron en llegar al sentir la lengua de Cheryl en su pezon completamente erecto, la menor sintió como su lengua se movía en círculos y luego de arriba a abajo para luego morderlo, haciendo que gimiera sin vergüenza.

– Qué buena niña... – la pelirroja murmuró con los ojos brillosos, éstos estaban llenos de lujuria y deseo por tener a Toni en su completa merced.
Luego de dejar unos chupones al rededor de las aureolas de la menor, Cheryl volvió a subir sus besos hasta su clavícula, metiendo un dedo en la entrada de Toni. – Ugh – La menor sintió una pequeña molestia al darse cuenta de lo que había hecho la mayor y trató de relajarse.

Ésta era la primera vez de Toni, por supuesto, era la primera vez en todo sentido ya que nunca se había masturbado, ella no veía tan necesario hacerlo así que nunca optó por hacerlo.

– Qué apretada... – Cheryl dejó de besar a Toni para luego mirar su rostro mientras metía un segundo dedo en su interior, quería asegurarse de que esto fuera placentero para la contraria y obviamente lo lograría. – ¿Estás bien, amor? – la pelirroja preguntó moviendo sus dedos con lentitud, saliendo y entrando en ella a su gusto.

Después de un par de minutos, Cheryl acariciaba a Toni con ternura mientras sus dedos seguían moviéndose al mismo ritmo. – ¿P-puedes ir más rápido? –  la morena se sonrojó al decir aquellas palabras. Esto era nuevo para ella y claro, para Cheryl también era nuevo. El simple hecho de tener sexo suave con alguien la atormentaba, pero se trataba de Toni, su Toni.

– Hmm... Sí, S-si – la menor siseaba de placer cuando los movimientos de Cheryl se volvieron más rápidos y precisos, dando fuertes estocadas de vez en cuando sólo para ver la reacción de Toni al follarla un poco fuerte. – ¡Ah, ah, ah! – Gimió. Cheryl había golpeado su punto G al curvear sus dedos en el interior de Toni, grabando por completo este momento en su mente.

La menor tenía su cabeza echada hacia atrás con los ojos cerrados y su boca en una perfecta y grande O, sus mejillas estaban rojas y su frente estaba sudorosa. Se veía perfecta.

– Hmmm, m-mami – los dedos de los pies de Toni se doblaron al sentir que sus paredes vaginales se  estrechaban mientras rodeaba la cintura de la mayor con sus piernas, dándose cuenta que Cheryl seguía con su ropa puesta, pero lo olvidó cuando un fuerte jadeo se escapó de sus labios y sus fluidos fueron expulsados con gran intensidad, tanto que se asustó.

– ¿Te sientes bien, bebé? Eso fue muy intenso – Cheryl preguntó al ver su cama completamente arruinada por la gran cantidad de fluido que había soltado Toni. – Mhm... – la menor murmuró en aprobación mientras cerraba sus piernas, sintiendo dolor en toda su intimidad. Se suponía que eso era normal así que no le prestó tanta atención a ese pequeño dolor.

– ¿Te duele? – la mano de la pelirroja se fue a la entrepierna de la contraria y la acarició mientras esperaba alguna respuesta. – Sólo un poco – la menor tarareó al sentirse débil por completo, sentía sus piernas flotar y su cabeza estaba dando vueltas por doquier.

Cheryl bajó lentamente hasta llegar de nuevo al vientre de Toni y sintió su cuerpo estremecer cuando el pecho de la morena se agitó, dando suspiros pesados mientras veía cada movimiento de la mayor.

– Sé buena niña y deja que me encargue de esto, ¿si? – su voz ronca resonó por toda la habitación, Toni asintió ante sus palabras y sus ojos parpadearon varias veces antes de que Cheryl volviera a poner su lengua en su clitoris, su lengua plana descendió hasta su entrada y volvió a su clitoris, una y otra vez.

– Sí... Así – para deleite de la mayor, Toni llevó sus manos a la cabeza de Cheryl y presionó con fuerza, haciendo que la barbilla y la nariz de la mayor se pusiera babosa de inmediato.
Su lengua se movió en círculos contra sus pliegues y luego llevó uno de sus dedos a la entrada de la menor, moviendolo lentamente mientras lamia su clitoris con necesidad, logrando hacer los gemidos de Toni más sonoros.

– Correte para mí, Toni – Cheryl jadeó en busca de aire pero aún así siguió lamiendo toda la hendidura de Toni, a la mayor no le importaba ahogarse, ella sólo quería que Toni se volviera a correr en su cara.

El dedo que estaba en su entrada se movió con rapidez entrando y saliendo con fuerza, cosa que volvió loca a la menor.
Con un fuerte gemido Toni llegó al orgasmo, sintiéndose pequeña en la cama, sus ojos llegaron a ponerse llorosos del placer y simplemente dejó que Cheryl siguiera lamiendola, la menor estaba tan cansada que no notó cuando Cheryl llevó su dedo a su boca y lo lamió con anhelo.

Toni cerró sus piernas cuando la mayor salió de la cama en busca de una sábana limpia, Cheryl supuso que Toni tendría hambre después de 3 orgasmos así que extendió la sábana en el cuerpo de su hija y le dio un beso en la mejilla.

– Voy a prepararte algo de comer – Toni sonrió tímidamente y vio un raro color en el rostro de Cheryl. El rostro de la mayor estaba levemente rojo y tenía una linda sonrisa. – Gracias – la menor sonrió con cansancio y besó la mejilla de Cheryl.

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Honey - Choni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora