9 años
– ¿Mami, podemos descansar? – la pequeña niña de 9 años cerró su cuaderno de inglés y tomó sus lápices de colores para luego guardarlos en los bolsillos de su vestido.
Ambas estaban en una habitación diseñada para enseñar, ésta tenía su tablero, útiles escolares, una silla y una mesita para Toni.Cheryl había cumplido lo que le dijo a su hija y estaba enseñándole desde casa. La mayor se tomó muy en serio ese trabajo, duraba casi todo el día enseñándole cosas nuevas a Toni y todo estaba funcionando porque al parecer, Toni sabía mucho más qué los niños de su edad.
– ¿Te memorizaste los verbos con su perspectivo tiempo? – la mayor preguntó de una manera fría. Pues decidió qué esto iba a ser un trabajo y, por lo tanto, no hay que mezclar relaciones afectuosas con tus estudiantes. Ni siquiera tratarla como su hija, aunque a la menor no le agrade eso.
– Sí – muisitó la menor mientras dibujaba una sonrisa en su rostro. Toni trataba de mejorar con sus tareas y memorizar todo lo necesario, pues no quería defraudar a la mayor.
– Bien, dime cómo se escribe "abusar" en sus tres tiempos – Cheryl se quitó la chaqueta de cuero que traía puesta y vió a su hija expectante. – Abuse, abused y abused – la menor escribió las palabras correctamente y su pronunciación fue muy buena.
– Quebrar – Cheryl estaba orgullosa por dentro. Su hija era muy inteligente y no se le dificultaba aprenderse algo de memoria o entenderlo. – Break, broke y broken – siguió haciendo ese pequeño cuestionario por unos minutos más y decidió parar con una última palabra.
– Dibujar –
– Draw, drew y drawn – Cheryl sonrió orgullosa y extendió sus brazos para que Toni fuera con ella. La menor corrió a los brazos de su madre y besó sus labios suavemente, sorprendiendo a la mayor.
– ¿Podemos comer helado? – Toni tenía un gran brillo en sus ojos y se acercó violentamente al rostro de Cheryl. – Lo que digas, honey – Toni emocionada volvió a besar los labios de Cheryl, le gustaba mucho hacer eso y no había ningún problema porque su madre decía que estaba bien hacerlo y ella le creería a su madre por siempre.
– Me causas caries – la mayor viró los ojos molestando y mantuvo su rostro serio después de decir eso.
Toni hizo un gran puchero y repartió pequeños besitos por el rostro de la pelirroja, haciendo que ésta sonriera un poco.
La niña se detuvo en los labios de la mayor y decidió hacer algo que había visto en la tele. Metió su lengua de improvisto en la boca de la mayor y Cheryl no reaccionó hasta que se dio cuenta de que eso estaba mal.– ¿Por qué hiciste eso? – Cheryl bajó a Toni de sus brazos y esperó a que respondiera. – Lo vi en la tele, dos señores se estaban metiendo la lengua en la boca porque se amaban... Yo te amo y quise hacerlo, mami – Toni tenía una sonrisa de oreja a oreja y sus mejillas se volvieron rosadas al decir eso.
Cheryl no sabía qué hacer exactamente. Suponía que su hija entendería que son madre e hija y no deberían hacer esas cosas.
– No lo vuelvas a hacer, ¿entendido? Ahora vuelve a tu silla, no habrá helado esta vez – su mirada se volvió fría y miraba a su hija seria.
La pequeña niña se volvió a sentar en su silla y sacó su cuaderno de inglés, de nuevo.
Una pequeña lagrima bajó por su mejilla, ella creía que su madre la rechazó porque no la amaba.– El próximo mes tendrás que hacer un exámen. Si lo pasas podrás seguir estudiando en casa, ¿de acuerdo? – la pequeña niña sólo asintió con la cabeza y sacó sus lápices de colores. Cada seis meses hacía un exámen qué mandaba el gobierno, pues si quería seguir estudiando en casa, debía demostrar que ésta acción estaba dando frutos.
Pronto tendría que hacer el exámen que haría finalizar este año, lo qué significa qué si lo aprueba podrá pasar a secundaria. Algo fácil para Toni, pues estaba muy adelantada. Cheryl le estaba dando temas a Toni de noveno grado porque lo demás era muy fácil para la menor.
– ¿Me estás escuchando, Antoniette? – la niña menor elevó su mirada temerosa. Estaba perdida en sus pensamientos, tenía ganas de llorar por haber enojado a su madre de esa manera y también se sentía rechazada.
No soportó más y sus lágrimas bajaron por sus mejillas velozmente. La pequeña salió a correr hacía su cuarto y cerró la puerta con fuerza, arrepientiendose de inmediato al recordar que su madre odiaba que tirara las puertas así.
Toni se acostó en la cama y se enrolló bajo las sábanas, llorando.
Segundos después, Cheryl entró al cuarto y se sentó en la cama de su hija, tocando lo que suponía era su pierna, pues estaba tapada de pies a cabeza.– Toni, no tienes que llorar. ¿Qué ha dicho mamá sobre esto? – la pelirroja fue sacando lentamente las cobijas del cuerpo de la menor, llegó hasta su rostro y logró ver los hinchados ojos de la menor, no paraba de llorar y a Cheryl se le apretó el corazón.
– D-dices que n-no hay qué llorar, q-qué eso no es d-de niñas bonitas como yo – la menor arrugó su nariz tímida y miró a la mayor con ojos de adoración. A pesar de todo, Cheryl era lo más hermoso qué había en el mundo, para Toni. La menor siempre imitaba a Cheryl, quería ser cómo ella y demostrarle que era suficientemente buena para su madre, cómo para que ésta le diera pequeños abrazos o besitos.
– ¿Por qué lloras? – la mayor tomó los brazos de la morena y la hizo sentarse en su regazo. Cheryl se mostraba seria, como siempre, pero su voz demostraba un poco de preocupación.
– No m-me dejaste be-besarte cómo quería – la menor bajó su rostro avergonzada de sí misma. Le era tonto decirle esto a su madre, pero era muy necesario. – ¿Lloras por una estupidez? Sabes que odio que llores y que me duele verte haciéndolo, ¿no? – la mayor llevó sus manos a la diminuta cintura de su hija y la miró con severidad.
Toni lloró más al escuchar a su madre. No le parecía una estupidez llorar porque su propia madre la había rechazado.
– Hagamos una cosa, ¿si? – la menor intentó calmar un poco su llanto y se dedicó a mirar a su madre expectante. – Puedes besarme cómo quieras. Con lengua o sin lengua, tú decides, ¿si? – a la menor le brillaron sus ojitos de inmediato. Sus mejillas se ruborizaron y bajó su vista a los labios de la mayor, lista para besarlos cómo quería.
Cheryl se dio cuenta de lo que quería hacer la morena y la sujetó fuertemente de la cintura, evitando que se moviera.– Pero, lo harás a tu manera al cumplir 14 años – demandó la mayor. Toni la miró por unos segundos y frunció sus cejitas, enojandose. – Faltan cinco años, mami – murmuró Toni, mordiendo su labio inferior mientras evitaba hacer un berrinche.
La mayor sonrió, sabía qué por lo menos en cinco años, su hija ya no tendría esos pensamientos de querer besarla. O eso era lo que creía.
– ¿Valdrá la pena esperar esos años? – la mayor preguntó con picardia. Se le hacía muy cómica esta situación, aunque una parte de ella estaba esperanzada de qué a su hija nunca se le vayan esos pensamientos.
– ¡Sí! ¡Seré la mejor besadora y te gustarán mis besos! – la menor había dejado de llorar y ahora estaba emocionada, quería tener 14 años para poder besar a la pelirroja a su modo. – ¿Almenos puedo darte un pico? – Toni hizo un puchero con sus labios y se acercó más al rostro de Cheryl.
La pelirroja no vio nada de malo en un simple pico, así qué sólo asintió con su cabeza.– ¡Te amo! – la menor gritó con emoción mientras se lanzaba a los labios de la contraria. Comenzó a darle pequeños picos en sus labios y Cheryl sólo la veía con una pequeña sonrisa.
– También te amo, Honey – las mejillas de Toni se sonrojaron y besó una vez más a su madre, sólo que ahora, el pico duró mucho tiempo.
......
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Honey - Choni
FanfictionCheryl Blossom cría a su hija de una manera muy especial, es su hija y por lo tanto quiere lo mejor para ella. Le enseña muchas cosas, la vuelve una genio, literalmente. Poco a poco se va enamorando de sus pequeños pucheros y su cara con sus mejill...