X

1.4K 139 100
                                    

16 años:

Los días pasaron y por fin el castigo de Toni desapareció, su cumpleaños número 16 era hoy, y ahora ambas estaban en una casa de verano en Italia. Ambas chicas estaban abriendo sus maletas, estaban desempacando con gran rapidez mientras la menor tenía una sonrisa en su rostro.

– ¡Listo! – Cheryl viró los ojos al ver que su hija no podía contener la emoción, esta no era la primera vez que la mayor viene a este lugar así que es obvio que no está emocionada como Toni. – Toni, cálmate – la pelirroja murmuró mientras veía los cajones de Toni, mirando si su hija dobló bien la ropa y no sólo la tiró en los cajones.

La mayor arregló un poco su maquillaje y tomó su bolso, ahora estaba lista para llevar a Toni a recorrer  algunas calles muy conocidas.

– Vamos – la pelirroja extendió su mano y la menor la aceptó gustosa mientras salían de ese lugar.
Cheryl tenía un día planeado para ambas, iban a visitar algunos parques, comer en restaurantes caros, visitar algunas calles rústicas y por último un pequeño picnic en el cual Cheryl le iba a dar un regalo magnífico.

Los minutos pasaban y para el plan de la mayor ya era hora de ir a un restaurante, Toni estaba en su propio mundo mientras veía de vez en cuando a las personas de su alrededor.
A la menor le gustó el idioma y claro, estaba aprendiendo francés pero el italiano también le llamaba la atención.

– ¿Sabes hablar italiano? – la mayor sólo sacudió su cabeza sin importancia y ambas se sentaron en las sillas, el restaurante era muy popular en Italia y habían comidas de su origen. – ¿Cheryl? ¡¿Cheryl Blossom?! – una voz tan reconocida comenzó a gritar sin pasarse de la raya.
Una mujer con rasgos asiáticos se fue acercando a Cheryl con una sonrisa amigable y un pequeño rubor en sus mejillas.

– ¿Min-min? – la pelirroja se paró de su asiento y saltó literalmente a los brazos de la otra mujer sin llegar a lastimarla. – Oh, mierda, no sabes cuanto te extrañé – la pelinegra se aferró más al cuerpo contrario y ambas se susurraban cosas iguales.
Después de un largo minuto, ambas se separaron y se rieron al mirarse.

Toni sólo tomaba de su botella de agua mientras veía la interacción de aquellas mujeres y para ser sincera, tenía celos.

– ¿Quieres sentarte? – Cheryl habló animadamente mientras una pequeña sonrisa se le dibujó en el rostro. Había olvidado que su hija estaba ahí y era por la gran alegría que sentía al ver a una vieja amiga. – ¿Quién es ella? – Minerva preguntó mientras se sentaba en la silla de Cheryl. La mayor fue a traer otra silla y la dejó al lado del asiento de Toni mientras buscaba con la mirada a la mesera.

– Es mi hija; Toni – los ojos de Minerva se abrieron como platos y su sonrisa se hizo más grande cuando vio a Cheryl pasar su brazo por los hombros de Toni. Se veían muy unidas. – ¡Ha crecido demasiado! Hace unas semanas apenas era una bebé muy gorda – Toni se sintió incomoda y Minerva se inclinó un poco para acariciar la mejilla de Toni.

– Lo sé, tiene 16 años – la mesera las interrumpió y Minerva pidió algo en italiano, Cheryl pidió lo mismo y se dirigió hacia Toni ya que no sabía italiano. – ¿Qué quieres, Toni? – la menor no se concentró y no supo que pedir del menú así que sólo se encogió de hombros, esa era una señal de que Toni no estaba cómoda y Cheryl lo captó de inmediato.
La mayor decidió decirle a la mesera que con esas 2 comidas estaba bien.

– Por Dios, Cher, las veo y son tan distintas... Toni no se parece a ti – la pelinegra soltó sin pensar y la contraria se encogió de hombros dándole la razón a su amiga. – Pero es muy bonita, es hermosa – Minerva dijo con sinceridad, Cheryl asintió de inmediato y pasó sus dedos por el cabello suave de su hija. – lo es, y también es muy tímida – Minerva se rió un poco y asintió, Toni se sonrojó y bajó la mirada.

La morena jugó con su botella de agua mientras las dos adultas hablaban de todo lo que han hecho estos últimos años, algo completamente aburrido para Toni.
La menor sintió cuando la mesera pasó por su lado y elevó la vista, notó que Cheryl había pedido un café y una galleta, lo mismo que Minerva.

Toni sólo miró de reojo a su madre y siguió jugando con su botella, no tenía nada más que hacer y ni siquiera tenía un celular ya que su madre lo había roto hace apenas unas semanas.

– Ten, amor – Cheryl tomó su galleta y se la entregó a Toni, la menor la recibió con facilidad y notó que ya habían tomado sus cafés. – Bueno, min-min... Fue un gusto verte – la morena vio como ambas mujeres se pasaban sus números y perfiles de algunas redes sociales, cosa que no le agradó.
Siguieron hablando por un par de minutos más hasta que Minerva se despidió abrazando a Cheryl y a Toni.

– ¿Podemos retomar nuestro día? – la pelirroja suspiró cuando estuvo completamente a solas con su hija. Éste era el día de ellas, por así decirlo, y que hayan pasado el tiempo con un tercero no estaba en los planes de la mayor. – claro – Toni sólo asintió sin alguna expresión en su rostro y Cheryl tomó su mano para que al menos tuviera una pequeña sonrisa.

– Lo siento, no creí que alguien llegaría e interrumpiera nuestro momento familiar – y de nuevo esa jodida palabra. Toni sin poder evitarlo viró los ojos e hizo una mueca, le agradaba pasar tiempo con su madre pero no le gustaba que fuera su madre, ella sólo quería que fuera su novia.

– He dicho muchas veces que no me gusta verte hacer eso – el enojo de la pelirroja se hizo notar. Toni asintió tarareando y esperó a que la mayor siguiera con su camino para poder seguirla. – dame la mano – la mayor exigió mientras acomodaba mejor su bolso en su brazo.
Toni miró a su alrededor, mirando las calles sin hacerle caso a su madre. La menor estaba enojada, aunque no lo hacía notar, le enfurecia el hecho de que su madre sonreía tontamente con Minerva y con su hija casi nunca lo hacía.

– Antoniette, no me hagas repetirlo – Cheryl suspiró mientras extendía su mano y Toni pasó por su lado como si no estuviera la mayor.
La pelirroja sólo pudo seguirla, procurando de mirar bien a su alrededor, el hecho de que haya estado en Italia no significa que conozca todo el lugar al derecho y al revés.

Cuando menos lo esperó, ya estaban afuera de la casa. Toni la había guiado y era increíble como recordaba el camino.

– ¿No querías recorrer el lugar? – Toni se giró y miró por unos segundos los ojos de Cheryl. – sí pero estoy exhausta, voy a dormir – la menor le dio una dulce sonrisa a la contraria y sin recibir ninguna respuesta fue directo a la casa.

– Oh cariño – la mayor suspiró. Su plan cambió por completo, se le había ido medio día y no compartió para nada con la menor. Cheryl decidió seguir a Toni, pero en vez de entrar a la habitación, se dirigió a la gran sala de estar que resaltaba la casa.
La pelirroja tomó su laptop y re buscó en algunas páginas.

Cheryl lo había pensado por semanas, no carecía de dinero, porque siendo honestos, tenía suficiente dinero para unos 15 años más, aún contando viajes y otros lujos que la pelirroja tuviera en mente.
La idea de querer trabajar la tenía desde hace tiempo porque Toni entraría a la universidad en un par de años y quedaría sola, sin nada que hacer así que algún pasatiempo no le vendría mal.

..........

Honey - Choni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora