22 - Yaoproblemas

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Los héroes iban a ir tras ellos. Sólo era cuestión de tiempo para que los encontraran y destruyeran el pequeño nuevo hogar que estaban tratando de construir.

Deku estaba seguro que la guerra que se venía iba a ser sangrienta y dura de llevar, como todas, pero lo que lo hacía pensar eso era que habían pasado casi dos meses y no tuvieron reporte alguno de los héroes. Hanta visitó la ciudad unas cuantas veces y los héroes seguían con sus rutinas, salvo aquellos que ayudaban a reconstruir los edificios explotados.

Y él podría pensar que todo había terminado y ya podrían estar tranquilos, pero Izuku conocía demasiado bien a Todoroki como para creer eso.

Iría a buscarlo aunque le cueste la vida.

Por el momento era cuestión de ser rescatado, pero no sabía qué iba a hacer cuando llegara el momento de luchar contra ellos.

Bakugo lo hizo practicar el uso de armas blancas hasta que casi se volvió un experto en ellas, y hace poco habían comenzado los entrenamientos de su quirk. No se imaginaba usándolo contra quienes alguna vez había llamado amigos y ciudadanos que debía proteger. Luego recordaba quién le estaba enseñando a controlar sus poderes sin lastimarse, sin dejarlo afuera, y se preparaba mentalmente para cuando llegara el momento.

Porque lo haría.

Apretó los puños y los zapatos contra el suelo cuando escuchó unas piedrecillas caerse a un costado de él. Kyoka debería estar escondida por algún lado.

En el tiempo que tuvieron de "descanso" de los héroes y los problemas, a Kaminari le había parecido buena idea remodelar algunas partes de la casa ya que se veían horribles y apestaban. Casi todos estuvieron de acuerdo al instante. Ahora el suelo y los muebles estaban limpios, las paredes fueron tapizadas con un tapiz verde igual a las hojas de un pino, repararon las tuberías de agua y gas y la electricidad. Y lo más importante -algo que le había fascinado- fue ver a Kirishima usar su quirk para destruir el garaje hasta la tierra y decorarlo adecuadamente para usarlo como un lugar de entrenamiento.

Izuku usó un bajo porcentaje en sus pies para llegar rápidamente a una gran pila de rocas y esconderse en ella. No fue muy eficiente ya que Jiro usó su quirk para derribarlas y, a su paso, aturdirlo.

Cuando abrió los ojos se encontró con las botas moradas de Kyoka. Una mano se le fue extendida y él la tomó sin dudarlo. Lo ayudó a ponerse de pie.

—Nada mal, Izuku —lo felicitó. Izuku suspiró cuando examinó a la chica y no encontró más que tierra y cortes pequeños en su piel— Cambia esa cara, estuviste genial. Si sigues así podrás controlar el resto de tu potencial. Tú puedes hacerlo, hombre.

Le dio una fuerte palmada en el hombro antes de sonreír y encaminarse a las escaleras. Izuku se sentó sobre la tierra, quería quedarse ahí un rato más.

Mientras pensaba hacía dibujos con el dedo sobre la tierra, escribía y murmuraba cosas buscando una manera de mejorar más rápido porque el tiempo no espera a nadie, menos a personas como ellos. Los cuchillos no servirían muy bien para un combate contra héroes y él se negaba a usar armas que pudieran dañarlos de gravedad.

Él quería ganar, pero no por eso iba a matarlos a todos.

Justo cuando estaba por escribir signos de pregunta a un lado del igual, ya que no tenía ni la menor idea de cómo hacerlo, un pie se atravesó en sus anotaciones y las borró por completo. Cuando levantó la vista se encontró con los ojos rojos de Katsuki mirándolo fijamente.

Era invierno y se había dado cuenta de que a Bakugo le gustaba usar poleras o camperas que le cubrieran el cuello. El squad pensaba que eso lo hacía ver más aterrador que antes porque sus ojos rasgados y rojos como la sangre destacaban aún más; pero Izuku creía que se veía tierno escondido del frío entre su ropa.

La Obsesión De Un Villano {BakuDeku}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora