Honey - Choni

XIII

Era lunes por la mañana y ambas mujeres ya estaban en su casa, las "vacaciones" en Italia pasaron con rapidez y por suerte, lograron recorrer muchos lugares y pasar tiempo como madre e hija.

En este momento, Cheryl estaba preparando un rico desayuno que constaba de panqueques, jugo de naranja recién exprimido y un poco de fruta cortada en forma de figuritas.
Hace poco la mayor descubrió que a Toni le gustaba la comida con formas de animales o triángulos, era infantil pero amaba a Toni y la complacería en todo lo que ella quiera.

- Buenos días - la menor entró a la cocina con una sonrisa perezosa mientras terminaba de subir la cremallera de la falda que estaba utilizando en ese instante.

- ¿Lista para la semana de exámenes? - la mayor preguntó mientras terminaba de cortar la fruta. Alzó su vista hacia Toni y sólo miró en dirección a su busto, notando que tenía un escote, no era tan grande pero sí del tamaño perfecto para que el valle de entre sus senos se hiciera relucir.

- ¿Desde cuándo tienes eso? - la pelirroja cambió de tema de inmediato y la fruta que una vez estaba cortando, quedó olvidada en el mostrador.
La menor se enrojeció y se regañó internamente por usar justo en este momento esa camisa. - Rachel me la prestó, vamos a salir más tarde y creyó que me vería bien con esto. - Cheryl tomó los residuos de fruta y los botó en la caneca de basura, se cruzó de brazos y se acercó a Toni un poco.

- Si, bueno, pareces una prostituta, claro que te ves bien... Aguarda, ¿van a salir? - la morena se sonrojó y jugó con sus dedos un poco, bajo la mirada de la mayor. - Olvidé decírtelo, Rachel y sus amigos me invitaron a desayunar - Cheryl asintió pensativa, tenía su semblante serio y no le agradaba para nada que su hija saliera con ellos.

- ¿Los mismos amigos que te retaron a hacerte el piercing? Claro que no, no irás - los ojos de la menor se abrieron sorprendida y suspiró. - Por favor, mami, no haré nada malo - la mayor lo pensó por unos segundos y decidió dejarla ir ya que no podía retenerla por siempre a estar junto a ella.

- Bien, pero no puedes ir vestida así - la morena sonrió y asintió frenéticamente mientras corría a su habitación para cambiarse de ropa.
Toni dio un paso a la habitación y ya se estaba quitando la falda y la camisa. Tomó un jean negro ajustado y un top de estraple que hacía resaltar sus senos y su pequeña cintura.

Pasaron al rededor de 10 minutos y la menor ya estaba saliendo de su habitación completamente vestida. Fue en dirección a la cocina y notó el desayuno que había hecho Cheryl, por un momento la menor se sintió mal pero dejó sus pensamientos a un lado cuando sintió unos brazos al rededor de su cintura.

- Si vas a cometer alguna locura, cuenta conmigo y llámame - la pelirroja dijo suavemente en el oído de la menor, cosa que a ambas las hizo sonreír. - De acuerdo, mami - la menor se giró con una sonrisa en su rostro y sin avisar, besó los labios de la mayor con dulzura. - Adiós - Toni sin saberlo, se fue de ahí dejando a Cheryl sin oxígeno, literalmente, ese beso hizo jadear a la mayor.

- Mierda - la pelirroja llevó sus manos a sus caderas y se recargó contra la pared que estaba a su lado. Eso de tomar el papel de madre y "novia" la estaba matando.
Cuando vio a la menor vestida con esa falda y la camisa con ese escote, sólo quería quitarle la ropa y follarla mientras le decía miles de elogios, pero actuó como una madre porque no podría hacer lo que se le vino a la mente y la idea de que alguien más esté cerca de ella y que la viera con esa ropa, la hacía sentir celosa.

Pensar cosas obscenas de su propia hija le parecía horroroso y nefasto pero no podía negarlo, Toni era hermosa ante la vista de cualquiera, incluyendo la de su propia familia.

Los minutos pasaron y la mayor decidió pasar tiempo a solas, hace mucho no estaba a solas y veía necesario un momento así. Primero decidió darse un baño con agua caliente y vestirse con algo cómodo y fresco, optó por usar una camiseta blanca de gran tamaño y un short pequeño que apenas cubría su trasero.

La pelirroja fue directo al sofá y se sentó satisfecha, tomó el control y estuvo cambiando los canales, habían más de 200 canales y buscar algo bueno para ver, era un poco difícil.

Al pasar los canales, la puerta principal se abrió dejando ver a una morena completamente roja.
Toni caminó en dirección a su madre y se acostó en sus piernas con vergüenza.

- ¿Ocurrió algo? - la mayor preguntó preocupada mientras una de sus manos iba acariciando la espalda de la menor.
Toni no respondió y prefirió quedarse callada. ¿Cómo le diría a su madre que Jughead la besó?
El amigo de Rachel la había tomado por la cintura afuera de su casa y eso no sobresaltó a la menor, ya que lo vio completamente normal pero cuando Jughead se acercó a su rostro y la besó rápidamente en los labios la dejó ardiendo completamente.

- Nada, mami - la menor sonrió avergonzada y evitó la mirada de la mayor. Toni aún sentía sus labios arder por lo que pasó hace unos segundos.
No es que le haya gustado el beso de Jughead, porque sinceramente, no le agradó, Jughead tenía los labios pequeños y secos, cosa que no le gustaba a la menor.
Toni no se estaba sonrojando por Jughead, se estaba sonrojando porque temía que ese beso fuera un acto infiel que hizo hacia Cheryl.

- ¿Estás mintiendo? - la mano de la mayor fue directo a la cabeza de la morena y esperó alguna respuesta pero no hubo ninguna por parte de Toni. - Bien... - la pelirroja suspiró, no quería discutir con la menor por el simple hecho de no contarle todo así que decidió relajarse y continuar acariciando a su hija.

- ¿Mañana podemos descansar? Ya sabes... Quiero decir, ¿podemos estar todo el día en la cama? - la mayor miró con reproche a Toni y negó de inmediato. Toni tenía demasiados deberes que siguió aplazando y no puede seguir haciéndolo por un día más. - Por favor, sólo tú y yo -

Toni llevó sus manos a la cintura de la más pálida y se recargó en ella hasta quedar sentada a horcajadas en el regazo de su madre.
Sus manos dejaron la cintura perfectamente marcada de la mayor y subieron hasta el cuello de ésta.
Las manos frías y largas de Cheryl fueron directo a la espalda de la morena y la acercó más a ella, ambas suspiraron y sus respiraciones chocaron con la otra hasta que Toni pegó sus labios a los de la contraria y estuvo besándola suavemente por unos pequeños minutos. - Por favor - dijo entre jadeos. El beso se volvió más apresurado por parte de ambas y antes de que las caderas de Toni se comenzaran a mover, Cheryl se separó con una pequeña sonrisa.

- Siempre somos tú y yo, Honey -

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