La Obsesión De Un Villano {BakuDeku}

15 - No Debiste Hacer Eso

Dabi gruñó al frustrarse, sus llamas a penas tocaban a Katsuki y éste le acertaba muchas explosiones que lo estaban dañando. Su cuerpo también tenía un límite, debía esperar entre llamaradas para no terminar de rostizarse a sí mismo.

—¡¿Qué pasa, parches?! ¡¿A dónde se fue toda tu confianza?! —Se carcajeó en el aire, divertido. Aún estaba preocupado por Izuku y dónde se lo llevó Sero, pero debía admitir que destrozar a sus oponentes lo ponía de gran humor— Pongámosle un final a esto, todavía tengo prioridades.

El resto de su squad de había encargado de destrozar a los clones de Twice y de inmovilizar a este mismo en el suelo, ahora mismo Mina se encontraba sentada en indio sobre su espalda, con tan solo un corte en la mejilla derecha y algunos más en sus brazos y piernas. Shinso seguía apuntándole a Shigaraki con el rifle y Kuroiro se escondía en las sombras por si debía ayudarlo. El resto sólo estaba de pie, todos miraban hacia ellos.

Lo que hizo a su corazón calmarse fue el ver a Sero junto a Izuku, completamente libre de ataduras. Ambos lo miraban con sonrisas en el rostro, y él se las devolvió. Era momento de terminar con todo e irse a casa.

Esquivó la llamarada que Dabi le mandó al verlo acercarse a pie, con pasos lentos y confiados, irritándolo al percibir que lo trataba como alguien inferior.

La rabia lo cegó un momento, por eso Katsuki ganó.

—Fue divertido luchar contigo, encontrémonos otra vez —Sonrió con el ceño fruncido, mirando al chico desde arriba— Pero que ni se te ocurra ponerle una mano encima a Izuku, o no tendré piedad la próxima.

Le proporcionó un golpe bastante fuerte en la nuca, lo suficiente para no matarlo y simplemente dejarlo inconsciente.

Katsuki lo observó unos segundos, con el rostro serio, hasta que se dio la vuelta y bajó de un salto. Una vez sus pies tocaron el suelo, hizo el anuncio.

—¡Volvamos a casa! ¡El rescate fue un éxito!

Caminó a paso rápido entre la gente para ir hacia Izuku, donde el verdoso lo esperaba, quieto; pero el quejido de Ashido un un cuerpo cayendo al suelo lo hizo detenerse y mirar atrás.

—Esta Liga de mierda —Gruñó enfadado, sacando su pistola de su cinturón y caminando hacia Twice, quien había sufrido una patada en el rostro por la pelirrosa al haberla hecho caer. Ya bastaba con que se metieran con Izuku como para que quisieran meterse también con Mina— Algún día los extinguiré.

Cargó la pistola y le apuntó a Twice justo en la cabeza. No había nadie de su bando que pudiera protegerlo de alguna manera, y Shigaraki no parecía lo suficientemente interesado como para proponerle un trato y mantenerlo vivo.

La única que habló fue aquella rubia loca que tantas canas verdes le había sacado.

—No... —Su cuerpo no tenía fuerzas ni para arrastrarse por el piso, aunque sus manos siguieran atadas detrás de su espalda. Tenía el rostro con cortes y tierra, no había rastro de ningún sonrojo— Por favor...

—¿Ah? —Alzó una ceja hacia ella, sin mover el resto de su cuerpo— No molestes más, solo cierra la boca si no quieres morir tú también. De todas formas, uno más o uno menos de ustedes no significa nada para mi.

—¡A mi sí me importa! —Katsuki gruñó. Miró su reloj, se habían tardado más de lo esperado, los héroes llegarían en un abrir y cerrar de ojos— Ya has recuperado lo que querías, lastimaste mucho a la Liga, ¡¿No estás satisfecho?!

—¡No, no estoy satisfecho! —Se volteó hacia ella y le apuntó con el arma— ¡Nunca podré estar satisfecho!

La rubia agachó la cabeza, sin dejarle ver más que su boca fruncida.