—Kacchan —le llamó Izuku al entrar en la habitación de planes.
El cenizo se encontraba mirando el gran mapa clavado con chinches a la mesa, el cual mostraba lo mejor posible toda la ciudad y el bosque.
—No puedo hablar ahora, Deku. Espérame un momento —contestó, con los ojos oscurecidos clavados en el mapa.
Izuku se acercó con serenidad y le quitó el fibron rojo de la mano, el cual esperaba inútilmente destapado a que Katsuki lo usara. Bakugo no reaccionó más que levantando los ojos.
—Se supone que este es mi trabajo. No me lo quites.
—No quiero arrebatarte nada —murmuró— Y mientras sigas con vida, nadie volverá a hacerlo. Mira, Deku. ¿Ves esto? —pasó una palma abierta sobre la extensión visible del bosque en el mapa. Izuku asintió— Esto. Todo esto es mío. Y todo lo mío es tuyo.
—Y del squad —le recordó.
—Sí. Y del squad —rodó los ojos— Mientras yo viva este es nuestro territorio. Cualquiera está invitado a pasar si no perturba nuestra paz.
Bakugo borró las líneas rojas sin sentido que había marcado en el mapa y recargó la cadera en el borde de la mesa. Cruzó los brazos sobre el pecho y se inclinó hacia adelante con ligereza cuando Izuku acercó sus manos a su rostro y lo tocó con suavidad. Era esa característica suavidad que ningún héroe podría tener con un villano.
Que estén en los extremos opuestos de la soga y tiren con tanta fuerza para acercarse al otro lo hacía más interesante, más deseoso, lo hacía sentirse más obsesivo. Como si esa cuerda amarrada a su cintura alejara a Izuku mientras más tirara, y él la hubiera cortado por más de que fuera un pecado.
—Nos llaman villanos y sin embargo las veces que atacamos la ciudad fue para recuperar lo que nos quitaron —dijo Katsuki— De no poder hacerlo, para vengar nuestra pérdida. Si bien nuestros métodos no son buenos, al menos hacemos la justicia que los héroes nos prometieron y nunca nos dieron.
—Ellos no lo entienden... —Izuku le acarició la mejilla.
—Eres el único que lo hace, que nos escuchó antes de atacarnos sin saber lo que somos.
—¿Sabes? Yo podría... intentar hablar con ellos y convencerlos de que-
—No.
Izuku lo vio perplejo cuando se alejó de su toque.
—¿Pero por qué? ¿Es que no confias en mi? —exclamó— ¿Necesitas más pruebas? ¿No te basta ver que he rechazado más de una vez los brazos de los héroes porque me he encariñado con los tuyos?
Bakugo no le respondió y recargó sus manos sobre la mesa, mirándolo de reojo como un depredador. Izuku continuó:
—Katsuki, me importa una mierda lo cómodos que sean y lo sucios y lastimados que estén los tuyos; siempre te elegiré a ti. Siempre será contigo.
A Katsuki se le escapó una sonrisa ladina.
—Me alegra que así sea —dijo— Confío en ti pero no confío en ellos. Si estás a la vista van a intentar atraparte otra vez. Aún te buscan, Deku. No pueden soltarte. Y no los culpo, porque yo tampoco pude hacerlo.
—Ese es el problema, no tienes que confiar en ellos, tienes que confiar en ti. En que harás un buen trabajo y no van a volver a llevarme lejos —le miró a los ojos, pidiendo por favor con un destello— Una vez me dijiste que me llevarías a ver a mi madre. Quiero que lo cumplas. Le explicaré la situación y ella va a entenderlo.
—¿Estás seguro de que lo hará? A sus ojos somos los villanos que te secuestraron —gruñó.
No. Izuku no estaba seguro, pero estaba dispuesto a intentarlo.
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La Obsesión De Un Villano {BakuDeku}
FanficMidoriya Izuku no creía que su vida pudiese ser peor. O mejor dicho, no creía que su vida pudiese mejorar. "-¿Quién te hizo esto, ah?" O eso fue hasta que se convirtió en la obsesión de Bakugo Katsuki, un asesino y villano completamente capaz que l...