VII

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15 años

– Ahh – ambas chicas se estaban besando lujuriosamente. Eran las 9am y Cheryl le llevó desayuno a su hija, pero, al parecer Toni despertó un tanto inquieta.
Toni llevó sus manos y tomó las de la mayor para luego dirigirse a sus propios muslos, haciendo que Cheryl los apretara un poco.

– ¿Despertaste caliente? – Cheryl preguntó en un tono burlón, haciendo que la menor la besara con más fuerza. La mayor no soportó más y tomó a Toni de su cintura y la hizo sentarse en sus piernas, poniendo estas a cada lado de su cadera. – Es suficiente, Toni – Cheryl se separó de aquel beso que insitaba a más, no quería hacerlo pero tenía qué. La mayor tenía sus propios límites con Toni y los iba a cumplir.

– N-no – Toni volvió a tomar las mejillas de la pelirroja y se sonrojó al pensar lo que iba a decir. – pronto será mi cumpleaños – Cheryl asintió. Sabía que en unas 3 semanas, su hija ya estaría teniendo 16. – Lo sé, ¿quieres un regalo en especial? – la mayor acarició el cabello de Toni, ella no entendía lo que quería su hija.
El rostro de Toni se volvió muy rojo y asintió ante la pregunta de la mayor.

– Q-quiero qué tengamos sexo – Cheryl se sorprendió. Toni estaba un poco avergonzada por decir esas palabras pero en verdad lo quería.
Llevaba semanas preguntándose cómo sería hacerlo con la pelirroja. Hasta creaba sus propios escenarios un poco inapropiados. – Ya sabes, siempre nos besamos y no estaría mal hacer el amor, ¿no crees? – Toni llevó su mano derecha al torso de su madre y bajó su cabeza un poco.

– ¿Hacer el amor? Si quieres puedo comprarte consoladores, Toni – la menor palideció y se bajó del regazo de su madre. Toni odiaba eso de Cheryl, siempre era tan sarcástica, no lo quería admitir pero su madre a veces era una perra.
Sin contar que la mayoría de veces siempre le daba miradas frias a la menor o simplemente tenía que pasarle algo malo a Toni para que Cheryl le hablara con bonitos apodos.

– Olvídalo – Toni murmuró con tristeza, tomó el plato de cereal que su madre le había traído hace unos minutos, pero, se asqueó al ver que los cereales estaban blandos. – Estoy bromeando, Antoniette – Cheryl sonrió de medio lado, caminó hasta llegar al lado de su hija y sujetó su cintura por detrás. – Puedo darte el regalo ahora, si es lo que quieres – la pelirroja mordió levemente el lóbulo de la contraria y la pegó más hacía ella.

– De-deja de bromear – Toni tartamudeó, no pudo evitarlo, no sabía si la mayor estaba jugando con ella y le daba miedo qué esté en lo correcto.
De un momento a otro, Cheryl llevó sus manos al borde del pequeño pantalón de pijama que traía su hija. Lo fue bajando con lentitud y Toni se estremeció.

– No bromeo. Ahora, acuéstate en la cama – Toni obedeció. Se acostó en la cama, abrió las piernas un poco y miró intensamente a su madre.
La menor no lo iba a negar, ella vio algunos videos porno para guiarse. No quería quedar como una completa idiota a la hora de tener sexo con la pelirroja.

La mayor bajó su vista a la entrepierna de Toni y mordió su labio inferior, notó que su ropa interior estaba un poco mojada y sonrió. Sabía por qué estaba así.

– Gatita – Toni se sonrojó por ese apodo nuevo. ¿Acaso a su madre le gustaba decir esas palabras a la hora del sexo?
Cheryl notó el sonrojo de su hija y con picardia, tomó los botones de su blusa y fue quitándolos. La mayor se acostó suavemente sobre su hija, tratando de no aplastarla.

– Voy a follarte tan duro, qué vas a querer más – la menor no se inmutó ante esas palabras. Sabía que su madre la trataría muy bien y que siempre la protegería. Sería ilógico que en su primera vez, eso cambie. – Ábrete más – la menor hacia todo lo que la contraria decía, subiendole el ego a Cheryl.

Honey - Choni Donde viven las historias. Descúbrelo ahora