Una tarde tranquila como esa era digna de tomar un descanso. Para cualquier héroe que trabajara todos los días, porque para Izuku era el momento indicado para pedir un cambio de turnos con alguno de sus compañeros y trabajar en su lugar.
Al ser considerado bastante inútil por su quirk, ya que si lo usaba al 100% o un número cercano terminaba quebrandose algo, Izuku no trabajaba mucho. Ser un héroe es su trabajo soñado desde que tiene memoria, le gustaba proteger a los civiles y mantener la ciudad en paz.
Una persona poderosa como un héroe, tiene la vida de todos en las manos.
Izuku también las tiene, solo que no lo sabe aún.
Lastimosamente para Izuku, ninguno de sus compañeros quiso cambiarle el turno porque no confiaban en él, ya que obviamente querían un descanso luego de tanto trabajo.
—No te sientas mal, Midoriya —Intentó animarlo Todoroki al ver la cara que se traía. Izuku tomó asiento junto al bicolor y se dejó caer sobre la mesa— Aprovecha los ratos libres que tienes, si algo realmente grave sucede, van a llamarte.
—¿Tú crees? —Le miró con ojos brillantes. Shoto alzó las cejas ante tanta ternura.
—Sí, eso creo.
—¡Él tiene razón, Midoriya-Kun! —Ochako habló, sentada frente a ellos, con una dona rosa en la boca— Si las cosas se complican van a necesitar ayuda de todos los héroes posibles.
—Tal vez tengan razón —Sonrió ligeramente y observó su brazo derecho cubierto de vendas. Tal vez por eso no querían cambiarle el turno, porque su brazo aún estaba muy débil.
—Después de todo llegaste a ser un héroe así, ¿O no? Eres necesario, Midoriya —Le revolvió el cabello y prosiguió a terminar su dona cubierta con chocolate— ¿Quieres una dona? Creo que Hagakure y Ojiro se terminaron las que había en la caja, pero puedo ir a comprar más.
—¡Por favor! Y trae de las rosas —Sonrió angelicalmente la castaña. Shoto bufó y miró a Izuku, esperando una respuesta— Además seguro cuando vuelvan los demás van a tener hambre.
—¿Quieres, Midoriya?
—¡Oye! ¡Yo dije que sí!
—Iré yo, no tienes que preocuparte por eso —Se rió un poco y se levantó de su asiento.
—¿Seguro? Tu brazo sigue débil y se está haciendo tarde.
—Estaré bien, Todoroki. Solo quiero salir un rato. Además los otros están patrullando así que no me sucederá nada —Sonrió.
—Sí tú lo dices —Se encogió de hombros. Izuku comenzó a irse.
—¡Recuerda traer con glaseado rosa!
—Uraraka.
—¡¿Pero ya que estamos, no?!
Izuku se tomó el tiempo para subir rápidamente las escaleras y llegar a la azotea, siempre era preferible para él andar por sobre los edificios antes que por tierra, a pesar de que aún no controlaba bien su quirk porque no tuvo la oportunidad de entrar a una buena academia. A lo sumo lograba llegar con moretones en las piernas, algunos eran bastante grandes, pero no dolían a menos que los tocara.
Saltó por los techos hasta su tienda de donas preferida, estando tan aburrido y sintiéndose tan inútil no se iba a limitar a ir a la de la esquina que, seguramente, ya ni donas tenía. Sus amigos siempre le daban ánimo, lo mínimo que podía hacer era llevarles buena comida, no podía hacer mucho más por ellos en ese momento.
Bajó del edificio, tomandose el atrevimiento de usar algunos balcones para eso, y aterrizó con un quejido frente a la tienda. Tal vez se hizo otro moretón. Pero no importaba, Izuku entró.
No le llamó la atención que la calle estuviese algo desolada, pues la noche estaba cayendo y las personas se iban a sus casas. De todas formas, había héroes dando vueltas por ahí.
Lo único que podía pensar era en que su turno de trabajo estaba cerca. Y sus donas estaban siendo empaquetadas.
Era el único en aquella tienda, incluso la cajera le dijo que era una sorpresa verlo ahí porque, a pesar de tener buena y rica comida, quedaba algo lejos de las agencias de héroes entonces no solían pasar muchas personas entre la tarde-noche y la noche.
—Bueno, vale la pena tomarse un pequeño viaje hasta aquí si es para conseguir estas donas —Fue lo que les dijo. Se rió y tomó la caja que se le era extendida. La empleada pelirroja que no había hablado se sonrojó y cubrió su boca disimuladamente al escucharlo reír— Gracias. ¡Que tengan una buena noche!
—¡Igualmente, héroe Deku!
Héroe Deku. Que genial sonaba eso y que bien que lo hacía sentir.
Izuku a veces pensaba que ese pequeño porcentaje de personas que lo admiraban era solo por su ternura, amabilidad y lindura. Pues ¿Quién admiraría a un héroe que se lastima solo usando su quirk? Era estúpido e incoherente.
Un héroe que no puede proteger a su ciudad no servía de nada.
Una vez cerró la puerta del local, la atención de Izuku fue llamada por un papel que antes no estaba ahí y que era imposible no verlo, pues era negro en medio de una puerta completamente transparente. Tal vez las empleadas no vieron quién lo colocó o cuando ya que estaban ocupadas con él. Estaba escrito en letra imprenta deforme y con tinta blanca. El peliverde tragó saliva y pronto se sintió observado de todos los puntos oscuros de la ciudad.
No era una amenaza.
Pero era para él.
"Me gusta verte saltando por los techos, Deku"
Izuku rápidamente arrancó la nota de la puerta y corrió nuevamente hasta su agencia, sin importar usar más porcentaje de fuerza del que debería y logrando hacerse otros moretones más graves que los anteriores.
Saltó techo por techo de vuelta a su agencia, mirando hacia todos los lados posibles. La noche ya había caído y se veía poco y nada. Maldijo mentalmente y siguió su camino.
El nerviosismo lo atacó y, una vez llegó donde sus amigos, dándose cuenta que lo estaban esperando para su turno de patrulla, decidió no contarles sobre lo sucedido e ignorarlo. Entró con una sonrisa fingiendo tranquilidad y apoyó la caja sobre la mesa. Los únicos que le dieron las gracias fueron Todoroki, Uraraka y Ojiro, el último solo por educación.
—¿Vamos, Midoriya-Kun? —La castaña se le acercó hiperactiva, al parecer las donas le subieron el ánimo.
Izuku hizo un bollo la nota en su mano izquierda y la tiró al tacho disimuladamente.
—Sí, vamos.
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La Obsesión De Un Villano {BakuDeku}
FanficMidoriya Izuku no creía que su vida pudiese ser peor. O mejor dicho, no creía que su vida pudiese mejorar. "-¿Quién te hizo esto, ah?" O eso fue hasta que se convirtió en la obsesión de Bakugo Katsuki, un asesino y villano completamente capaz que l...