Honey - Choni

XVII

- Así que... - Cheryl tomó dos libros de su estante y volteó a mirar a su hija, la cual estaba acostada en su gran cama. Ambas chicas habían decidido no hacer nada por lo que resta del día y divertirse haciendo algo que Toni quiera hacer, así que Toni fue al cuarto de Cheryl con un libro en su mano y se acostó en la cama.

- Podemos hacer lo que quieras, incluso arruinar la cerca del horrible vecino que tenemos pero, tu sólo quieres leer conmigo, ¿tengo razón? - Toni asintió con una sonrisa adorable en su rostro.
Cheryl viró los ojos con su rostro serio y tomó sus gafas que usaba para leer.

- A veces pienso que deberías ser una adolescente normal - la mayor murmuró. Toni era tan calmada y su idea de diversión era leer algún libro con Cheryl, y ahora le quedaba muy claro a la mayor.

Cheryl miró con atención la forma en la que estaba acomodada su hija en la cama y frunció sus cejas mientras ladeaba su cabeza. Toni estaba acostada en forma diagonal, tomando todo el espacio de la cama y evitar que Cheryl se hiciera a su lado.

La mayor olvidó por un momento la mala posición de Toni y se dirigió a ella aún con sus cejas fruncidas.

- ¿Puedo leer en medio de tus piernas? - la pelirroja preguntó mientras señalaba sus libros. Toni dejó su libro a un lado y asintió sin problema, la mayor tomó uno de sus libros y se acostó en el pequeño espacio que había entre las piernas de Toni hasta la punta de la cama.

Su cabeza quedó en toda la entrepierna de la menor y elevó sus rodillas para recostar el libro en sus propios muslos, eso hizo que la morena se sonrojara y elevara una de sus rodillas.

Pasaron un par de minutos y Cheryl marcó la página en la que iba para luego llevar su mano al muslo desnudo de la contraria. Toni había dejado de leer desde que Cheryl estaba ahí y la mayor lo notó. - ¿Ocurre algo? Dejaste de leer tu libro, Toni - Cheryl acarició el muslo de Toni sin imaginar que eso estaba empeorando la situación. Toni se estaba mojando y moriría de vergüenza si Cheryl siente su humedad.

- N-no, no pasa nada - la menor volvió a tomar su libro y trató de leer pero las caricias no paraban y Cheryl no tenía intenciones de parar.
La mayor estaba leyendo la biografía de algún autor y acariciar el muslo de Toni la tranquilizaba, además debía admitir que su piel era muy adictiva.

Al rededor de 10 minutos, Cheryl se había cansado de leer, ¿cómo no se aburriría si tiene algo mucho mejor a su lado? Dejando el libro a un lado de la cama, se dedicó a acariciar y a apreciar los muslos de Toni.
La mayor amaba el color de piel de su hija, adoraba con su alma su piel color canela y siempre se enamoraba de ella pero nunca lo decía, después de todo siempre le gustaron las mujeres morenitas, eso era algo como un "fetiche" para ella.

Sus caricias se volvieron en pequeños apretones necesitados y se dio la vuelta para quedar a pequeños centímetros de lo que tanto quería probar. Alzó su mirada y se encontró a una Toni soltando pequeños suspiros y sus pupilas completamente dilatadas.

– ¿Puedo ser sincera contigo? – su voz salió casi como un jadeo y notó la respiración agitada que tenía la menor. Toni tarareó en forma de respuesta y puso toda su atención en la mayor.
Cheryl decidió pasar su dedo índice por toda la cadera de la contraria, dando ligeros círculos sobre su piel, queriendo ir más allá.

– En verdad muero por probar este coño virgen... – Cheryl murmuró con la mirada fija en los ojos de Toni, observando como el rostro de ésta enrojecia, decidió pasar su dedo al pequeño sexo de Toni por encima de su short.

La mayor hizo un poco de presión en su intimidad y Toni sintió ahogarse en ese instante. Su cuerpo comenzó a sudar y a calentarse de arriba a abajo mientras seguía viendo cada movimiento que hacía la pelirroja.

– Y-yo también – el rostro de Toni ardió al darse cuenta de la estupidez que había dicho pero Cheryl lo tomó como un permiso para hacer realidad su sueño así que la mayor bajó el pequeño short que traía Toni y relamió sus labios ansiosa y pasó la prenda por sus piernas hasta que se deshizo de ella por completo.

Luego tomó el extremo de la ropa interior de la morena y con una pequeña sonrisa morbosa en su rostro, bajó las bragas con rapidez, sintiendo la excitación creciente en su propia ropa interior.

– Oh, Toni – Cheryl casi gimió al ver lo mojada que estaba la contraria, sus bragas casi se habían pegado por lo empapada que estaba, ¿se había puesto así por unos simples toques? Como sea, eso no le importaba a la pelirroja, sólo la ponía más excitada.

Cheryl acercó su rostro aún con la mirada fija en Toni y pasó su firme lengua por todos sus pliegues, saboreando lo dulce y salada que era la vagina de Toni. – Hmm... – La menor echó su cabeza hacia atrás mientras sus ojos se cerraban por sí solos.

La pelirroja en ningún momento apartó la vista del rostro de Toni, le gustaba demasiado verla sollozando de placer. Sus labios tomaron con exactitud los labios vaginales de Toni y los chupó a su gusto, dándose cuenta que eso volvía loca a la morena.

– ¡Ahh! – Toni gimió en voz alta y calló sus gemidos con su antebrazo, se sintió avergonzada cuando sus gemidos se volvieron más sonoros y no quería qué Cheryl la escuchara. Cheryl al darse cuenta que Toni mordía su mano para evitar gémir golpeó con dureza el muslo de Toni, aún chupando sus pliegues.

Su nariz estaba frotándose con el hinchado botón que tenía en frente y decidió darle atención también, llevando su lengua al clitoris de Toni. La mayor succionó y besó con necesidad toda su vagina, gimiendo por el sabor que ésta desprendía. Sin duda alguna hacerle orales a Toni se volverá en su actividad favorita.

– Hmm, Hmmm... – Toni aún seguía callando sus gemidos y lo único que quería hacer Cheryl era parar y hacer que Toni dejara de callarse, pero no podía, no quería parar de chupar su coño.

Las manos pálidas de la pelirroja fueron en seguida a los muslos de Toni y los sostuvo mientras acariciaba con dulzura, Toni trataba de cerrar sus piernas de tanto placer que sentía y sintió un nudo en el estómago cuando ya no podía más.

– ¡Ahh, m-mami! – la menor soltó un gran gemido sin poder evitarlo y sintió como una fuerte cantidad de agua salía de su vagina, desconcertandose por unos segundos pero luego le restó importancia cuando sintió que su madre aún seguía lamiendola.

Cheryl lamió con cuidado el sexo de su hija y se sonrojó cuando sintió que el clitoris de Toni palpitó mientras pasaba su lengua por éste.

Luego de terminar de limpiar todos sus fluidos, la mayor gateó hasta quedar en frente de Toni, procurando no aplastar su cuerpo.

– Eres jodidamente deliciosa, Toni – Cheryl lamió sus labios aún con rastros de fluidos y no dejó que Toni dijera algo porque atacó sus labios con necesidad, sintiendo su cuerpo caliente.
Cheryl introdujo su lengua en su boca sin avisar y Toni trató de seguirle el ritmo, ahora la mayor estaba más necesitada de ella y quería más, lo quería todo de Toni.

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