Honey - Choni

VIII

– Estoy aburrida – la menor saltó al regazo de su madre y se acomodó para quedar boca abajo en las piernas de la mayor. Había pasado una semana desde aquel castigo, las cosas siguieron un poco normales, sólo que ahora Cheryl era más fría que antes. Ahora no llamaba a Toni con lindos apodos y sólo la besaba esporádicamente.

– Qué bueno – la pelirroja siguió leyendo el libro que tenía en sus manos, ignorando el peso en sus piernas. – la semana pasada querías follarme y ahora todo cambió – Cheryl fingió seguir leyendo su libro y ahora estaba prestando atención a lo que su hija decía, sólo que sin mirarla. – tal vez es por el castigo – Toni murmuró para sí misma y frunció su ceño un poco.

La pelirroja miró su libro entretenida y no pudo evitar mirar de reojo el cuerpo de la menor. Toni traía un pequeño short de mezclilla y un top blanco, éste lo estaba usando sin brasier.

– ¿Tenemos confianza? – Cheryl desvió la mirada a su hija. La morena giró su cuerpo, quedando boca arriba en las piernas de su madre. – No lo sé, ¿tenemos confianza, Toni? – la mayor preguntó con ironía en sus palabras. Era absurdo que Toni preguntara esto; ya que ni siquiera la menor tenía suficiente confianza para decirle a su madre que quería perforarse el ombligo.

Toni viró los ojos y la mayor lo notó. Cerró su libro y tomó la barbilla de la contraria con un poco de fuerza. – No me voltees los ojos, Antoniette – sus ojos se tornaron oscuros y miró a su hija como un débil conejito. – Eres bonita cuando te enojas – Toni murmuró sin pensar. Cheryl dejó de sujetar su barbilla y suspiró. Se acomodó mejor y llevó su mano derecha a la cabeza de su hija. – Lo sé, soy muy sexy – la pelirroja dijo con orgullo. Ella sabía que era sexy y hermosa, literalmente podía tener a cualquiera a sus pies si así lo quería.

Toni se sonrojó al escuchar a su madre. Para Toni, Cheryl era muy sexy, bonita y una buena persona. Era un ejemplo a seguir para Toni.

– ¿Alguna vez has hecho algo de lo cuál te arrepientes? Pero, lo hiciste para ganar un tipo de aprobación de los demás – Toni vaciló por unos segundos. Estaba tratando de descifrar si hacer eso no era tan fatal. – No. No me satisface complacer a los demás con estúpidos actos, cómo perforarme alguna parte de mi cuerpo. – Cheryl miró a Toni con el rostro serio, aún acariciando su suave cabello. La mayor sabía que Toni odiaba las agujas y qué ese tipo de cosas le daban miedo, así que tuvo razones para hacerlo y acaba de descubrir por qué.

– ¿Rachel quiso qué te perforaras la piel? – su madre preguntó extrañada. Toni estaba mirando a la nada y de un momento se quitó de las piernas de su madre. – No, ella no quiso que lo hiciera. Fueron sus amigos – Después de que la menor dijera eso miró el regazo de su madre, se quitó sus zapatos y volvió a sentarse encima de Cheryl, sólo que ahora sus piernas estaban a cada lado de sus caderas.

– ¿Me estás diciendo que me pides permiso para salir con Rachel pero en verdad sales con otras personas? – Cheryl preguntó molesta, ahora estaba muy molesta al saber que Toni estaba mintiendo. – ¡No! Ese día íbamos a entrar al cine y unos chicos se nos acercaron, resultaron ser amigos de Rachel. Vimos todos juntos una película y luego nos siguieron –

Cheryl no entendía por qué le afectó la opinión de los demás en ese momento, pero, si le afectó a Toni entonces era malo. Pudieron haberle pedido otra cosa qué un simple arete.
La mayor llevó sus manos a la pequeña cintura de la contraria y la atrajo a un abrazo – Gracias por decirme – Cheryl murmuró en el oído de su hija. Ella quería tener confianza con Toni y no serviría de nada castigarla a cada rato. La mayor también tendría que aportar si quiere que haya confianza entre ellas.

– N-no habrán secretos, te contaré todo de ahora en adelante. Habrá confianza entre nosotras, ¿si? – la menor hablaba sin parar, pues estaba emocionada porque su madre la estaba abrazando. – habrá confianza entre nosotras – Cheryl confirmó mientras se separaba del abrazo.

– ¿Tu ropa siempre ha sido así? – la pelirroja no pudo evitar decirlo. Recordaba que de pequeña siempre le compraba a Toni unos lindos vestiditos con zapatos a juego pero, ya no le compraba la ropa a Toni. – Sí, siempre la pido en Internet – la mayor frunció sus cejas un poco y dejó de tocar a la menor. – Trae tu computadora, necesito verla – Toni miró a Cheryl un poco apenada, pues la computadora la tenía su madre y no sabía en dónde la había dejado.

– Está en mi cajón de ropa interior – Toni fue por la laptop un poco nerviosa. La menor tenía miedo de lo que Cheryl pudiera encontrar, ella no contaba con qué su madre iba a revisar su laptop.

– Aquí está, mami. Veas lo que veas, recuerda que soy tu hija y qué me amas mucho, ¿si? – Toni le entregó la laptop a Cheryl y esta la miró sin entender. ¿Tanto miedo tenía su hija? – si le mandaste fotos de tu cuerpo a alguien, dejarás de ser mi hija – la pelirroja habló severa, eso era lo peor que podría imaginar de Toni.

– Contraseña – la pelirroja abrió la laptop y esperó a qué su hija le diera la contraseña pero, no lo hizo. – Antoniette, la contraseña – Cheryl no pudo evitar irritarse, ahora quería saber por qué su hija tenía miedo de que revisara la laptop. – Cheryl – Toni se sonrojó de inmediato y bajó la mirada. La mayor la miró por unos segundos y luego puso "Cheryl" en la computadora, ésta se desbloqueó y miró de reojo a Toni.

La mayor se metió a las redes sociales que tenía su hija pero no había nada malo, sólo seguía a famosos y no se hablaba con nadie. Luego decidió meterse a su galería de fotos y se sorprendió al ver qué habían tres mil fotos.
Habían dos álbumes y Cheryl se metió al primero, se sorprendió de inmediato al ver el álbum.

– ¿De dónde sacaste estas fotos? – la mayor preguntó. El álbum tenía muchas fotos de Cheryl, algunas eran muy viejas y otras nuevas pero, no recordaba qué tenía fotos en traje de baño. – ¿De dónde sacaste esta? – la pelirroja señaló una foto en la que ella estaba en ropa interior roja mientras se acostaba en la cama. – Y-yo la tomé. Las saco de tu celular y luego las paso a mi computador, después borro las fotos de tu celular y eso – Toni murmuró avergonzada. Su rostro se volvió completamente rojo y comenzó a jugar con sus dedos cabizbaja.

– Oh – Cheryl apenas pudo suspirar. Siguió viendo las fotos y algunas eran muy buenas pero, se detuvo al ver una foto de ella desnuda. La foto mostraba a una Cheryl completamente desnuda mientras el agua de la regadera bajaba por todo su cuerpo.
Cheryl no dijo nada pero miró a su hija fijamente.

Toni elevó su vista y se encontró a su madre mirándola con seriedad. La menor miró la pantalla de la computadora y casi se ahoga con su propia saliva.

– ¿Quieres hablar? – Toni negó torpemente y tomó su computadora avergonzada. Sus ojos comenzaron a cristalizarse y llevó su laptop a su pecho para luego ir a encerrarse en su habitación.
Cheryl no dijo nada y dejó que Toni se encerrara, esto también era algo raro para la mayor así que no supo que hacer más que quedarse viendo a la nada.

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